Las últimas cifras oficiales indican que, espoleado por la pandemia, el índice de lectura en nuestro país se ha incrementado sostenidamente en los últimos años hasta alcanzar un robusto 64,8% de españoles que 'leen algún libro' en su tiempo libre. Ahora, ¿qué libros leemos? Ese ya es otro cantar. Según el estudio 'Lectura, Escritura y Creación Literaria en España' realizado por Beruby para Amazon.es, el 26% de lectores prefieren novelas de ciencia ficción, el 24 % las novelas policiacas, el 17% la literatura histórica, el 12% la no ficción y el 10% la literatura romántica. A la saga, un 5% prefiere novelas de terror y un 3% la filosofía y el humor.
Sin embargo hay libros, por lo general los grandes clásicos, pero también algunos 'de lectura obligada' en años recientes, que damos por hecho que ha leído todo el mundo pero que en realidad han leído muy pocos. Aunque nos cueste admitirlo. Ya nadie quiere 'perder el tiempo' 'En busca del tiempo perdido'. Pero el caso es que no nos gusta dar explicaciones sobre porque nunca hemos posado la mirada sobre las páginas de Pérez Galdós o Paco Umbral o Camilo José Cela. No queda bien. Por eso todo el mundo a leído al menos una novela de Marsé ¿no? Todo el mundo ha leído 'Nada' de Carmen Laforet y todo el mundo ha leído, al menos, una pieza completa de Lorca. ¿No? No.
El octavo anillo del infierno en 'La Divina comedia' de Dante está dedicado a los mentirosos. ¿Has leído 'La Divina comedia'? Pues eso. Pero tranquilo, en todas partes se cuecen habas. Una curiosa encuesta del portal Book Riot, da cuenta de los libros que más fingen haber leído sus lectores. A la cabeza de la lista de libros que decimos que hemos leído, pero no, está nada menos que 'Orgullo y prejuicio' de Jane Austen, seguida de un clásico... que en realidad pocos consiguen superar: 'Ulises' de James Joyce, un libro cuya dificultad de lectura es proporcional a su prestigio literario: queda genial decir que nos encanta el 'Bloomsday' -no sabéis lo que es eso porque no habéis leído el libro- y el flujo de consciencia. Otra joya de la literatura universal que todo el mundo conoce pero que en realidad, venga ya, pocos han leído, es 'Moby Dick', con sus más de 700 páginas de viaje existencial hacia el centro de la obsesión (incluidas algunas decenas dedicadas exclusivamente a los aspectos técnicos de la caza de la ballena).
¿Habéis leído 'Guerra y Paz' o 'Ana Karenina' de Lev Tolstoy? Claro, hombre ¿quién no? Pues nadie. Lo mismo que 'Crimen y castigo' de Dostoievsky o '1984' de Orwell o 'El señor de los anillos' de Tolkien. No, no cuenta haber visto la peli. Sin ir muy lejos, por esos lares solo el 21% de españoles ha leído El Quijote. Y aunque un 90% profesa el catolicismo o alguna fe cristiana, sólo el 20% ha leído la Biblia. Pero da igual, todos hacemos ver que sí.
Y como esos, hay muchos libros que, según nuestras circunstancias, no podemos permitirnos no haber leído: si le preguntas a cualquier feminista, 'todas' han leído 'Una habitación propia' de Virginia Woolf o 'Apegos feroces' de Vivian Gornick, y cualquier periodista se sabe de memoria a Kapuscinski, aunque 'en este momento' no recuerde ninguno de sus libros'.
Pero la cereza de los libros con los que quedamos regios ante el personal (aunque no seamos capaces de entender nada) la pone uno aparecido hace exactamente cuarenta años: 'Larva. Babel de una noche de San Juan', la monumental novela-poema de Julián Ríos, que es el 'favorito' de los escritores 'serios'. O eso te dirá cualquier profesional con genuina vocación literaria pero, probablemente, 'poco tiempo' para sumergirse en sus laberínticas páginas.
'Larva' es uno de esos libros 'imprescindibles' que muchos escritores citan a partir de citas, tesis de especialistas o ensayos académicos, es decir es de esos libros de los que se tiene una idea general más o menos informada, pero que en realidad muy pocos consiguen superar. Saludada por 'todos' como una obra maestra de la literatura universal e incluso como las más importante novela española de todos los tiempos, sus lectores reales son apenas un puñado de entusiastas.