Se cumple un año de la muerte de Raffaella Carrà y el mundo de la música sigue sintiendo su pérdida. La icónica artista ha dejado huella y en el aniversario de su partida se siguen cantando sus canciones más conocidas en homenaje.
Sobre la polifacética cantante italiana, que falleció a los 78 años, siguen extendiendo rumores sobre quién ha heredado la inmensa fortuna que tenía. Este tipo de reparticiones siempre son problemáticas, más aún si hablamos de grandes artistas que suelen acumular una fortuna.
Raffaella tenía tres casas, una de ellas su residencia habitual, en Roma, Vigna Clara, una mansión con jardín y tres plantas, además de su patrimonio. Su ex pareja Sergio Japino o sus sobrinos parecen ser los herederos. Te lo contamos.
El coreógrafo y director de televisión Sergio Japino, con el que Raffaella estuvo saliendo cerca de 30 años, fue el encargado de dar la triste noticia de su fallecimiento: "Raffaella nos ha dejado, nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre", dijo.
Aunque hubo idas y venidas en su relación, su unión siempre fue muy fuerte. Sobre él, Raffaella dijo que era "un espejo en el que mirarte y con el que puedes saber dónde te equivocas y dónde estás. A veces, puedes encontrar luchas muy fuertes, pero de este choque puedes sacar cosas y salir adelante".
Algunos medios italianos aseguran que Japino es uno de los herederos de la fortuna de Carrá.
También se habla de que Raffaella quería que su herencia se repartiese entre sus sobrinos, Matteo y Federica Pelloni, hijos de su hermano Renzo, a quienes cuidó cuando este murió inesperadamente en el 2001, cuando tenía solamente 56 años. “No soy madre, pero hago de padre para mis sobrinos. Me dan algo que hacer y estoy feliz. Soy un poco su padre, pueden contar conmigo para cualquier problema. Les amo: cuando no trabajo estoy con ellos, vienen a verme...”, dijo en una entrevista a Oggi .
Raffaella Carrà no tuvo hijos y afirmó que no quiso someterse a tratamientos. “Si no he tenido hijos no ha sido culpa mía. He aceptado lo que la madre naturaleza ha elegido para mí”.
Las tres hijas del primer gran amor de la artista, Gianni Boncompagni, también podrían tener parte de la herencia. Cuando se fue a vivir con él Raffaella le ayudó a criarlas ya que la madre estaba ausente.
Barbara, la más joven, tenía solamente cinco años cuando llegó a su vida, pero se acuerda perfectamente de lo que significó en ese momento. “La recuerdo como Mary Poppins. Era un huracán en casa. Papá era un hombre que vivía solo con tres hijas y se puede imaginar en qué estado encontró la casa cuando vino a vivir con nosotras. Yo era la más pequeña, y para todas nosotras fue como una madre. Teníamos en común el hecho de que a ella le había abandonado su padre, a nosotras, la madre”, contaba al Corriere della Sera.
Además de a estas personas que fueron tan importantes en su vida, posiblemente la italiana también destinase parte de sus bienes a causas sociales, algo habitual durante su larga trayectoria profesional. Semanas antes de fallecer, Raffaella donó un gimnasio de 160 metros cuadrados a una entidad benéfica.