Ahora es una de las grandes estrellas de Hollywood que causa sensación allá por donde pasa, pero no siempre así, y Pedro Pascal tuvo unos inicios en el mundo de la interpretación complicados, sin prácticamente un duro en sus bolsillos. Solo en los últimos meses ha estrenado el cortometraje ‘Extraña forma de vida’, dirigido por Pedro Almodóvar, protagoniza ‘The Last of Us’ y ‘The Mandalorian’, y formará parte de ‘Los cuatro fantásticos’ y ‘Gladiator 2’. Pero para llegar hasta aquí, el trabajo fue duro.
Hace alrededor de una década que Pedro Pascal logró una gran popularidad gracias a un breve, pero intenso personaje en ‘Juego de Tronos’, donde dio vida al carismático Oberyn Martell, lo que le permitió entrar en el reparto de grandes películas, en la serie ‘Narcos’ o en el universo ‘Star Wars’. Sin embargo, previo a este éxito, el chileno vivía gracias a pequeños papeles en películas y apariciones esporádicas en series que le permitían vivir.
Pero si hay una ficción que el actor siempre menciona que prácticamente le salvó la vida es una ficción mítica de la década de los 90 donde apareció en un único episodio, suficiente para salvarle, según él mismo, de la ruina económica. En ese entonces no se daba a conocer como ahora, sino como Pedro Balmaceda, su primer apellido, con el que tuvo una breve participación en ‘Buffy, cazavampiros’, la misma serie que le permitió solventar sus problemas económicos.
Fue durante una entrevista cuando Pascal recordó que durante sus primeros años como actor en Hollywood “había muchos gastos y pocos ingresos: el médico, el alquiler… Tenía menos de siete dólares en mi cuenta, y un pago por ‘Buffy, cazavampiros’ me salvó. Es, literalmente, por lo que sigo en Hollywood”. Y eso que fue un papel muy pequeño, a mitad de capítulo su personaje ya había muerto.
Sin embargo, ese papel le permitió pagar sus deudas y continuar trabajando hasta que años después le empezaron a llegar oportunidades mucho más jugosas que lo han convertido en el actor que es hoy, uno de los más cotizados de Hollywood y que tiene por delante algunos de los proyectos más esperados de la gran pantalla para los próximos meses.
Pascal tuvo la oportunidad de trabajar junto a Almodóvar en ‘Extraña forma de vida’ junto a Ethan Hawke, siendo un gran privilegio para él, admirador del cineasta manchego. Tal y como comentó a Vanity Fair, la primera película del director que vio en el cine fue ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ y, desde entonces, “no me he perdido ni una. Conocerlo tuvo dos vertientes. Fue como conocer a un rey y también como conocer a un familiar. Resultaba fácil relacionarse con él y también venerarlo. Podía hacer que te relajaras y mantenerte alerta. Le echo de menos y pienso en él a diario”.