El fenómeno de los otakus: cómo detectar si tu hijo es víctima de demasiado anime

  • Cada vez más jóvenes aficionados a la animación japonesa se aíslan, abandonan sus actividades deportivas y pierden interés por los estudios

  • En el cine, la calle y las diferentes plataformas, la oferta es cada vez mayor y su consumo no tendría por qué ser extraño ni pernicioso. ¿Qué está pasando?

  • La educadora Diana Al Azem enumera algunas señales que permiten sospechar que existe una adicción

Puede que tu hijo te sorprenda en cualquier momento veas vestido de Vegeta, uno de los villanos favoritos de la saga 'Dragon Ball Z'. O que empiece a comportarse con el carácter frío de Hiei, un demonio híbrido de fuego y hielo de 'Yu Yu Hakusho', el anime de detectives espirituales cuyo remake se lanzará el 14 de diciembre. En el mejor de los casos, él mismo te aclarará qué está pasando: es un otaku. Si ya conoces la cultura del anime y el manga, te darás cuenta de que su apasionamiento ha ido más allá de lo que se entiende por una afición.

¿Es posible que se le esté yendo de las manos?

Otaku es una palabra japonesa que significa fan. Dicho así, suena inofensivo. En el cine, la calle y las plataformas, el anime tiene cada vez más éxito y su consumo moderado podría ser incluso beneficioso para la salud mental por sus estímulos gráficos y sus narrativas. Algún estudio ha observado que los rasgos faciales tan marcados de sus personajes facilitan el reconocimiento de las emociones. El problema está en la falta de contención. Hay animes que atrapan por completo a sus usuarios. Lo hacen por la elevada tensión en sus argumentos, de manera que, aunque estén estructurados en episodios, muchos de sus seguidores no pueden resistir el impulso de devorarlos de un tirón.

Además, una vez enganchados, estos fanáticos del anime encuentran todo un universo creado para integrarse en él a través de sus diferentes formatos -videojuegos, YouTube y otras plataformas o cosplay (adaptación de la imagen de sus personajes)- e identificarse con alguno de sus protagonistas. En ferias, congresos, foros virtuales y tiendas, ese mundo se vuelve casi real gracias a una estrategia de merchandasing cada vez más aguda.

Una tribu urbana con su propia identidad

Los otakus se han convertido en una tribu urbana que les permite una identidad muy particular y el reconocimiento entre ellos. Sumidos en ese apasionante cosmos de seres con extraños poderes y dudosas misiones, muchos adolescentes y jóvenes acaban aislándose socialmente, abandonando otras actividades más saludables mental y físicamente y desinteresándose por los estudios. No es un fenómeno exclusivo de estas edades, también los adultos se enganchan al anime.

Una categoría especialmente preocupante son los hikikomori, que son personas que se recluyen en su habitación. En Japón es un problema social que afecta a más de un millón y medio de individuos, especialmente jóvenes, que viven como ermitaños rodeados de tecnología. La preocupación es cada vez mayor en Estados Unidos, Corea del Sur y otros países. La alerta ha llegado también a España, donde se han puesto en marcha algunas unidades psiquiátricas, como la del Hospital del Mar, en Barcelona, para pacientes que viven recluidos sin más interacción que la que le permiten las redes sociales y los videojuegos.

Si bien el fenómeno de los hikikomori no deja de ser excepcional, la comunidad de los otakus es cada vez mayor. Jóvenes y adultos que viven fascinados por esta cultura, sus fantasías, su vida surrealista, su modo de entender el amor, la justicia o el sexo y por patrones de comportamiento basados a menudo en la impulsividad, la falta de control de las emociones o la agresividad.

En las redes sociales y grupos de WhatsApp, los padres y educadores mantienen a menudo acalorados debates entre quienes sospechan que tanta vehemencia trae consigo serios trastornos mentales y un impacto en la salud física y aquellos que recuerdan que la fiebre de Pokémon, Dragon Ball, Hello Kitty y otras sagas nos ha acompañado a diferentes generaciones sin dejarnos secuela alguna.

Señales que nos permiten distinguir si existe adicción

Le hemos pedido a Diana Al Azem, educadora y fundadora de Adolescencia Positiva, que arroje un poco de luz en el debate. Indica que "la adicción al anime, al igual que cualquier otra forma de adicción, puede tener signos y síntomas que los padres deben observar para determinar si sus hijos están lidiando con un problema". Y enumera algunas de esas señales que podrían advertir de una posible adicción al anime:

  1. Si tu hijo pasa una cantidad desproporcionada de tiempo viendo anime, tiene una obsesión constante o está todos los días buscando información relacionada online, descuidando sus deberes, actividades escolares, familiares o sociales, es un signo de preocupación.
  2. También puede llevar a que el adolescente descuide sus responsabilidades cotidianas, como las tareas del hogar, la escuela o el trabajo.
  3. Si notas que tu hijo se aísla de la familia y los amigos para pasar más tiempo viendo anime, esto es una señal inquietante. La pérdida de interés en las interacciones sociales puede ser un síntoma de adicción.
  4. Cualquier tipo de adicción puede llevar a cambios de humor, irritabilidad y ansiedad cuando no se le permite ver anime o cuando se interrumpe su visualización.
  5. Si el rendimiento escolar de tu hijo disminuye significativamente debido a la cantidad de tiempo que dedica al anime, también podría ser una señal a tener en cuenta.
  6. Descuido en la higiene y la salud. La adicción puede hacer que un adolescente descuide su higiene personal, dieta y salud física.
  7. Si además notas que tu hijo requiere ver cada vez más anime para satisfacer su necesidad, esto puede ser un signo de tolerancia, lo que es común en la adicción. Por otro lado, si muestra signos de ansiedad, irritabilidad, insomnio o malestar físico cuando intenta reducir o dejar de ver anime, podría indicar una dependencia.
  8. Si tu hijo oculta o minimiza la cantidad de tiempo que pasa viendo anime y negocia o miente para poder ver más, esto es una señal de que está perdiendo el control sobre su consumo.

Al Azem aclara que no todas las personas que disfrutan del anime son adictas. "Es normal que los adolescentes tengan intereses intensos en ciertos pasatiempos, incluido el anime. Sin embargo, si observas varias de estas señales y están afectando negativamente a la vida de un adolescente, es importante abordar el problema". En estos casos, dice que habría que considerar hablar con un profesional de la salud mental o terapeuta especializado en adicciones para obtener orientación y apoyo. "La comunicación abierta y el apoyo familiar son esenciales para ayudar a los jóvenes a superar cualquier adicción potencial", concluye.

Temas