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Las canas siguen estando de moda y es la mejor de las noticias. Aparecen cuando uno menos se lo espera en el momento en el que el pelo carece de melanina, ya lo dicte la genética, el estrés, el género, la etnia o el maravilloso paso de los años. Los expertos en cuidado capilar aconsejan seguir tratando el cabello cano igual de bien que siempre, sanearlo y darle la dosis de hidratación que necesite según el tipo de cana. Podemos llevar a cabo el ritual de belleza nosotros mismos elaborando mascarillas de pelo caseras para canas, lucirlas y hasta presumir de ellas.
Antes de ponerse manos a la obra con las mascarillas caseras conviene tener bien claro qué características tienen los cabellos blancos. En primer lugar, son igualmente sensibles con lo cual no conviene exponerlos a colonias, cloros o a una excesiva exposición solar. En segundo lugar, pueden tender a engrasarse o al contrario a secarse en exceso y deshidratarse, independientemente de que la causa de falta de melanina en el pelo sea o no el envejecimiento.
Por tanto, la rutina de cuidados debe mantenerse. Lo normal es que vaya dirigida en dos direcciones: controlar el encrespamiento típico de las canas secas y quebradizas con productos más hidratantes o en canas lacias, grasas y de tono apagado devolverlas el brillo natural con cosméticos capilares equilibradores.
Con todo ello, los expertos en cuidado capilar insisten en prestar atención al lavado de los cabellos canosos y aconsejan incluso realizar dos jabonadas con un champú específico en cada una. El primer lavado debe consistir en una limpieza normal con la que eliminar los residuos y las toxinas. Tras su aclarado, en la siguiente jabonada conviene emplear ese producto específico más tratante: uno calmante que limite la producción de grasa o uno hidratante para combatir la sequedad.
Por otra parte, en ocasiones el pelo blanco amarillea, queda desnutrido y pierde su atractivo. En ese caso, se recomienda utilizar champús que se han formulado precisamente para contrarrestar ese efecto y que incorporan tonalidades azuladas y violetas. Sin embargo, conviene no abusar de este tipo de productos y utilizarlos solo una vez por semana como máximo. Además, los expertos explican su uso correcto: mezclarlos con el champú habitual en la palma de la mano para después aplicar la mezcla en la cabeza. Se trata de evitar la aplicación directa en el pelo de esta clase de cosméticos.
A continuación, aparecen en escena esas mascarillas caseras. Principalmente deben tener la función de sellar la cutícula y dotar a los cabellos blancos de brillo, cuerpo, nutrición, sedosidad, suavidad y volumen. Lo habitual es que contengan ingredientes antioxidantes y que de forma natural aporten un color azulado o violáceo para contrarrestar la tendencia a amarillear de las canas.
Estas son las tres propuestas de mascarillas caseras que embellecen las canas y que además se basan en una formulación a partir de productos naturales.
Preparar una taza de té de lavanda como indique el fabricante, pero dejar que hierva durante media hora a fuego bajo, después esperar a que se enfríe y licuarlo junto a las moras y el yogur natural. Repartir la mezcla por todo el cabello, cubrir la cabeza con un gorro de plástico y esperar 20 minutos a que haga efecto. Por último, enjuagar la mascarilla con agua fresca para sellar las puntas y lavar el pelo de la forma habitual.
Hacer la manzanilla y concentrar la infusión dejando que hierva despacio treinta minutos. Una vez ya esté fría mezclar la preparación con la remolacha y las fresas en la licuadora. Humedecer la cabellera, repartir la mascarilla por todo el pelo y dejar actuar durante 25 minutos. Después, retirarla con agua y a continuación lavar el pelo y aplicar un acondicionador hidratante según sus indicaciones.
Una vez hecho el té de canela se vierte en el vaso de la licuadora, se añaden las 2 cucharadas de miel y las moras y se baten todos los ingredientes. La mascarilla se aplica de raíces a puntas y si es posible se envuelve cada mechón de pelo blanco en papel de aluminio a lo largo. Tras esperar 20 minutos se retiran los papeles y se aclara el pelo con abundante agua fresca. Igualmente, lo siguiente es lavar el cabello con los tratamientos habituales.