El alzhéimer es una de las enfermedades más temidas y solo en España afecta a más de 800.000 diagnosticadas. Al ser una enfermedad neurodegenerativa se han ido logrando avances para prevenir y tratar la demencia, aunque no se ha alcanzado todavía una cura. Sin embargo, el estilo de vida de cada persona puede tener mucho que ver con si se desarrolla la enfermedad en el futuro o no, de ahí que haya hábitos que sean capaces de reducir el riesgo de sufrir alzhéimer pasados los años.
Atajar el alzhéimer no es fácil, pues no se conoce con exactitud cuáles son las causas reales que llevan a que se desarrolle en una persona, aunque sí se tiene conocimiento de algunos factores de riesgo sobre los que se puede intervenir para intentar evitarlo. Recientemente un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de California – San Francisco que se ha publicado en la revista JAMA Internal Medicine ha señalado que se puede reducir el riesgo hasta en un 145%.
Según la investigación es partir de una serie de estrategias personalizadas para reducir los factores de riesgo de las personas, consiguiendo mejoras de hasta el 74% en el rendimiento cognitivo y del 8% en la calidad de vida. ¿De qué factores de riesgo hablan? Son ocho: inactividad física, hipertensión no controlada, sueño de baja calidad, diabetes no controlada, síntomas depresivos elevados, aislamiento social, consumo de tabaco, e ingesta de medicamentos prescritos para el declive cognitivo.
El estudio se desarrolló con personas de entre 70 y 89 años que tenían al menos dos factores de riesgo de los mencionados, proporcionándole a la mitad sesiones de intervención sobre los factores específicos que querían mejorar cada poco tiempo durante dos años, mientras que la otra mitad se le envió material general sobre la prevención cada tres meses.
Más allá de pautas generales de control de salud, como los niveles de glucosa, la hipertensión, una vida activa o evitar el alcohol y el tabaco, señalan que es necesario que las personas propensas a sufrir este tipo de demencia se benefician de enfoques personalizados adaptados a las circunstancias de cada cual, que en muchas ocasiones no necesitan ir acompañados de tratamiento farmacológico.
No obstante, un estilo de vida con hábitos saludables cuenta con un gran impacto positivo sobre padecer enfermedades como el alzhéimer.