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Lo estamos viviendo todos. Si no es un familiar es un amigo. En cualquier entorno hay alguien con síntomas de gripe, tanto que muchos están llegando a recordar momentos de la pandemia provocada por la covid-19. Las fiestas no han ayudado. Entre el frío y las relaciones sociales los casos de gripe han despuntado en las últimas semanas como hacía años que no lo hacía, hasta el punto de llegar al mayor pico de gripe desde 2005. ¿Está viniendo con más fuerza o es que no hemos aprendido nada de la pandemia?
Al aumento de la socialización entre cenas, tardeos, comidas y quedadas hay que sumarle que, con el frío, volvemos a los recintos cerrados en una época en la que se ven mayores aglomeraciones. Todo esto ha llevado a que en la última semana del año los ingresos en hospitales aumentaron en un 60%. Las primeras medidas ya empiezan a florecer en España, pues la Comunidad Valenciana ha comunicado que vuelve a imponer la mascarilla en hospitales y centros de salud ante el repunte de virus respiratorio.
¿Otro de los grandes problemas? La vacunación, que está siendo inferior a años anteriores. Desde el propio ministerio de Sanidad apuntan a que se puede administrar las vacunas de la gripe y de la covid-19 al mismo tiempo, a no ser que el médico diga lo contrario. “La administración de una dosis cada temporada se considera necesaria, ya que ambos virus sufren variaciones en su estructura molecular que les permiten escapar de la protección conferida por la vacunación o la infección previa”, señalan desde el ministerio.
Los dos virus se transmiten de una forma muy similar, por eso a veces hay dudas de cuál de los dos se puede tener cuando aparecen los primeros síntomas. El coronavirus, tal y como establece el ministerio de Sanidad, se transmite a través de las secreciones que se emiten al respirar, hablar, exhalar, cantar, toser o estornudar, además de por estar en contacto directo o indirecto con superficies contaminadas por estas secreciones.
Con la gripe pasa prácticamente lo mismo, pues es un virus muy contagioso que se transmite por las gotas de saliva o las secreciones que expulsamos al estornudar, toser o hablar. No obstante, en ambos casos cuanto más cerca y menos protección, más probabilidades de contagio habrá.
Con las navidades ya a punto de terminar, todavía queda por delante un fin de semana de reuniones y abrazos tras la llegada de los Reyes Magos tras el que la incidencia puede seguir subido ante los contagios que se produzcan estos días, por lo que es fundamental extremar las precauciones.
Ante el más mínimo síntoma se aconseja el uso de la mascarilla para evitar propagar el virus, además de taparse la boca y la nariz al toser y estornudar con la parte interna del codo o utilizando pañuelos desechables, intentando no reutilizarlos. El lavado frecuente de manos sigue siendo igual de importante y, ante todo, hay que limitar el contacto con las personas enfermas o que presenten algún síntoma.