El cerebro de tus hijos será más grande que el tuyo: las consecuencias

El cerebro humano es más grande en cada nueva generación, aunque eso no significa que necesariamente seamos más inteligentes, pero sí puede tener otras consecuencias positivas. Un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de California y  publicado en JAMA Neurology ha comprobado que las personas nacidas en la década de 1970 tienen un volumen cerebral un 6,6% mayor que las de la década de 1930, y una superficie cerebral casi un 15% más grande.

La investigación se centró en el análisis de 3.200 participantes que fueron sometidos a una resonancia magnética entre 1999 y 2019, teniendo en cuenta variables como el sexo y la edad de la persona en el momento de realizar la prueba. Pues bien, el área de superficie cortical de los nacidos en los 70 tenían una superficie promedio de 2.104 centímetros cuadrados, frente a los 2.056 de los nacidos en los años 30. También tenían un tamaño superior la materia blanca, la sustancia gris y el hipocampo, la región implicada en el aprendizaje y la memoria.

A mayor tamaño, mayor reserva cerebral

A partir de esos datos, los científicos sugieren la hipótesis de que las estructuras cerebrales más grandes pueden reflejar una mejor desarrollo y salud del cerebro. Aunque no está comprobado, los investigadores apuntan que una estructura cerebral más grande representa una mayor reserva cerebral y puede amortiguar los efectos tardíos de las enfermedades cerebrales relacionadas con la edad, como el alzhéimer. Esto explicaría que los casos de demencia estén disminuyendo en EEUU y en Europa en las últimas décadas.

¿Tiene sentido esta correlación entre el aumento del volumen cerebral y la reducción del riesgo de demencia? Nuestra especie no ha evolucionado biológicamente tanto en un periodo de tiempo tan corto como un siglo. Sin embargo, los investigadores creen que motivos sociales, en la infancia y la juventud, tienen incidencia en el moldeamiento de nuestro cerebro. La mejora de la alimentación y la adopción de hábitos más saludables, pero sobre todo el acceso a la educación y la estimulación cognitiva, dejan una huella profunda en la configuración de este órgano.

El concepto de plasticidad

El concepto de plasticidad sirve para explicar que el cerebro crea nuevas estructuras y conexiones entre neuronas en función de las condiciones que se encuentra. Este mecanismo se mantiene toda la vida, pero es en los primeros años de vida cuando desempeña un rol vital, porque es cuando se forma el cerebro, un proceso que va más allá de los 20 años y en el que el papel de la educación y de las actividades intelectuales es determinante. Por eso, esta hipótesis sugiere que cuanto mayor sea la estimulación de las capacidades mentales a lo largo de la vida, más ayudará a compensar los efectos del envejecimiento cerebral.

El primer autor del estudio, Charles DeCarli, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer en la Universidad de California en Davis, ha señalado que la genética “juega un papel importante en la determinación del tamaño del cerebro, pero nuestros hallazgos indican que influencias externas, como factores de salud, sociales, culturales y educativos, también pueden desempeñar un papel”. En todo caso, a pesar de identificar indicios significativos, el estudio no aporta conclusiones definitivas sobre esta hipótesis.