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Cocinar en el microondas es un avance incuestionable. Son muchísimas las recetas que se pueden elaborar en uno de los electrodomésticos estrella de las cocinas españolas ofreciendo un resultado sobresaliente. Sin embargo, no debemos echar mano a él cada vez que queremos calentar un alimento. Y es que, si ponemos dentro del microondas ciertos alimentos y contenedores y le damos al botón de encender pueden ocurrir cosas de lo más desagradables e inesperadas. ¡Estas son algunas de las cosas que nunca debemos meter en el microondas!
No hagas todo lo que internet dice que puedes hacer: si intentas hacer huevos duros en el microondas, lo más probable es que ocasiones un desastre, o que te quemes los dedos. El microondas calienta el huevo rápidamente y ocasiona vapor en su interior, que no tiene a donde ir. Confía en nosotros: si un huevo explota, es difícil limpiar el desastre. Lo mejor es no llevar huevos al microondas.
Es difícil descongelar un corte de carne en el microondas: las orillas comienzan a cocinarse mientras el centro sigue congelado. Y si además tu microondas no gira, el calor no se distribuirá homogéneamente, lo que puede hacer que ciertas bacterias comiencen a reproducirse. Lo mejor es que saques la carne del congelador una noche antes de que la vayas a cocinar, según los expertos en seguridad alimentaria de la Pennsylvania State University.
Calentar en microondas la leche materna hará que se caliente de manera poco homogénea, lo que puede ocasionar que ciertas áreas especialmente calientes quemen la boca de tu pequeño. Otras investigaciones sugieren que este método puede destruir algunas de las proteínas de la leche encargadas de enriquecer el sistema inmune de los recién nacidos.
Nos ha pasado a todos que hemos metido un plato de espaguetis o salsa de tomate para calentar y se nos ha llenado el interior del microondas de tomate salpicado. Si quieres evitar que se produzcan estas sucias explosiones, tápalo bien con un plato.
Ya sabes que meter contenedores de plástico en el microondas no es para nada seguro, pero aun así lo haces. Muchos contenedores plásticos tienen químicos, como el BPA, que contaminan tu comida al calentarse. Según un estudio publicado en Environmental Health Perspectives, 95% de los 450 productos plásticos (como botellas para bebés, bolsas reutilizables y otros contenedores) que analizaron, liberaron algún químico tóxico después de pasar por el calor del microondas o del lavavajillas, e incluso después de quedarse mucho tiempo en agua. Y esto ocurrió incluso con aquellos etiquetados como “libres de BPA”.
Son de plástico, y también liberan químicos tóxicos que contaminan tu comida al calentarse. Mejor, coloca tu comida en un plato de cristal y, entonces sí, cubierto con una toalla de papel, caliéntalo en el microondas
¿Tienes muchos platos de cerámica o algunos con bordes de metal? Aléjalos del microondas. Incluso si los detalles de metal son minúsculos, van a reaccionar en el microondas. Pero sí es seguro usar platos de cristal coloreado en el microondas.
Sin nada que absorba las microondas, el magnetrón (que es lo que hace que el microondas funcione) terminará por absorberlas, lo que puede dañar tu aparato y hasta hacer que se desate un incendio. Asegúrate de que hay algo que calentar antes de que presiones el botón de inicio.
Cuando el agua natural en vasos de cristal o cerámica durante mucho tiempo evitará que se formen las burbujas que, eventualmente, hacen que el líquido se enfríe. Esto ocasiona que el agua se caliente demasiado, y cuando muevas el vaso ese calor saldrá abruptamente en forma de agua hirviendo. Para evitar esto, caliéntala sólo durante el tiempo que en verdad sea necesario, o poco a poco.
Ciertas tazas elaboradas antes de 1960 estaban barnizadas con materiales que, en muchos casos, contenían metales pesados, según Smithsonian.com. Esa taza antigua que compraste en la tienda de antigüedades puede ser hermosa, pero quizá sea mejor que la uses para poner lápices.
Que un contenedor diga que puede usarse en microondas quiere decir que ni se va a dañar ni dañará tu microondas, pero nada más. Lamentablemente, quienes los hacen ni siquiera tienen forma de probar que seguirán siendo seguros después de haber pasado por el microondas (por eso te quemaste al calentar tu café).