"Mi compañía de gas me cobró un sablazo que no había gastado y no soy el único": cómo reclamar bien

  • Mientras las compañías energéticas obtienen millonarios superávits, muchos clientes se quejan de las 'lecturas estimadas'

  • Se trata de las mediciones que hacen las compañías cuando no han tenido acceso a los contadores

  • Estas estimaciones se hacen basándose en el historial de consumo del cliente pero muchos denuncian que esto no se cumple

Las luces de Navidad seguían brillando en la casa de Paco Rosales cuando, al revisar su cuenta bancaria, descubrió que la compañía de gas y electricidad le había pasado una factura de 842 euros. Le habían dejado en blanco. Como aún estaba a tiempo, pudo devolver el recibo y, tras el disgusto, afrontar los gastos del mes.

Paco se comunicó de inmediato con la empresa comercializadora y tras muchos minutos de espera y varios cortes de la llamada le explicaron que la compañía distribuidora de gas había hecho una 'lectura estimada' de su consumo y que el resultado de dichas estimaciones era ese. Que ellos no podían hacer nada.

La culpa es del usuario

Empezaba así el periplo de Paco en pos de solucionar lo que reconoció de inmediato como un 'abuso por parte de la compañía suministradora'. Tras múltiples quejas, llamadas y reclamaciones, finalmente pudo llegar a una operadora que aceptó registrar medida real del contador. No sin antes recordarle que la empresa daba aviso de los días en que pasará la persona que se encarga de revisar los contadores. "Por lo general te dejan un papel en la comunidad -asegura Paco- pero luego estas personas vienen en horario de trabajo, cuando no hay nadie para dejarles entrar". Es entonces cuando la empresa aplica las famosas lecturas estimadas que, contrariamente a lo que manda la ley, ya no solo superan el consumo promedio del usuario, sino que en ocasiones lo triplican.

De hecho, en el caso de Rosales, la compañía sí tenía su medida real porque una semana antes, llegó un encargado de tomar la lectura y Paco, al estar de baja, pudo dejarle pasar. "Seguramente la factura siguiente ya le vendrá con la lectura real" le dijeron desde la compañía. Pero el recibo de 800 euros se lo habían querido 'colar' igualmente.

El caso de Rosales no es el único. En octubre del año pasado la periodista Cristina Fallarás recibió una factura de 500 euros. "Ese mes ni siquiera estaban los niños en casa y yo no había encendido la calefacción - explica Fallarás-. Cuando llamé a la compañía para preguntarles si ducharme con agua caliente costaba 500 euros al mes, me dijeron lo de la lectura estimada".

La periodista admite que se tuvo que 'poner muy borde' para que le cogieran la lectura real del medidor y así fue como los 500 euros que le habían cobrado terminaron convirtiéndose en 120. "Y ya está. No te dicen nada. No te dan ninguna explicación", comenta Fallarás. "Pero semanas después, sin mediar notificación alguna, vino una persona y me cortó el gas. Al preguntarle la razón me dijo que a él solo le pasaban una lista y que mi casa figuraba en la lista de suministros a cortar. El caso es que días después, sin que mediara un pago de mi parte, porque no debía nada, volvió el mismo señor a reconectarme el servicio, así, sin mediar comunicación alguna. Te dejan sin servicio varios días y no te dicen nada".

Otros costos añadidos

Por si fuera poco, el "timo de la lectura estimada de los contadores" - como lo llama Paco- no es el único al que se ven sometidos los usuarios. Hace unos días un reportaje de 'Público' denunciaba que "los hogares y la familias españolas han pagado en los dos últimos años 12.000 millones de euros de más en los recibos de la luz y del gas, al haber soportado unos cargos regulados superiores en esa cuantía a los que requerían el sistema eléctrico y el gasístico".

Estos costes son "las actividades de transporte, distribución, comercialización a tarifas, los costes permanentes del sistema y los costes de diversificación y seguridad de abastecimiento" (según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) y contrariamente a lo que se pudiera pensar no los asume la empresa que provee el servicio sino que se reparte entre el cliente y el Ministerio de Industria (es decir, a la larga, también el cliente).

¿Qué hacer?

Procurar suministrar los datos reales de lectura al menos cada dos meses, para empezar. Por otro lado, aunque las lecturas estimadas tienen validez según la ley, estas muchas veces se convierten en el mecanismo habitual, lo que no beneficia a los usuarios. "Hoy te pueden hacer mediciones estimadas 11 veces al año -dice Rubén Sánchez, de Facua.Consumidores en Acción-, nosotros creemos que es excesivo, que deberían ser seis como mucho".

Ante la detección de cualquier cobro excesivo, el cliente siempre puede devolver el recibo (como hizo Paco) hasta regularizar la situación, aunque no deberían verse obligados a esa situación. También hay que tener en cuenta también que los encargados de tomar la lectura de los contadores están obligados a dejar un aviso de 'imposible lectura' en el que se indique claramente un número de teléfono y una dirección web para que el usuario pueda brindar los datos.

Por último, conviene revisar el histórico de cobros que se nos han estado haciendo y ante cualquier cifra irregular, ponerse en contacto con las compañías o acudir a las organizaciones de consumidores para presentar las reclamaciones pertinentes.