Venecia se sigue hundiendo: alertan de que ya tiene fecha de caducidad

Este lunes, en su primera salida de Roma en siete meses, el Papa fue a Venecia para, entre otras cosas, acudir a la prestigiosa Bienal de Arte. Allí, en plena homilía en la Plaza de San Marcos, Francisco ha recordado a los más de 10.000 fieles congregados una verdad conocida que muchos olvidamos: Venecia se hunde. Tanto que podría desaparecer este mismo siglo. "Venecia es una con las aguas sobre las que se levanta, y sin el cuidado y la protección de este marco natural podría incluso dejar de existir" ha dicho el Pontífice.

Venecia sin tí (y sin Venecia)

No hace falta ser el representante de Dios en la tierra para saberlo. De hecho, son ya muchos años en los que las autoridades alertan constantemente del peligro que corre la Ciudad de los Canales. Y tiene que ver, claro, con el cambio climático. Como se sabe, Venecia es una proeza de la ingeniería y arquitectura renacentista que elaboró su trazado de callejuelas y canales. Como dice Francisco, es una con las aguas, pero también es una 'contra' las aguas, que año sí y año no, causan inundaciones que anegan sus puentes y plazas. El problema es que esas inundaciones han ido en aumento debido al cambio climático y ese es un proceso aparentemente irreversible.

Fecha de caducidad

Ya en 2021 un estudio publicado por European Geosciences Institution llegaba a la conclusión de que la ciudad podría quedar completamente sumergida bajo el mar hacia 2100, dependiendo de las variaciones que haya en el nivel del mar Adriático en los próximos años, estrechamente relacionadas con los cambios en el Mediterráneo. Algo que solamente parece ir a peor.

El cálculo es que para ese año el agua habrá aumentado su nivel en 1.8 metros. ¿Es suficiente eso para desaparecer la ciudad? Probablemente no, más allá de los daños evidentes, que de hecho, ya han obligado a las autoridades a adaptar el trazado de la ciudad en más de una ocasión. El problema, según avisaba un reportaje de The National Geographic de 2022, "es que, con el tiempo, los cimientos de Venecia se han venido a menos. Año con año, la ciudad renacentista se está hundiendo también. Después de explorar varias alternativas, el gobierno italiano decidió que causaría más daño reparar las columnas que sostienen a la ciudad que sencillamente no intervenirlas".

Conviene recordar que Venecia, además del destino turístico que es parte del imaginario global, es una ciudad donde de hecho vive gente. Una de esas en las que por sus características tan particulares, sus habitantes caminan a todas partes. Y por supuesto simboliza también la búsqueda de la belleza, la espiritualidad y, por qué no, el hedonismo. Por eso a algunos les sorprende encontrarse, entre la maraña de turistas - el propio Papa ha tenido que llamar la atención sobre "la dificultad de crear un ambiente a medida del hombre a través de una adecuada gestión del turismo"- a vecinos caminando con una bolsa de espárragos, comercios tradicionales y gente, en fin, paseando al perro y haciendo vida cotidiana en su propia ciudad.

Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia (torrencial) si no se frena el desastre climático al que nos abocamos.