Paz Martín, arquitecta: "Las calles están pensadas para los coches, no para mayores y niños"

  • Sobre la vejez: "Yo cuando sea mayor querré vivir en un entorno que me guste y que no va a incluir ni jugar al dominó, ni talleres de cocina"

  • Sobre la ciudad del futuro: "Imaginaos una calle que es plaza durante unas horas, lugar de juego de niños durante otras y aparcamiento por las noches"

Arquitecta y concienciada con la madurez, Paz Martín lleva años luchando por la conversión de las ciudades en espacios sostenibles y accesibles. Su exposición 'EnvejezANDO' está recorriendo España de punta a punta para mostrar su investigación sobre las nuevas formas urbanas para “vivir con plenitud” la segunda mitad de nuestra vida. Preocupada por el aumento de la esperanza de vida, que en 2050 llegará a los 90 años, parece lógico que busque la transformación y mejora de los espacios comunes.

Las ciudades deberían ser espacios totales, con cabida para todos sus ciudadanos. ¿Crees que son de verdad así?

Las ciudades están pensadas para la juventud, la movilidad, el éxito y la producción. Nunca están pensadas ni para los niños ni para los mayores. Se plantean como máquinas eficientes donde el trabajo es lo importante. Es decir, todos salimos de casa a una hora, cogemos un coche, nos vamos a trabajar a una oficina, pasamos varias horas allí y volvemos. Y esas calles que no utilizamos, que en teoría deberían utilizar los mayores y los niños, que son los que tienen tiempo, no han estado cuidadas, ni valoradas, ni mantenidas para esas personas las puedan utilizar. Es más, solo hay coches.

¿Podríamos decir que, de alguna manera, excluir a algunos ciudadanos del disfrute de la ciudad es una forma de discriminación política?

Exacto. Cualquier acción dentro de la ciudad es política y cualquier construcción también lo es. La arquitectura es muy política porque nosotros habitamos un entorno que está gobernado por un partido. Cómo gestionamos eso, las alcaldías, las diputaciones es muy político. Cómo viven nuestros ciudadanos es una decisión política.

Dices que los más excluidos en las ciudades son los mayores, los niños y las mujeres, ¿qué modelo de ciudad propones?, ¿cómo ves la ciudad del futuro?

La ciudad del futuro la veo totalmente diferente. Principalmente va a cambiar por la revolución tecnológica que estamos viviendo. Por ejemplo, el coche como lo conocemos hoy demuestra un status. El momento en el que el valor del coche no esté en la marca y sino en sus prestaciones y en que sea más o menos ecológico, evolucionaremos. El futuro serán los coches sin conductor, coches que se van a cargar en otros sitios, coches que no aparcaremos en la puerta de casa porque no tendremos la necesidad de hacerlo… ¿Qué conseguimos con eso? Ganar más espacio. Imaginaos una calle que es plaza durante unas horas, bulevar durante otras, lugar de juego de niños y aparcamiento por las noches.

¿Está España preparada para construir estas ciudades que describes?

Realmente no. Somos muy buenos improvisadores pero eso significa una mentalidad a corto plazo. Envejecer es un proceso que dura muchísimos años pero no hay ningún partido que hable del tema, más allá de las pensiones.

¿Cómo tratan las ciudades al que va a ser su sector de población más numeroso dentro de solo diez años, cuando crezcan los niños del Baby Boom?

Hay otras prioridades por delante de ellos. Todo el mundo cuando habla de envejecimiento piensa en las aceras. Pero es más que eso. Es imposible encontrar un cartel, los niveles de iluminación son bajos, hay muy pocos para sentarse, casi ningún aseo público...

El pueblo representa el paradigma de la vida ideal

Los mayores en que estamos pensando son, en realidad, Antonio Banderas, Andrés Calamaro, Belén Rueda, Joaquín Sabina... ¿Deberían implicarse en la construcción de estas nuevas ciudades o estos nuevos espacios?

Es importantísimo. Creo que tenemos que hacer muchas cosas para cambiar la realidad de las personas que son mayores. Está demostrado que somos nosotros los que decidimos qué tipo de persona mayor queremos ser. Cuidarse, caminar, tener actividad física, rodearse de amigos, todo va a marcar cómo seremos. Las residencias como las conocemos hoy son horribles. Yo cuando sea mayor querré vivir en un entorno que me guste y que no va a incluir ni jugar al dominó, ni talleres de cocina, ni hacer crochet. He estudiado, he viajado… yo me querré tomar una cerveza o escuchar un concierto. Yo me siento mejor que cuando era más joven.

¿Son más habitables los pueblos?

Sí, estoy plenamente convencida de que las personas mayores son los repobladores del mundo rural. La gente mayor necesita aire puro, buena calidad de vida, mundo natural.. Tipológicamente el pueblo representa el paradigma de la vida ideal. Unos mayores conectados tecnológicamente, haciendo trekking, con buena comida, con un huerto… cualquiera firmaría.

Somos los que decidimos qué tipo de persona mayor queremos ser

¿Hay algún proyecto que deberíamos conocer desde el punto de vista de urbanidad accesible?

En Holanda existe “Villa demencia”. Es un pueblo precioso en el que la gente vive en casas de seis o siete personas. Esos pisos están decorados en el momento que perdieron la memoria. Los menús dependen de donde se hayan criado y vivido. Hay 250 personas trabajando allí, la mayoría médicos, enfermeros, geriatras, eso sí, ninguno va vestido de tal forma. Hay un bar, un teatro, un cine, un supermercado, un autobús... Es un poco 'El show de Truman'. Francia, que también está muy sofisticado en el cuidado de mayores, va a hacer lo mismo en otro pueblo.