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Si esta mañana te has levantado en el centro peninsular, te habrás dado cuenta de que hay algo raro en el ambiente, que el cielo está como rojizo. Si has salido a la calle, te habrás fijado en que el asfalto y los coches La culpa de todo la tiene la borrasca Celia que se ha formado en el sur peninsular, trae consigo viento, lluvia y oleaje y que afecta de forma significativa a la mayor parte de España.
Celia, en su avance, ha traído consigo una masa de polvo sahariano que, desde el lunes por la tarde, ha empezado a cubrir los cielos y a conferirlo un tono anaranjado, dejando imágenes más propias de Marte. Murcia y Almería fueron las primeras regiones afectadas por esta calima formada por un gran número de partículas de polvo y arena en suspensión. Lo cierto es que este fenómeno meteorológico no ha hecho más que empezar. Los meteorólogos prevén que siga avanzando de sur a norte y que alcance su máximo el miércoles por la mañana, aunque se mantendrá hasta el jueves.
La intrusión de la calima se va a solapar con las precipitaciones que trae consigo la borrasca y eso es lo que provoca las lluvias de barro o lluvias de sangre que han tenido lugar en el medio sur peninsular durante la noche y se espera que sigan toda la jornada.
Se produce porque las gotas de lluvia colisionan con las partículas de polvo suspendidas, la arrastran con ella y, al caer en la superficie, se depositan como si de barro se tratase. Este fenómeno es muy común tras episodios de sequía como los que estamos atravesando en los últimos meses.
Pese a que estas lluvias son típicas de Canarias, dada su cercanía con el continente africano, en los últimos años hemos podido ver lluvias de barro en varias ocasiones, lo que ha hecho que se asocie al aumento de las temperaturas a nivel global y la desertización en el norte de África.
Normalmente, la época en la que más se produce es en verano, seguido de la primavera y el otoño. Esto se debe es que las tormentas son más frecuentes en la zona del Mediterráneo en los meses más cálidos.
Más allá de la incomodidad de que todos los coches se pongan perdidos, así como las calles y fachadas, la calidad del aire durante estos días será muy mala. La intrusión de polvo produce una importante subida de partículas que son perjudiciales para la salud por encima de cierta concentración.
Estas concentraciones a corto plazo producen problemas respiratorios, especialmente a las personas más vulnerables como enfermos y mayores. A largo plazo produce numerosas enfermedades. Por eso, se recomienda reducir la exposición durante los días con elevadas concentraciones y llevar mascarilla.