¿Y si el negocio estuviese en el espacio? Sube la inversión en satélites de órbita baja

La economía espacial mundial crece sin cesar y cada vez es más importante en la transformación tecnológica y económica de la sociedad. En 2021 logró un valor global de 469.000 millones de dólares en 2021, un 9 % más que en 2020, según un informe de la un informe de la Space Foundation. Buena parte de la culpa es del fenómeno 'New Space', la apertura del espacio a un nuevo ecosistema de actores, empresas privadas y empresas emergentes con costos más reducidos.

La liberalización del sector ha permitido que el New Space ofrezca un amplio abanico de servicios en órbitas bajas, como el transporte y el turismo espaciales o las constelaciones de pequeños satélites para órbitas terrestres bajas (LEO) y muy bajas (VLEO), con gran potencial en tres industrias: telecomunicaciones (internet de las cosas), observación de la Tierra y observación espacial para un seguimiento y una vigilancia continuos, según informa la UOC.

Alta resolución a bajo coste

Las constelaciones de pequeños satélites de órbita muy baja (VLEO, very low Earth orbit) —a una distancia de entre 150 y 450 kilómetros de la Tierra— permiten obtener imágenes de alta resolución a bajo coste. Integran una tecnología más compacta que permite reducir el peso de los satélites y aumentar la resolución en menos tiempo. De ahí surgen constelaciones de satélites que dan cobertura de internet; por ejemplo, el proyecto Starlink de la empresa Space X, fundada por Elon Musk.

"Tienen más resolución porque, por la proximidad a la Tierra, permiten capturar imágenes de muy buena calidad sin tener que invertir en cámaras tan costosas como las que utilizan el resto de los dispositivos espaciales en órbitas más altas. Y en menos tiempo porque, al volar en órbitas bajas, pueden dar más vueltas al planeta y hacerlo más rápido", explica la experta en modelos de negocio New Space, Silvia Rodríguez-Donaire.

Nuevas aplicaciones de los datos espaciales

Los datos espaciales, que antes solo estaban en manos de gobiernos para finalidades básicamente de inteligencia, militares o científicas, ahora se están volviendo accesibles para empresas, con aplicaciones diferentes. Algunos ejemplos: para alertar de plagas en el sector de la agricultura, ayudar en la gestión sostenible del crecimiento de las zonas urbanas, calcular la ruta óptima para barcos de pesca o medir la eficiencia térmica de edificios.

Los adelantos tecnológicos en el mercado del New Space están haciendo posible una democratización de los datos gracias a una producción de más bajo coste que permite ajustar los precios de los servicios y hacerlos accesibles para las pequeñas y medianas empresas, lo que despierta el interés de nuevos inversores. Open Cosmos, Kreios Space o Asgard Space son algunas de las empresas que ya han aparecido en España.