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El auge de los pisos turísticos en las grandes ciudades y destinos vacacionales no solo está dificultando el acceso a la vivienda y reubicando a la población local en las afueras, sino que también está causando problemas de privacidad. Desde que los alojamientos al estilo Airbnb empezaron a popularizarse, no son pocos los usuarios que han encontrado dispositivos de vigilancia de lo más variopintos ocultos por la casa.
La gran pregunta es si el dueño tiene derecho a vigilar a sus inquilinos. Las normas de Airbnb permiten la instalación de sistemas de seguridad como detectores de ruido o cámaras de seguridad en los hogares, siempre y cuando no atenten contra la privacidad de los clientes. Están totalmente prohibidos todos los aparatos que no se comuniquen pertinentemente a los usuarios, como dispositivos de vigilancia en espacios privados u ocultos por la casa.
Sin embargo, que estén prohibidos no quiere decir que no los haya. Hoy día cualquiera puede comprar una cámara o dispositivo de espionaje en Amazon o eBay, así que si quieres estar seguro de que tu privacidad está a salvo cuando te alojas en una casa ajena, hay una serie de consejos que puedes seguir para descubrir aparatos ocultos.
En primer lugar, registra la habitación o espacio en el que te alojes. Muchas veces una cámara oculta no tiene por qué estar demasiado oculta. Revisa primero los objetos orientados a los puntos más privados de la estancia: espejos, objetos orientados a las duchas, al inodoro, a la cama, etc.
El espejo espía o de doble cara es totalmente ilegal, y ya se han reportado varios casos en alojamientos de Airbnb e incluso hoteles. ¿Cómo puedes distinguirlos? Traza una raya con un rotulador sobre el cristal. Si ves dos líneas el espejo es normal. Si solo ves una, alguien te está espiando.
Si no tienes un rotulador también puedes poner en práctica la prueba de la uña. Ponla contra el cristal. En un espejo real no puedes alcanzar tu propio dedo en el reflejo. Pero si puedes hacerlo es un fuerte indicio de que estás ante un espejo de dos caras.
Otra manera de buscar dispositivos de grabación en una estancia es usar una linterna. Todas las cámaras, por pequeñas que sean, usan cristal en sus lentes, así que reflejan la luz. Apaga las luces y busca objetos reflectantes con la linterna, especialmente en los muebles o en los lugares más recónditos.
También puedes buscar LEDs rojos o verdes. Las cámaras de vigilancia, tanto nocturnas como estándar, tienen pequeños pilotos de color que indican que efectivamente están encendidas. Apaga las luces y revisa en la oscuridad si se ven luces rojas o verdes titilantes.
Otra opción más expeditiva, y costosa, es la de comprar un detector de señales RF de radiofrecuencia, que son las que usan las cámaras ocultas para conectarse a las redes ocultas y transmitir la imagen. Aunque si no quieres desembolsar tanto dinero también puedes probar a llamar por teléfono a un amigo o familiar. Las ondas de radiofrecuencia pueden interferir en la señal de tu móvil, así que recorre la casa durante la llamada y si hay muchas interferencias en un punto concreto, ahí podría haber una cámara.