Aeropuerto de Teruel: de una base aérea abandonada a ser el gran almacén de aviones en Europa en tiempos de pandemia

  • La pandemia ha incrementado el número de aviones estacionados hasta cerca de su límite operativo, pero antes de la crisis el aeródromo de Teruel ya era rentable

  • Es el aeropuerto más rentable de España en tiempos de COVID a pesar de tener tan solo 8 años de vida

  • Nos encontramos en las instalaciones del aeropuerto con su director, Alejandro Ibrahim (54)

En el Aeropuerto de Teruel no rugen los motores de los aviones. No hay maletas, ni pasajeros esperando su vuelo, ni familiares recibiendo a sus seres queridos. No. Este lugar, en la llanura turolense, es un inmenso parking y desguace de aviones que ha tenido su 'boom' con la crisis del coronavirus.

Agradecidos por el calor estival, los 114 aviones que se distribuyen por la instalación aeroporturaria - la más grande de Europa en su categoría 'MRO' o de mantenimiento y reparación de aviones - se encuentran en fase de preservación; es decir, con los motores o las ventanillas tapados para que no se deterioren con el paso del tiempo.

En las 340 hectáreas actuales (en proceso de ampliación para acoger más aviones), se pueden ver desde los majestuosos B747 "Jumbo" hasta los famosos A380 - ya en declive -, pasando por otros más 'manejables' como los A321 o gigantes como el A330 o los A340 que Iberia acaba de retirar. Todos en reposo, todos esperando que vuelva su momento, ya sea surcando de nuevo los cielos, cambiando de dueño y uso, o, en el peor de los casos, siendo víctima de las máquinas de desguace.

Reciclando un aeródromo para reciclar aviones

Todo empieza en 1994. Por entonces, el Ejército deja de utilizar las instalaciones de la Base Aérea de Caudé, de 200 hectáreas. Queda en desuso durante los 10 años siguientes y no es hasta 2004 cuando el Ministerio de Defensa le traspasa los terrenos al Ayuntamiento de Teruel.

Alejandro Ibrahim, director general del Aeropuerto de Teruel, nos lo explica desde la sala de reuniones de la terminal: "Esto fue en la época antes de la crisis de 2008, donde todo el mundo quería tener aeropuertos. Aquí desde el inicio se planteó un aeropuerto industrial, nunca se pensó que iba a ser el típico aeropuerto de pasajeros, porque somos una ciudad de 30.000 habitantes en medio de Valencia, Zaragoza, Madrid y no tenía mucho sentido. Se trataba de hacer una actividad que, en 2007, no existía en ningún sitio y se veía que por la evolución de la aeronáutica tenía sentido hacerlo en Europa".

Así, cuando en 2009 se comienza el proyecto, el consorcio formado por el Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón expropian 140 hectáreas para conformar las 340 actuales e invierten 40 millones de euros para empezar la construcción. "La idea era hacer lo mínimo para que fuera rentable: una pista grande, una terminal pequeña y las infraestructuras mínimas necesarias. Se sacó a concurso el primer cliente, que es TARMAC Aragón, y en 2013 se certificó el aeropuerto y empezamos a operar", explica Ibrahim.

La COVID deja a la aviación en tierra

El despegue del Aeropuerto de Teruel llegó cuando todos los aviones tuvieron que aterrizar. Si habitualmente hay unos 3.000 aviones grandes en tierra, la pandemia del coronavirus paralizó toda la aviación, quedando en los aeropuertos más de 18.000 aparcados. Con todas las máquinas en tierra, aeropuertos como el de Teruel se convirtieron en piezas clave para poder estacionar y mantener ingente cantidad de aviones.

"En total habrán venido en este tiempo más de 40 aviones de Lufthansa, Air France, Etihad… Pero justo antes de la pandemia ya teníamos 80 aeronaves", explica Ibrahim. "A nosotros esta crisis no nos ha venido especialmente mal, porque nuestro cliente TARMAC ha aumentado un 50% el número de aviones estacionados, pero que económicamente las cosas no funcionen en el transporte aéreo no viene bien a nadie, porque al final nuestros cliente son las compañías aéreas y si a ellas no les va bien, a medio plazo a nosotros tampoco", asegura.

Tal sigue siendo la demanda de estos servicios, que a fecha 26 de agosto el Aeropuerto de Teruel era el tercer aeródromo con más aviones estacionados en toda Europa (114), solo por detrás de Madrid (130) y de Londres (115). Entre sus joyas estacionadas, nueve A380 cuyo futuro es incierto y varios B747 que cada vez serán menos frecuentes en los cielos.

Cohetes espaciales 'made in Teruel' y nuevas ampliaciones

Otro de los clientes del Consorcio del Aeropuerto de Teruel es 'PLD espacio', una empresa española con presencia en el aeropuerto y cuya principal misión es la creación de motores para nuevos cohetes espaciales. Nacida en Elche, lleva seis años en el aeropuerto y están probando motores para sus cohetes espaciales MIURA 1 y MIURA 5 y poner en órbita nanosatélites.

Además, tal es el éxito de este negocio turolense que el Consorcio está ampliando las instalaciones para construir el segundo hangar más grande de España, donde podrán entrar dos A380 o seis A321. También se están asfaltando más hectáreas para poder almacenar un mayor número de aviones y se está levantando un nuevo hangar de pintura y otros tres destinados a pequeños aviones.

Precisamente es para estos aviones ejecutivos y sus dueños por los que el Aeropuerto de Teruel pidió autorización para poder recibir pasajeros y le fue concedida a mediados de junio. "No más de 19 por vuelo, pero perfecto para los aviones ejecutivos pequeños", afirma Ibrahim.

Y es que, como él mismo afirma, la principal baza de este aeropuerto no son los pasajeros sino los aviones. A diferencia con otros aeropuertos españoles, construidos para transportar pasajeros, el de Teruel tuvo muy claro desde el principio que sus clientes eran otros. "Este negocio e rentable en estas circunstancias, en otras no lo es. Esta es una actividad compleja y para tener una rentabilidad como tiene este aeropuerto tienes que tener mucho volumen, estar muy especializado y saber bien lo que estás haciendo. Pero a todos los deseo suerte, porque cuanto más movimiento haya en los aeropuertos, mejor para todos", dice Ibrahim.

Ahora, el futuro pasa por seguir diversificando este negocio que prevé tener a 450 trabajadores activos en los próximos años y comenzar con su particular 'desescalada': "Se están empezando a ir aviones porque las compañías van reactivando su flota. Y eso es un trabajo, porque tienes que prepararlo todo para que se puedan ir", concluye el director del aeropuerto.