Ni una pista de más: guía para publicar fotos en redes sociales durante las vacaciones

  • Se recomienda subir las fotografías cuando nuestras vacaciones hayan terminado. Cuando lo hacemos en tiempo real, los ladrones pueden sacar mucha información

  • Proteger nuestra IP y tener cuidado al conectarnos a redes públicas es imprescindible para estar a salvo de los amigos de lo ajeno

Este es el plan: sol de justicia, maleta con lo imprescindible, niños, pareja, perro babeante, avión low cost, playa, montaña o camping, mariscada o chuletón, de paso un poco de remojo para coger forma de salmonete, y toda esta secuencia de la felicidad intolerable con la mano preparada para encender el móvil y tomar una foto de nuestra cara. Ni Nerón cuando incendió Roma parecía más saludable.

Que todo el mundo aprecie nuestro amor a la barbacoa, a la cala escondida, al chiringuito; que sepan la fecha en la que la foto fue tomada y se enteren bien, bien de que estamos a cinco mil kilómetros de nuestro piso en Leganés o en Vic.

Hacernos fotos en vacaciones apetece, subirlas a redes sociales es casi imprescindible para que el mundo conozca que ninguna cadena nos ata ya a las ciudades-horno en agosto, pero no siempre es recomendable. No como todos lo hacemos, desde luego.

Te contamos por qué.

Contar nuestras vaciones en redes es una mala idea

Un estudio del Instituto Sondea para la empresa Securitas Direct, experta en la encrucijada de proteger el hogar de las manos largas, afirma que más de un 60% de españoles nos cuenta sus vacaciones en redes, como si su foto imitando a una sirena o a Moby Dick en la roca más pintona de la cala fuera a alcanzar cotas de originalidad nunca vistas. El 70% lo hacen en Facebook, la segunda social por excelencia para dar envidia al vecino después de Instagram, que sin embargo tiene un porcentaje menor de exhibicionistas (14% la eligen para enseñar el interior día de la paella familiar; y más mujeres que hombres)

Otros datos te lo cuentan todavía mejor: en España se desvalijan una media de 127.000 casas cada año. Si esto es cierto, son más de trescientos robos de viviendas al día con los amigos ajeno bebiéndose tu whisky japonés. Cuatro minutos para erotizar y desarmar tu cerradora; veinte minutos de media por robo y en pleno día, la franja más popular para las intrusiónes.

En vacaciones, haces el agosto echándote la siesta en el hotel de la Costa Brava mientras uno de tus hijos entierra al otro en la arena y recita un pasaje funerario, y los ladrones siguen-para-bingo porque lo saben; saben dónde estás, con quién, y qué fácil es fingirse vecinos del bloque, aprovechar un descuido y reventarte la puerta. Puedes pedirles que se lleven ese cuadro de tu bisabuela tan espantoso por el que tu mujer siempre te abronca en público, no hay problema con eso.

Por qué no hay que subir fotos de nuestras vacaciones en redes

Es muy sencillo. Los ladrones saben de ti y de tus costumbres más de lo que piensas cuando eliges subir una fotografía de tu verano fuera de casa a Instagram, Facebook o Twitter. Tener acceso a esa información es relativamente fácil, si tenemos en cuenta que, además, no cuidamos ciertos detalles. Por ejemplo, tuiteamos, instagrameamos y publicamos en Facebook en tiempo real. Luz y taquígrafos para los ladrones, que pueden ver la fecha, comparar el tiempo entre nuestras publicaciones, y hasta estudiar si hemos subido algunas fotos pre-vacaciones, cuando estábamos preparando el viaje y nos pareció la mejor idea sondear a nuestros followers con qué bañador o vestido era mejor para lucir cacha en el paseo marítimo. Publicamos de más, como terroristas suicidas.

Tanto es así, que un buen porcentaje de los que lo hacen reconocen ser muy conscientes del peligro; somos, como si dijéramos, adictos al postureo antes que criaturas prudentes, esas que por lo menos toman unas mínimas precauciones a la hora de enseñar sus ‘vergüenzas’ vacacionales. En Gran Bretaña, una encuesta de 2019 reveló que muchos afectados por un hurto en el domicilio tenían sospechas de haber facilitado información clave a los ladrones con su vida disoluta en redes.

Consejos para mostrar tu verano en redes sin preocuparte de los ladrones

Sentido común, el más común de los sentidos. El exceso veraniego, la comilona y el relax no está reñido con la precaución. Es muy fácil limitar la información que ofrecemos a los amigos de lo ajeno. Si todavía queremos contarle nuestro verano a todo el mundo en las redes sociales, se recomienda subir las fotos cuando las vacaciones hayan terminado. Nadie debe saber que nuestra casa está desprotegida durante el chapuzón y los días de descanso.

Otra buena manera de protegerse es limitar la privacidad de nuestras publicaciones en Facebook o Instagram el tiempo que dure el asueto y la huida tan merecida de las vacaciones: ocultar el IP y la ubicación de nuestros post y fotografías (con un programa VPN). Evitar en lo posible las redes Wifi gratuitas (cafeterías, supermercados, plazas) y así no darle acceso fácil a los ladrones, que abrevan a pelo de nuestra información cuando nos descuidamos. Cuenta privada y vida compartimentada, casa segura.

Ni que decir tiene que, para la vida ‘real’ (del trabajo a casa y de casa al trabajo), no hay que publicar ningún dato confidencial en las verdes praderas de Internet: jamás nuestra dirección, DNI o correo electrónico personal.