{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Un despiste, una sartén mal apagada que empieza a hacer combustión por la noche y una desgracia que sorprende con consecuencias fatales. Para evitar estos sustos mayores, sobre todo de cara a nuestros padres, es recomendable la instalación de detectores de humo para que puedan darles tiempo a reaccionar y avisar a los servicios de emergencia. Hacemos un repaso de lo que se debe saber para tener uno de estos detectores.
Lo primero que nos tiene que llamar la atención a la hora de adquirir uno de estos productos para nuestros padres o para nosotros mismos es ver qué tipo de detección tiene. Hay algunos modelos que únicamente detectan las partículas provocadas por el humo, pero también hay otros algo más avanzados que también son capaces de lanzar una alerta si detectan elevada presencia de CO2 en el ambiente o de otro tipo de gases, lo cual también es muy útil en el caso de instalaciones ya con una cierta edad avanzada.
Otra de las características fundamentales es la instalación del dispositivo en la casa. Habitualmente, la gran mayoría de los detectores de humo estándar no requieren ni de tornillos ni de conexión a la red eléctrica. Bastaría con unas cintas adhesivas de doble cara para fijarlo al techo y que no se mueva de ahí. En cuanto al suministro de potencia, prácticamente todos son a pilas estándar y, al consumir tan poca energía, pueden durar varios años.
El último de los tres puntos que debes tener muy en cuenta es el sonido que va a emitir el detector de humo. Lógicamente, cuanto más alto y más agudo, mejor. Por eso, evita en las tiendas que te den uno en el que te prometan que no suena demasiado. Lo que interesa, en este caso, es que cuando suene porque tiene que sonar, que suene lo más alto posible para que, si es necesario, nos despierte rápidamente y salir corriendo.
Dependiendo del dinero que quieras invertir en tu seguridad, puedes adquirir detectores que tengan funciones algo más avanzadas. Por ejemplo, que estén conectados entre los distintos detectores que instales en casa de tal modo que si suena uno en la cocina también suene el que tienes en el dormitorio por si justo en ese momento te encuentras ahí.
Otra función avanzada es la conexión que uno de estos aparatos puede tener con una centralita de alarmas o de servicios de emergencia para que salte la alerta en el centro de coordinación justo en el momento en el que salta en casa. Gracias a la geolocalización, los servicios de emergencia podrían estar allí incluso antes de que tú los llamaras.
Por último, tampoco hay que dejar de lado la posibilidad de que los detectores, al saltar su alarma, te enviaran una notificación al teléfono móvil. Muy útil por ejemplo si no estás en casa o si lo instalas en casa de tus padres para que te salte a ti y también estés al corriente.
No vale cualquier ubicación de la casa. Hay determinados lugares en donde no es recomendable instalar un detector de humo. Si solo se va a instalar un aparato en toda la casa, lo recomendable es que se encuentre cerca de los dormitorios. Por ejemplo en el pasillo de acceso a los mismos.
Además, tiene que estar separado unos 30 centímetros de la pared, ya que el humo, al ascender, se mueve de manera horizontal, por lo que va a ocupar las esquinas en primer lugar. Si se colocar separado de la pared, la alarma sonará cuando el humo ya sea una amenaza real y no una falsa alarma.
Por último, si el detector que has adquirido es altamente sensible, tampoco es recomendable que sea instalado en la cocina, dado que el propio humo del cocinado de alimentos podría hacer disparar una falsa alarma.