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Internet se ha convertido en una parte fundamental de nuestro día a día. Ya sea por motivos laborales, por puro entretenimiento o sencillamente porque queremos socializar con alguien, cada día pasamos horas y horas navegando por la red en busca de algún tipo de contenido.
Según los datos del informe Digital 2021, el estudio elaborado por la plataforma de gestión de redes sociales Hootsuite y la agencia creativa especializada en social media We Are Social que analiza las tendencias digitales y redes sociales, el usuario medio pasa una media de siete horas al día en internet. Sin embargo, no es lo mismo disfrutar de internet en el centro de las grandes ciudades que en un pequeño pueblo dejado de la mano de Dios.
En algunos lugares, de hecho, las conexiones tradicionales de fibra óptica y el ADSL no llegan, y sus habitantes se ven obligados a buscar otras alternativas para conectarse a la red. Algunos tiran directamente de los datos que tienen contratados con su tarifa móvil, pero hay casos en los que la cantidad de datos no es suficiente como para dar respuesta a sus necesidades.
Para estas situaciones, existe una alternativa que permite disfrutar de un internet de mayor calidad incluso en zonas en las que las conexiones tradicionales no llegan: el internet por satélite.
Tal y como su propio nombre indica, el internet por satélite es aquel en el que nos conectamos directamente a un satélite, en lugar de a un router cableado.
Este tipo de internet permite que las personas que viven en lugares a los que no llegan las conexiones tradicionales puedan conectarse a la red. Además, no necesita que el titular tenga contratada una línea telefónica para poder conectarse a internet, aunque sí es necesario instalar una parabólica en el exterior de casa.
El coste de instalación de la parabólica, si bien puede estar subvencionado, suele rondar los 100 euros, un gasto a tener en cuenta a la hora de decantarnos por esta alternativa. Además, el tiempo de respuesta del internet satélite suele ser mucho más lento que el de las conexiones tradicionales, lo que puede darnos problemas a la hora de jugar a juegos online o realizar videollamadas, y su velocidad no siempre está garantizada, sino que puede variar en función del tipo de carga de la red y de las condiciones meteorológica en las que nos encontremos.
El funcionamiento del internet por satélite es, por lo demás, bastante sencillo, ya que solo necesitamos instalar la parabólica en el exterior de nuestra casa.
Esta parabólica estará instalada en un módem igual que el que utilizan las conexiones tradicionales y, a través de ella, podremos crear una comunicación bidireccional con el satélite. Al hacerlo, el satélite rebotará los datos de nuestra señal a los concentradores de la compañía con la que hemos contactado este servicio, que mandará de vuelta la información a nuestro domicilio para proporcionarnos el acceso a la red, ya sea desde nuestro ordenador, teléfono u otros dispositivos móviles.
El internet por satélite puede ser una gran alternativa para los lugares que no pueden disfrutar de las conexiones convencionales de internet, por lo que, si estás en esta situación, tal vez te compense comparar las tarifas de las compañías. Actualmente, son muchas las empresas que ofrecen este servicio, con un precio que oscila entre los 20 y los 100 euros mensuales, dependiendo de los gigas y la velocidad.