Dice la leyenda popular que el primer tatuaje ha de tener un significado concreto. No se aducen motivos, pero es la ley no escrita por la que se rigen las personas que se pintan para siempre. De los tatuajes también se dice que forman parte de las locuras de la juventud, que son esas cosas de las que luego, a medida que nos hacemos mayores, nos terminamos arrepintiendo. Pero esto no siempre es así. Los tatuajes no son patrimonio de ninguna generación y no importa a qué edad nos dejamos marcar para siempre con la aguja. Enrique (91 años) es un buen ejemplo de ello.
Después de 64 años de matrimonio, la esposa de Enrique, Lola, falleció en 2017. Él tenía, por aquel entonces, 87 años. Pero ha sido ahora, a sus 91, cuando ha decidido marcarse para siempre en recuerdo de su mujer, a la que tanto quiso a lo largo de su matrimonio. El sábado pasado fue a un estudio de tatuajes y lo hizo: se puso 'Lola' en el antebrazo. La historia ha sido compartida por su nieta Lolique, @missbosch_, a través de Twitter.
Las redes sociales se han volcado con la historia, que ya acumula más de 2.600 me gusta y 264 retuits en apenas un día. Enrique, por su parte, ha demostrado que los tatuajes no entienden de edades y que nunca es demasiado tarde para hacerlo, especialmente en un caso tan emotivo como el suyo. Ahora, el nombre de su amada quedará para siempre marcado en su piel y el recuerdo no desaparecerá nunca.
Si bien es cierto que no hay por qué arrepentirse de los tatuajes, cada vez son más las peronas que deciden quitárselos una vez pasado cierto tiempo. Esta circunstancia se puede ver reflejada en el mercado de la eliminación de los mismos está creciendo desde hace años, según un estudio de Market Research Future. En concreto, la investigación apunta a que en los próximos años el sector crecerá a un rtmo de un 15,6 %, que supondrá una facturación para el final de ciclo (2017-2023) de unos 4.800 millones de euros.
Además, la técnica de borrado de tatuajes ha evolucionado de forma considerable, hasta el punto de retirar aquellos dibujos que te hiciste hace décadas en unas pocas sesiones. Tal y como apuntó a Uppers la experta Josefina Royo de la Torre, directora de la clínica IML especializada en eliminación de tatuajes, "es necesario que las partículas de tinta absorbidas por la piel se fragmenten en micropartículas y que se reabsorban a través del sistema linfático". Para ello, se utilizan "láseres de picosegundos, donde el estallido es superior y las partículas son aún más pequeñas, por lo que son mejor absorbidas por el organismo", señaló Royo de la Torre.
Aunque pueda parecer la gente se echa atrás a medida que se hace mayor, la edad no tiene que ver necesariamente. "El arrepentimiento se produce en personas de todas las etapas. Más bien está vinculado a un sentimiento que, en un momento dado, deja de tener sentido", explicó la experta. Por su parte, el tiempo de borrado depende de la pigmentación y el tamaño de los tatuajes. "Con el nuevo láser se ha reducido bastante (el tiempo), pero algunos pueden necesitar 10 sesiones o más. Un tatuaje tribal sin tinta profunda se puede quitar en 3 o 4 sesiones", indica Royo de la Torre.