¿Negacionistas de la nieve? Un científico explica por qué no se derrite con un mechero pero sí con soplete

  • La borrasca Filomena ha traído el caos en las carreteras y las calles y también ha dado alas a los "nievecionistas", aquellos que ahora creen que la nieve no es nieve si no plástico

  • En Uppers acudimos a la llamada de la ciencia y hablamos con Dani Guirado, de Ciencia en el Bar, para que nos explica qué ocurre realmente con este "fenómeno"

Cuando parecía que 2020 había insuperable, llegó 2021 y nos trajo a la borrasca Filomena. Todo el centro peninsular colapsado por la nieve y las redes sociales llenándose de vídeos con los efectos del manto blanco. Sin embargo, uno llamó la atención por encima de los otros: el de una persona intentando quemar la nieve y afirmando que era plástico porque olía a plástico quemado. Era la llegada de los "nievecionistas". Y no tardó en ser replicado por otras personas haciendo lo mismo y preguntándose si lo que había caído era nieve de verdad o formaba parte de algún plan creado por poderes ocultos. En Uppers hemos acudido a la ciencia para explicarlo.

Concretamente a la Ciencia en el Bar, que es donde nos gustaría estar al margen de borrascas, olas de frío y pandemia coronavíricas. Dani Guirado, científico, nos ha dado la solución al enigma que ha traído de cabeza a las mentes más retorcidas de las redes sociales.

¿Qué se ve en estos vídeos?

Una persona coge la nieve de su terraza y dice que la va a quemar con el mechero "para que veáis que no es nieve". "Esto como veis no se deshace y se queda negra. El olor es... no os podéis imaginar. Esto debería traer agua, pero mirad cómo ha quedado de negro. Esto es puro plástico. Comprobadlo vosotros".

¿Qué ocurre realmente?

"Los residuos de combustible con el que se produce la llama del mechero se acumulan en la superficie de la nieve o del hielo. Esto mismo pasa al intentar quemar el culo de un vaso de vidrio o el fondo de un plato de cerámica. ¿De verdad nunca lo habíais intentado? Esto demuestra que los negacionistas van poco a los bares a hacer apuestas borrachos. Cuestionar la naturaleza de la nieve puede ser un ejercicio escéptico fantástico, pero faltar a los bares, a las borracheras y al juego es más un signo de incivilización y barbarismo", nos comenta Dani Guirado de Ciencia en el Bar.

"Cuando doy con el mechero, la nieve no se derrite instantáneamente en el punto en el que aplico el fuego. ¡Cierto! El calor se reparte por toda la bola de nieve y arranca una molécula aquí y otra allá. Si estamos bajo cero, esas pocas moléculas lentamente arrancadas por el calor, se reintegran en forma de nieve otra vez. Si estamos por encima de cero, se derretirá con o sin mechero, pero más rápido por donde damos con el fuego. Insistid durante minutos y veréis", explica.

Con un soplete la historia cambia

Sin embargo, si en vez de aplicar fuego con un mechero se lo aplicamos con un soplete, la historia es bien distinta.

"Si le doy a la nieve con un soplete, sí que hago un agujero en la nieve. Claro, es que el fuego del mechero está a menos de 1000 grados y el del soplete está a mil y pico", explica el científico. "A esa temperatura tan alta no da tiempo de que el calor se disipe por la bola de nieve antes de que el hielo pase casi directamente a vapor, razón por la cual, vemos la merma de la nieve, pero no gotea agua. ¿Por qué directamente a vapor? Eso se llama sublimación y ocurre en casi todos los sitios del universo. De hecho, lo raro es que el agua se mantenga líquida estable como pasa en las muy especiales condiciones de presión y temperatura ambientales de la Tierra. La temperatura del soplete no es temperatura ambiente", aclara.

Por cierto, con un lanzallamas también se derrite.

Un poco de autocrítica científica

Por último, intentando buscar algún tipo de explicación de por qué hemos llegado hasta aquí, teniendo que aclarar que la nieve no es plástico, Guirado cree que la culpa, realmente, no es de los negacionistas, "sino de los científicos, que durante décadas nos hemos negado a la labor de divulgar y comunicar. Y a los docentes, que durante más de cien años se han empeñado en educar en serie, en vetar el espíritu crítico, cambiar la Filosofía por Historia wikipédica de unos cuantos pensadores y poner el método científico en el cajón de la cultura, sin notar que hay más astronomía en el Quijote que en el Planetario de Madrid, ahora nevado, redondo y con mucho plástico en su estructura".