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Ni medias tintas ni palabras tibias. Josep Borrell nunca ha evitado hablar claro. Los asuntos impopulares parecen ser su especialidad, como ya demostró en la crisis en Cataluña.
Hoy, cuando Europa es el escenario de una nueva guerra, la contundencia verbal del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores (equivalente a ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Europea), ha vuelto a llamar las cosas por su nombre en un discurso ante el Parlamento Europeo en el que ha expresado sin ambages la posición de la Unión y ha suscitado el mayor de los aplausos.
El Parlamento Europeo acaba de aprobar una resolución sobre la invasión rusa de Ucrania en la que pide a las instituciones comunitarias otorgar a Ucrania el estatus de país candidato a entrar en la UE, junto a una batería de sanciones que impliquen restricciones a la importación en el continente de gas y petróleos rusos.
Lo relevante del discurso de Borrell es que representa un tratado de nueva política ante un hecho inédito: el conflicto de Rusia y Ucrania ha hecho que la UE tenga que erigirse como un estado de naciones que responde con una sola voz ante una agresión.
Son muchas las ideas de este análisis del político español que seguramente pasarán a los libros de Historia, pero si tuviéramos que elegir ocho frases fundamentales, serían estas:
"Nos acordaremos de quienes en este momento solemne no están a nuestro lado".
"No vamos a cambiar derechos humanos por gas".
"Nadie puede mirar a otro lado cuando un potente agresor agrede sin justificación alguna a un vecino mucho más débil".
"No vamos a abandonar la defensa de nuestros derechos humanos y libertad porque seamos más o menos dependientes de Rusia".
"No podemos seguir confiando en que apelar al estado de Derecho y desarrollar relaciones comerciales van a convertir al mundo en un lugar pacífico".
"Estamos trabajando para cancelar la dependencia comunitaria de los hidrocarburos rusos"
"Este momento trágico puede servir para que los europeos se den cuenta de que vivimos en un mundo peligroso que amenaza la vida y la prosperidad de todos, y que debemos reforzar nuestra unión".
"Las fuerzas del mal siguen vivas y frente a ellas tenemos que demostrar una capacidad de acción mucho más poderosa, mucho más consistente y mucho más unida que la que hemos sido capaces de hacer hasta ahora".