Sesgo del superviviente: cuando los ingleses quisieron mejorar sus aviones contra los nazis y no sabían qué parte reforzar

  • El sesgo del superviviente nació durante la II Guerra Mundial después de analizar los disparos de los nazis a los aviones aliados

  • Su creador es Abraham Wald, un matemático húngaro experto en análisis estadístico, geometría y teoría de la decisión

  • Esta falacia lógica se puede aplicar a muchos aspectos de la vida y ámbitos diarios.

Sesgo del superviviente. Posiblemente hayas oído ya hablar de esta falacia lógica, sobre todo ahora que los datos y los números circulan con más libertad por las redes sociales. Sin embargo, este concepto se acuñó durante la II Guerra Mundial y tiene sus aristas prácticas todavía en la actualidad con toda la pandemia del coronavirus. ¿Quieres saber en qué consiste?

Viajemos, por un momento, a 1940. Los aliados se encuentran inmersos en continuas batallas aéreas contra la aviación nazi y sumando en su haber numerosas derrotas. La Luftwaffe mostraba en todos los combates una superioridad técnica y táctica respecto a sus enemigos, lo que hizo que los jerifaltes aliados decidieran estudiar qué es lo que estaba ocurriendo para que sus aviones cayeran con tanta facilidad.

En estas, los ingenieros Heinkel, Junkers, Tank y Massermitch empezaron a entrevistar a los aviadores que volvían sanos y salvos de los combates aéreos. Sus análisis se centraban en los puntos donde sus aviones habían sido impactados por las balas nazis y, de este modo, los investigadores consiguieron elaborar un mapa de aquellos lugares donde más veces eran dañados los aviones.

Ya lo tenían. Pensaron entonces: "tenemos que reforzar los puntos rojos, que es donde más veces nos disparan y nos dan". Con esta idea se marcharon al estudio de Abraham Wald, un matemático austriaco de origen judío que les ayudaría a terminar el estudio para presentarlo a las altas esferas y tomar las decisiones adecuadas.

Cuando Wald vio aquello dijo algo así como: "Un momento, que igual estamos completamente equivocados". Lo que el matemático venía a decir era que lo estaban estudiando al revés. Todos esos impactos los habían recogido en aviones que habían podido aterrizar y a cuyos pilotos habían podido entrevistar. Es decir, habían sobrevivido a pesar de los disparos. Sin embargo, los aviones que habían sido derribados eran aquellos que habían sido impactados en las zonas sin puntos. Wald propuso entonces fijarse en los perdidos, no en los supervivientes. Y ahí nació el llamado "sesgo del superviviente".

Con esta idea, tanto Wald como el resto de ingenieros presentaron el proyecto de reforzar los aviones en la zona de la cabina, los motores y la parte media, de tal manera que todo el fuselaje quedara así más resistente a los impactos nazis y tuvieran más posibilidad de ganar las batallas. Un cambio de punto de vista que fue fundamental para el devenir de la II Guerra Mundial.

Aplicaciones de este sesgo en otros ámbitos

Tras la aplicación de esta falacia en la II Guerra Mundial, han sido múltiples los lugares, ámbitos de la vida donde ha podido ver cómo funcionaba. En el arte, en la economía, en el mundo del deporte e incluso ahora con la crisis del coronavirus se ha podido comprobar el funcionamiento de ese sesgo.

El matemático Javier Álvarez Liébana recogía algunos de estos ejemplos en un hilo de Twitter que se hizo viral en octubre de 2020. En él explicaba cómo, en el ámbito de las finanzas ocurre cuando la mayoría de los grandes fondos de inversión presentan grandes rentabilidades y uno puedo pensar que el éxito está asegurado. ¿Por qué? Porque, al final, los menos rentables acaban desapareciendo o fusionándose con otros con más éxito.

También explica otro ejemplo con los jugadores de la NBA: "El sesgo del superviviente es fundamental en la creación de roles en los jóvenes La mayoría de jugadores NBA nunca acabaron la universidad --> para tener éxito hay que dejar los estudios ¿El problema? No analizar los millones que dejaron sus estudios y nunca fueron a la NBA".

En el caso del coronavirus, también se puede encontrar este sesgo del superviviente a la hora de contabilizar los contagiados. Muchas veces hemos leído titulares del tipo "Se detectan el 80% de casos en los domicilios", y lo hemos dado por bueno, cuando realmente la pregunta y la reflexión que había que hacerse es: ¿Y qué ocurre con el resto que no estamos detectando? E incidir y centrar los esfuerzos en encontrar las maneras para poder detectarlos a todos y frenar cuando antes la pandemia.