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Los usamos todos. Bueno, cada vez menos, que las tarjetas y el pago a través del móvil parece que ha llegado para quedarse. Según datos del Banco de España, el 36% de la población de nuestro país sigue pagando en metálico y 7 de cada 10 llevan menos de cinco euros en el bolsillo. No obstante, el dinero físico sigue entre nosotros y nos salva en más de una ocasión, que la tecnología a veces falla. Aunque el dinero lo hayamos tenido tanto tiempo entre nuestros dedos, posiblemente nunca te hayas parado a analizar lo que hay impreso en los billetes o lo que hay grabado en las monedas, puro arte.
Empezando por los billetes, más allá de que cada cual tenga un color diferente, en cada uno se representa un estilo arquitectónico diferente que se reparte en orden cronológico, siendo el de menor valor el más antiguo y el de más valor el más reciente. Los de cinco euros son casi los que más se ven, y en ese trozo de papel se ve un acueducto romano en representación a la arquitectura clásica grecorromana.
Ya en los tonos rojizos de los 10 euros se ve un puente que refleja el Románico, mientras que en el azul de los 20 euros da un salto al estilo gótico con sus característicos arcos ojivales. Por su lado, en los billetes de 50 euros nos enfrentamos al estilo renacentista, y ya es cuando entramos en los tres billetes de más valor.
El billete de 100 euros se caracteriza por el color verde y por representar al Barroco. Luego viene el de 200 euros, que nos lleva a un estilo más modernista y, finalmente, los de 500 euros, esos billetes que, por mucho que nos gusta tener entre las manos, no siempre son aceptados, así que mejor tenerlo repartido en billetes menores. En todo caso, ese billete morado representa a la arquitectura contemporánea del siglo XX.
Esos puentes y arcos podrían ser sustituidos dentro de poco, ya que el Banco Central Europeo (BCE) se encuentra ahora mismo en un proceso de selección y recolección de opiniones sobre nuevas temáticas para la decoración e impresión de nuevos billetes de euro que se espera que estén en circulación en 2024.
Las monedas, aunque quizá son menos espectaculares, también cuentan con obras de arte en esos pequeños círculos. En las de 10, 20 y 50 céntimos que se producen en Alemania, por ejemplo, se puede ver uno de los monumentos más emblemáticos de Berlín, la puerta de Brandemburgo. En Austria las de 50 céntimos está el Pabellón de la Secesión de Viena, que es un símbolo del nacimiento del movimiento modernista, aunque en la de un euro tienen a uno de los grandes músicos de la historia: Wolfgang Amadeus Mozart.
España también tiró de arte y cultura para sus monedas. En algunas monedas de céntimos se lleva el rostro de Miguel de Cervantes, uno de los grandes de la literatura española, mientras que en las de céntimos más pequeñas, esas que se van acumulando en cartera y hasta que al fin un día te deshaces de ellas, llevar grabada la catedral de Santiago de Compostela, uno de los lugares de peregrinación más famosos del mundo y que cada año atrae a miles de personas.