Éramos felices y no lo sabíamos. Tuvo que llegar el coronavirus para hacernos conscientes de los privilegios que disfrutábamos en la Antigua Normalidad. Nos encaminamos hacia la Nueva; es probable que toda España esté pronto en la fase 1 y en algunas zonas, la 2. Tarde o temprano, los abrazos, aquellos que se rompieron en la pandemia, volverán. Y Javirroyo lo ve así en su viñeta del sábado.
Volver a los abrazos que dejamos en nuestra antigua normalidad. Como si la antigua normalidad fuera una casa que habitábamos llena de privilegios transparentes, cotidianos, de los que no nos dábamos siquiera cuenta. Que practicábamos sin darles ninguna importancia, como si fueran para siempre.
Y resulta que eran muy importantes y no eran para siempre. En esta nueva normalidad que llegará, llegarán también los abrazos, pero no sabemos cuándo. Los abrazos a todos. A cualquier persona, sin restricciones. Sin importar la edad o la condición. Y cuando lleguen esos abrazos indiscriminados sabremos, como la paloma con la rama de olivo llegando a la bíblica arca de Noé, que hay tierra a la vista. Que habremos terminado nuestra travesía y que llegarán.
Mientras, sigamos manteniendo las distancias y las normas de seguridad mientras saltamos de forma desigual de fase en fase. Y cuidándonos, que esto es muy serio.