Plano general. Exterior. Invierno. Niebla. Un barrio cualquiera en una ciudad cualquiera, frente a un edificio. La cámara se acerca a una de las ventanas completamente empañada por vapor. Entramos en una pequeña cocina con los tarros debidamente identificados con etiquetas de legumbre, especias y trapos de cuadrados rojos y blancos. Olor a comida casera. Oyes el chup-chup y ahí está. Majestuoso, bendecido por los tiempos largos y el cariño de quien lo mima: EL COCIDO, con sus garbanzos, su berza su choricito fresco, el morcillo y el tocino. Y tú que lo veas. Y te lo comas. ¡Vivan los platos de cuchara!