Antonia San Juan: "Mi padre me llevaba al bar de niña y actuaba sobre la barra delante de los borrachos"

  • Antonia San Juan acaba de estrenar en el madrileño Teatro Pavón 'Entrevista con mi hija Mari': "Me va muy bien y soy muy feliz"

  • La actriz recuerda el momento en el que Verónica Forqué la salvó y la última vez que la vio a ella y a Rosa María Sardá, grandes amigas

  • “Ningún productor me vio lo suficientemente apetecible para hacerme una propuesta sexual. Tampoco la habría aceptado”, cuenta San Juan a Uppers

“Ingenua y ocurrente”, pero también “defensora del patriarcado, muy machista y deslenguada”. Así define Antonia San Juan a su personaje en la obra ‘Entrevista con mi hija Mari’, que acaba de estrenar en el Teatro Pavón. Un personaje del que la actriz reconoce que se ve totalmente alejada porque a ella, asegura, le “salvó la cultura, sino sería heredera directa de esa manera de pensar”, un pensamiento que vio durante años en mujeres de su entorno. San Juan no se recuerda haciendo otra cosa que no sea actuar, incluso desde niña, pero no fue hasta finales de los 90 cuando el gran público la conoció como Agrado en ‘Todo sobre mi madre’ de Pedro Almodóvar, el empujón que le sirvió para fundar su propia productora.

La actriz, directora, guionista y productora comenta que no puede quejarse de cómo le ha ido en la vida, pero que el éxito “no viene del aire, viene del trabajo y del esfuerzo”. No obstante, reconoce que a las mujeres se les está dando más oportunidades, pero que este mundo es más complicado para ellas que para los hombres. “De diez compañeros míos, nueve son hombres que han podido poner una película en pie y una ha sido mujer, siempre es más costoso”, nos explica en una entrevista con Uppers tras dirigir varios cortos, dos películas, y sus propias producciones en teatro.

“Un hombre no tiene edad, siempre gana en honorabilidad”, asegura la actriz que estará varios meses llenando la sala del Teatro Pavón con su función. “¿Cuándo se ha visto a un hombre de 30 con una mujer de 60 como yo? No lo veremos jamás. Puedes tener una relación sexual, un encuentro, pero no una relación. Te crucifican. En cambio, un tío de 40 o 50 con una de 20 lo vemos todos los días”, reflexiona la actriz, que este año cumplirá 62 años y que lleva mas de 30 dedicándose a la actuación.

PREGUNTA: Agrado en ‘Todo sobre mi madre’ o Estela en ‘La que se avecina’ son dos de los personajes más reconocidos por el público, ¿sientes que ten han encasillado?

RESPUESTA: Ojalá. Si me hubiesen encasillado estaría viviendo de sucedáneos de los mismos papeles, pero no, no he tenido esa suerte. Me hubiese encantado. La mayoría de los actores hacen siempre lo mismo y los contratan para eso porque lo hacen bien.

P: Has tenido grandes papeles dramáticos.

R: Sí. Desde que hice ‘El hoyo’ o ‘Hierro’ he tenido una continuidad. Las viejas glorias no me llaman para trabajar, pero estoy contenta porque me llaman los jóvenes y tienen mucho entusiasmo. Me quieren y me cuidan mucho, estoy muy contenta. Este año estreno dos películas y ruedo dos, en principio, solo estamos empezando el año. Me va muy bien y soy una mujer muy feliz.

Sobre los escenarios desde niña

P: ¿Tu familia siempre te apoyó en lo de dedicarte a la actuación?

R: Las madres canarias son gallinas que te asfixian y la mía hizo una cosa que le agradeceré siempre que fue preguntarme qué quería hacer. Yo le dije que quería dedicarme al teatro, ser actriz. Era el año 80, y me dijo que allí, en Canarias, no había nada, qué donde se podía estudiar, y le dije que en Madrid o Barcelona. Me ayudó con dinero para venirme a Madrid, ella era una señora que se dedicaba a limpiar en un centro de salud, separada de mi padre, soy hija única. Todos los meses me mandaba dinero y cajas con comida. Le agradeceré siempre ese desarraigo porque si no seguramente no sería quien soy, fue la gallina que echó al polluelo.

P: ¿Cuándo se te despertó el amor por la actuación?

R: No recuerdo hacer otra cosa en mi vida. Me crie con mi abuela paterna, que me enseñó a recitar, a rezar… Mi padre me subía en la barra de un bar y yo recitaba mientras él me agarraba los pies porque con 5 años tenía vértigo. Todos los borrachines de la época me escuchaban, luego me daban dinero y mi padre decía que no lo cogiese. Con el tema del dinero me ha costado años entender que el arte se cobraba.

P: ¿Y tus primeros contactos con el escenario?

R: En el colegio y en el instituto hice teatro, también cuando llegué a Madrid en la universidad. Después me uní a Felix Sabroso y fui por los bares con monólogos, pero no ganaba un duro. Fue cuando apareció Almodóvar. En el 95 ruedo mi primera película y en el 98 hago ‘Todo sobre mi madre’. A partir de ahí fue todo seguido, pero no fue un camino de rosas. Lo que pasa es que soy lista y tras la oportunidad con Pedro abrí mi productora e hice mi primer corto para que viesen que podía hacer otras cosas y fue un éxito, me nominaron a los Goya. Afortunadamente no tuve que trabajar de camarera u otra cosa. Me preguntaban hace poco si no hubo un Weinstein, una propuesta sexual y no, ningún productor me vio lo suficientemente apetecible para hacerme una propuesta deshonesta. Tampoco la hubiese aceptado.

Su llegada a Madrid

P: ¿Cómo recuerdas esa llegada a Madrid con 19 años?

R: Me costó, me puse mala. Me habían operado con 18 años de apendicitis y me dejaron una gasa dentro que fue estrangulando mi intestino. No me encontraban nada hasta que se me infectaron los órganos y estuve 25 días en coma en la UCI. Vinieron mis padres para despedirse porque por poco me muero. Me salvé y volví a Canarias muy delgada y me quedé tres años hasta que regresé en el 84 y comencé a ir de bar en bar con mis monólogos.

P: Decías hace poco que Verónica Forqué te salvó.

R: Vivíamos en la plaza de Olavide. Tenía la obstrucción intestinal y no podía ni vomitar. Ella era mi vecina y me decía: ‘te oí anoche y estabas muy mal’. El día que me ingresaron fue ella quien me acompañó a urgencias. Siempre la recordaré con cariño. La última vez que la vi fue en Lanzarote, ella estaba grabando una película con Rosa María Sardá y tuve función allí. Vinieron las dos a verme y fue la última vez que vi a ambas.

P: ¿Qué le dirías a aquella Antonia que llegó a Madrid con 19 años?

R: Qué bien lo has hecho tía. Has hecho y conseguido más de lo que pensaba.

P: ¿Y a la que trabajó con Almodóvar a finales de los 90?

R: Qué bien los seguiste haciendo. Eres una lista.

Una disfrutona de la vida

P: ¿Qué es lo que más te hace disfrutar de la vida?

R: La vida me parece un circo, me da mucho coraje morirme un día. Me da envidia que haya gente cenando por ahí y yo muerta. Me encanta la vida desde que pongo los pies en el suelo. Soy una disfrutona de la vida. A veces lloro de felicidad. Me emociono y soy feliz desde que me ofrecen la cosa más grande o la cosa menos grande. Me sigue entusiasmando todo. Me va muy bien, y como no debo nada a nadie, vivo de mi trabajo, no tengo un amo que me mantiene… soy muy feliz.

P: ¿Y lo que más miedo te da?

R: No le tengo miedo a la muerte. He visto morir a mi madre, a mi padre, a mis perritos que han sido mi familia y la he sufrido. Me he cagado directamente del dolor. Tengo miedo al dolor, a un hospital. Pero en caso de que aquí no me hicieran una eutanasia y yo tuviese una enfermedad grave no llegó ahí. Cojo mi dinero, me voy a otro país, me meto un chute de Propofol y a la mierda. Llamo a mis amigas para darnos una cena la noche anterior y me quedo más tranquila que el pupas. No quiero vivir ese calvario. Espero tener una muerte nada operística, un infarto y a la mierda.

P: ¿Cómo te ha ido en el amor?

R: Me ha querido mucha gente y me lo he pasado muy bien. He sido muy monógama. Los llamo mis amores Pi. Con el primero estuve 3 años, con el segundo 14 y con el tercero 16. Llevo 8 sola, pero he tenido dos o tres novietes. Llevo un año que no estoy con nadie y también estoy bien, me gusta.

P: ¿Te has planteado cuándo te gustaría jubilarte?

R: No me quiero morir encima de un escenario. Quiero tener continuidad, pero no trabajar con la misma intensidad. Tampoco muy mayor, porque entonces iría a Canarias a morir, y yo quiero disfrutar. Quizá en siete u ocho años vendo mi casa de Madrid y me mudo a Gran Canaria para ir a la playa y quedar con mis amigas, solo venir a Madrid para trabajar puntualmente. Hacer una película cada dos años, pequeñas intervenciones y si estoy en una serie coger un secundario para grabar solo uno o dos días a la semana. Quiero vivir y disfrutar. No tengo hijos, así que lo que tengo me lo quiero comer yo, que no tengo a quien dejarle una herencia. 

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