Javier Bardem: "Convertirse en un verdadero gilipollas requiere mucho esfuerzo"

Si por algo se ha caracterizado siempre Javier Bardem ha sido por su alto nivel de autoexigencia. Cuando empezó a ser requerido por Hollywood, dijo no a muchos blockbusters que habrían incrementado notablemente su cuenta corriente con tal de no comprometer su prestigio como actor. Incluso rechazó a Steven Spielberg cuando este le ofreció un papel en 'Minority Report', escudándose en su falta de dominio del inglés. Hoy, a sus 54 años, el intérprete canario sí se da permiso para hacer cosas que no habría hecho antes. Por ejemplo, involucrarse en un remake a imagen real del clásico de Disney 'La sirenita'. En una entrevista con 'Fotogramas', reconoce que ha llegado a una edad y una experiencia "que me hacen sentir que tengo la opción de elegir lo que hago".

"Quiero regalarme rodar lo que me apetezca"

"Ahora quiero regalarme rodar lo que me apetezca, sea por las razones que sean. Pueden ser puramente las económicas, aunque no suelen ser esas. Pero que te paguen bien por hacer lo que te gusta es la guinda del pastel. Sobre todo, llevo un tiempo intentando trabajar con gente que me agrada, con la que me apetece estar, que me inspira a un nivel personal y humano", admite tras dar vida en la gran pantalla al Rey Tritón.

Por supuesto, el ganador de un Oscar por 'No es país para viejos' no renuncia a interpretar a personajes más densos... si se dan las circunstancias adecuadas: "Cuando vienen cosas más oscuras o más densas, pienso si me apetece entrar ahí. Y por supuesto que me apetece, si existe una razón de peso que dé sentido al proyecto, si el tema del que habla, el quién lo cuenta o la manera en que lo hace tiene un sentido. Si no, prefiero estar en otras cosas en las que me sienta más a gusto".

Quince años después del Oscar

Precisamente ahora se cumplen 15 años desde que consiguió la dorada estatuilla. Desde entonces ha obtenido dos nominaciones al Oscar más, por 'Biutiful' y 'Being the Ricardos', a las que habría que añadir la que consiguió previamente por 'Antes que anochezca', probando que su reputación en Hollywood siempre ha sido excelente. Bardem admite la importancia que tuvo aquel premio en su carrera: "Me permitió formar parte de repartos a los que, a lo mejor, antes de ese Oscar no habría podido acceder. Tengo 54 años, me hago mayor, y me llega lo que me llega, que no son los mismos papeles que recibía hace 15 años. Y está bien que sea así".

Bardem sigue siendo requerido por los mejores directores y no da la sensación de haber renunciado ni a sus principios, ni a sus raíces, ni a sus amigos y mucho menos a su familia. Preguntado por si le ha resultado difícil mantener esa coherencia, Bardem no lo duda: En absoluto. Creo que lo difícil es lo otro. Convertirse en un verdadero gilipollas conlleva mucho esfuerzo. Si te va bien, y yo por suerte tengo un futuro profesional, salud, y estoy rodeado de gente que tiene salud, ¿de qué te quejas? Si tienes tantas cosas, ¿de qué te quejas? ¿Cómo no vas a disfrutar y a agradecer cada día de tu vida?".

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