Fue una vida con sus luces y sus sombras, pero hubo un momento en la vida de Christopher Reeve que lo cambió todo. Era mayo de 1995. En ese momento el actor, que llevaba ya cuatro películas interpretando a Superman, quería separarse del personaje, el público reclamaba otras cosas y en el fondo, él también. Pero todo cambió ese día cuando Reeve cayó de la montura del caballo y se lesionó la médula espinal, lo que provocó que desde ese día tuviese que vivir en silla de ruedas. Ahora su vida es contada en un documental con entrevistas y vídeos caseros recopilados por sus hijos que ha sido dirigido por Ian Bonhôte y Peter Ettedgui.

A lo largo del documental se repasa la trayectoria del intérprete que marcó a toda una generación como el Hombre de Acero, desde su debut el Broadway con Katharine Hepburn, hasta momentos personales o el accidente que cambió para siempre su vida. ‘Super/Man: The Christopher Reeve Story’ es el nombre del documental que según sus hijos, William, Matthew y Alexandra, “ha sido un regalo”.

Repasar entrevistas y revisar una gran cantidad de vídeos caseros ha dado una nueva perspectiva a sus hijos de quién era su padre. En declaraciones a la Agencia Efe, Matthew ha resaltado como han descubierto a través de este proceso que su padre era más increíble de como lo recordaban. “Ver cosas que nunca había visto cambió mi percepción de él. La mejoró”, dice su hijo.

El documental intenta plasmar la parte más íntima del intérprete, cómo la fama lo alejó de su familia, pero cómo el accidente le cambia por completo la vida y su perspectiva. Una forma de que la historia de Reeve, la parte más compleja, llegue al público, más allá del héroe de la gran pantalla. Porque como él reflexionó, "un héroe es un individuo común y corriente que encuentra la fuerza para perseverar y resistir a pesar de los obstáculos abrumadores".

Sus inicios en Broadway con Hepburn no salieron bien. En su debut saltó su primera frase y se desmayó. Días después se incorporó de nuevo a la función a petición de la propia actriz, porque veía en él un potencial propio de una estrella.

Pero el documental también cuenta con testimonios de grandes amigos de Christopher Reeve, como Susan Sarandon o su inseparable Robin Williams. Los dos se conocieron estudiando en Juilliard School y compartieron habitación mientras estudiaban gracias a una beca. Una amistad que perduró durante la carrera de los dos hasta que el actor de Superman murió, pero que sobre se demostró tras su accidente. Robin Williams organizaba cada año una fiesta en el aniversario del accidente de hípica de Reeve y, cuando este se fue, se le vio totalmente abatido en su funeral.

No solo Superman marcó su carrera, su gran reaparición tras el accidente fue en la gala de los Oscar de 1996, cuando en silla de ruedas recibió una de las mayores ovaciones que nadie ha tenido en Hollywood por parte de sus compañeros.

A lo largo del metraje Reeve le confiesa a su mujer, Dana, que “tuve que romperme el cuello para aprender un par de cosas”. Ella, además, contó que tras la muerte del actor se sintió completamente sola en el mundo. Dos años después de despedir a Reeve murió ella de un cáncer de pulmón tras haber trabajado en esos años con la Fundación Christopher & Dana Reeve, con la que ayudar a las personas con lesiones medulares.