Mas allá del Halcón Milenario: así es la colección de aviones de Harrison Ford

  • En sus películas, Harrison Ford ha pilotado aviones o naves espaciales, y en la vida real lleva más de 20 años a los mandos de sus propias aeronaves

Harrison Ford alcanzó la fama mundial interpretando a Han Solo, el icónico piloto del Halcón Milenario en la primera trilogía de Star Wars, pero en la vida real también disfruta surcando los cielos. A los 53 años, el actor empezó a tomar clases de vuelo para poder pilotar sus propios aviones y ahora, 25 años más tarde, puede presumir de tener una impresionante colección con todo tipo de helicópteros, jets y avionetas con los que recorrer el mundo entero. Estos son algunos de ellos.

Cessna Citation Sovereign 680

Dada su pasión por el mundo de la aviación, no es de extrañar que Harrison Ford disponga de un Cessna. El fabricante norteamericano es uno de los grandes nombres del sector de la aviación privada, y en su catálogo podemos encontrar algunos de los modelos más demandados por la jetclass. Uno de ellos es el Citation Sovereign 680.

Lanzado al mercado en 2004, se trata de un jet privado de 18,87 metros, con capacidad para doce pasajeros y espacio para dos pilotos con unas muy buenas prestaciones técnicas. Su autonomía es de más de 5.000 km, mientras que su velocidad media es de 846 km/h. En 2009, Harrison Ford se hizo con uno de color verde por cerca de 18 millones de euros, y desde entonces lo ha utilizado para viajes de larga distancia.

No obstante, el Citation Sovereign 680 no es el único avión de Cessna del intérprete. En su hangar personal del aeropuerto de Santa Mónica, California, también podemos encontrar un Cessna 208B Grand Caravan, un turbohélice de más de 12 metros de largo con una velocidad de 137 km/h, y un Cessna 525B Citation Jet 3, un avión militar con capacidad para seis personas y una velocidad media de 770 Km/h.

Ryan PT-22 Recruit

Un modelo con historia. El Ryan PT-22 Recruit es un monoplano biplaza militar que data de 1942 y que durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizado como avión de entrenamiento por el ejército estadounidense. Mide siete metros de largo y su velocidad de crucero es de 200 km/h. Como curiosidad, Ford protagonizó un aparatoso accidente en 2015 a los mandos de este monoplaza, cuando se estrelló en un campo de golf de Santa Mónica. El intérprete no sufrió daños graves, pero, lamentablemente, el PT-22 quedó para el arrastre.

Husky Aviat A-1C

Fabricado en 1985, el Husky Aviat A-1C es una de las aeronaves más famosas de Estados Unidos y un auténtico best-seller de la década de los 80, aunque el modelo que tiene Ford en su garaje es de 2007. Su longitud es de 6,88 metros, mientras que su velocidad media alcanza los 230 km/h.

Pilatus PC-12

Con más de 25 años de historia y varias versiones en el mercado, el Pilatus PC-12 se corona como uno de los turbohélices monomotor más vendidos del mundo gracias a su rendimiento, versatilidad y fiabilidad. Comercializado desde 1994, este modelo se caracteriza por su motor, un fiable Pratt & Whitney PT62-67 que le permite moverse a una velocidad media de 500 km/h. Su precio es de aproximadamente cuatro millones de dólares, y tiene capacidad para nueve pasajeros y dos pilotos.

Waco Taperwing

Fabricado en 1927, este biplano de cabina abierta y tres asientos es el avión más antiguo de la colección del intérprete. Construido en base a marcos de tubos de acero, se caracteriza por ofrecer un pilotaje excelente y muy fácil de manejar y por poder volar durante más de 600 kilómetros sin repostar. Su velocidad máxima alcanza los 156 km/h, y en el momento en el que salió al mercado se vendió por aproximadamente 2.400 dólares.

Bell 407

A nadie le gusta sufrir atascos, pero muy pocos pueden permitirse hacerse con un helicóptero para sortearlos. Harrison Ford sí, claro, y por eso en su colección encontramos este Bell 407, un modelo lanzado al mercado en 1995 que puede alcanzar una velocidad máxima de 260 km/h y disfrutar de una autonomía de 598 km. Con capacidad para cinco pasajeros y dos tripulantes, Ford adquirió el suyo en 1995 por aproximadamente tres millones de euros, y desde entonces ya no tiene que preocuparse por el tráfico.