Liam Neeson: de 'desconectar' a su esposa por un pacto de amor a luchar contra el alcoholismo por sus hijos

  • Mediaset emitirá un ciclo de 'cine Upper' próximamante con Liam Neeson como protagonista de alguno de los títulos

  • El actor ha logrado encontrar en los papeles de acción la manera de recuperarse de la trágica muerte de su mujer

  • Dejó el tabaco en 2003 y recientemente el alcohol para ser el mejor padre posible para sus hijos

En 2011, Liam Neeson asistió a un partido de baloncesto de los Knicks con su hijo Micheál. Durante el descanso concedió una entrevista y, antes de empezar, la periodista le avisó de que le iba a preguntar qué película elegiría si en un canal emiten 'La lista de Schindler' y en otro 'La amenaza fantasma'. "Bueno..." comenzó el actor agobiado por una de esas preguntas sin escapatoria, "una representa las vidas de seis millones de personas, la otra es de... fantasía". En ese momento Micheál, de 13 años, les interrumpió: "Disculpe, señora, ¿por qué no le da a elegir mejor entre 'La amenaza fantasma' o 'Venganza'?".

Todavía no se habían cumplido dos años de la muerte de Natasha Richardson, esposa de Liam y madre de Micheál, y el chaval quiso ayudar a su padre en sus primeros pasos como viudo en público. "Aquel gesto me hizo tan feliz" reconocería Neeson después, "justo antes de empezar a grabar la entrevista mi hijo me repetía 'sonríe, papá, sonríe' porque me veía angustiado. Ese es mi niño. En momentos así su madre brilla a través de él".

Natasha y Liam se conocieron en 1993 representando 'Anna Christie' en Broadway. El currículum sentimental de Neeson era un escaparate de las mujeres más famosas del show business: Brooke Shields, Julia Roberts, Sinéad O'Connor, Helen Mirren y Cher. Su fama de truhan llevó a Whoopi Goldberg a bromear acariciando el micrófono con lascivia mientras le daba paso en los Oscar de 1999. Cuando se casaron un año después, él se había convertido en uno de los actores con más prestigio de Hollywood gracias a 'La lista de Schindler'.

Su envergadura física (mide 1'93), la empatía de su mirada y su naturalidad para interpretar hombres que son honrados sin hacer alarde de ello le convirtieron en un héroe para el pueblo en 'Michael Collins', 'Rob Roy' o 'Los miserables'.

La solemnidad de su presencia no ha dejado de crecer y, desde entonces, ha interpretado a mentores (Jedi en 'La amenaza fantasma', villano encubierto en 'Batman Begins'), a curas ('Gangsters de Nueva York' y 'Silencio'), a dioses ('Furia de titanes') a leones ('Las crónicas de Narnia') y a árboles ('Un monstruo viene a verme'). Pero los espectadores más jóvenes, como ocurre con Nicolas Cage y Tom Cruise, se sorprenderían al descubrir que hubo un tiempo en el que Liam Neeson era considerado un actor de carácter: las tres estrellas se han entregado al cine de acción, desafiando la mortalidad con una forma física sobrenatural para su edad. Pero el papel por el que todo el mundo conoce a Liam Neeson hoy es, en realidad, el que más se ajusta a su personalidad: un hombre corriente superado por las circunstancias.

Liam Neeson admite que pensaba que 'Venganza sería una extravagancia en su carrera estrenada directamente en dvd. El éxito de la trilogía, por la que él ha cobrado un millón, 15 millones y 20 millones respectivamente, ha acabado encasillándole en películas sobre lobos solitarios que recurren a la violencia porque no les dejan más remedio. Pero recurren con furia. 'Infierno blanco', 'Sin identidad', 'Caminando entre las tumbas', 'Non-Stop', 'Una noche para sobrevivir', 'El viajante' y 'Venganza bajo cero' son productos baratos que recuperan su inversión enseguida gracias a un público que disfruta de su predictibilidad y a que hay domingos de resaca que solo pueden salvarse viendo una película de Liam Neeson.

El subgénero resulta tan rentable que varios actores maduros han querido protagonizar su propia 'peli de Liam Neeson': Gerard Butler, Pierce Brosnan, Javier Bardem, Sean Penn o Mel Gibson han corrido de un lado a otro interpretando a tipos depresivos y sin nada que perder que se lían a mamporros cuando el terrorista equivocado secuestra a la hija del hombre equivocado. Y en tiempos de crisis, ver a un hombre incapaz de solucionar el mundo (mucho menos su propia vida) siendo capaz al menos de proteger a su familia resulta empoderador.

Este subgénero funciona además como una respuesta al cine comercial del momento: en vez de guaperas musculosos en mallas de colores hay hombres maduros que han visto todas las películas de Charles Bronson y de Harry el sucio. Neeson, además, dignifica el subgénero: cuando en 'Venganza' le dice al secuestrador de su hija por teléfono "no sé lo que quieres, no tengo dinero, pero lo que sí tengo es una serie de capacidades especiales; si la dejas libre ahora no iré a por ti, pero si no te buscaré, te encontraré y te mataré" no se trata un actor haciéndose el duro sino de un padre que disimula su miedo y contiene su rabia enumerando unas amenazas que consiguen sonar como hechos inevitables. "Entreno mucho, pero no aspiro a tener los abdominales como una tabla. Eso no es real. Llevo mi equipación deportiva para entrenar allá donde vaya: pesas rusas, paseos intensivos, levantamiento de sacos. Se trata de potenciar la estamina y la resistencia física", asegura el actor. Pero esta ristra de películas de acción, además de garantizarle una jubilación extraordinaria (Neeson tiene 67 años), le sirven para distraerse y no caer en la depresión y el alcoholismo que le asfixiaron tras la muerte de su esposa en 2009.

Natasha Richardson estaba tomando una clase de esquí en el monte Tremblant, a 130 kilómetros de Montreal, cuando se cayó durante un descenso. La actriz rechazó la asistencia médica y llamó a su marido ("querido, me he tropezado en la nieve") pero dos horas más tarde comenzó a tener dolores de cabeza y acudió al hospital. Allí la visitó su marido, que estaba rodando 'Chloe' en Toronto. Su llegada pareció la escena de un drama de sobremesa: ningún médico le daba información, ni le dejaba pasar o usar su teléfono móvil. Una enfermera le reconoció y le indicó dónde estaba su mujer. "Nunca me he sentido tan agradecido de que alguien me reconozca. Cuando vi a los médicos todos me parecían adolescentes, uno de ellos se acercó con la boca seca y me dio las peores noticias", recuerda. Richardson estaba en muerte cerebral.

La pareja había hecho un pacto de que si alguno de los dos entraba en estado vegetal el otro le desconectaría del soporte vital. "Me acerqué a ella y le dije que la quería, que no iba a recuperarse y que no sabía si podía escucharme, pero que la íbamos a llevar a Nueva York y toda su familia y sus amigos vendrían a verla". El día después del funeral Neeson regresó al rodaje de 'Chloe'. "Creo que seguía en shock, pero no tenía dudas de que debía volver a trabajar. Era una forma de huir, porque aunque ya tengo una edad y estoy a un hombro dislocado de perder papeles como los de 'Venganza' mi trabajo es algo que puedo planear con mucha antelación y entrenar duro. Para el duelo, sin embargo, no puedes prepararte. Crees que si lloras lo superarás, pero no funciona así. Te golpea en medio de la noche o mientras das un paseo. Su muerte nunca me pareció real, todavía no me lo parece. Cada vez que oigo la puerta creo que es ella".

Justo después de enviudar y con dos hijos de 12 y 13 años a su cargo, su proyecto con Steven Spielberg para interpretar a Abraham Lincoln salió adelante pero, durante la primera lectura del guion, Liam Neeson sintió que su momento para interpretar al presidente más famoso de Estados Unidos había pasado. Spielberg le reemplazó por Daniel Day-Lewis y Neeson se refugió en proyectos que requieren más esfuerzo físico que emocional.

Desde entonces ha mantenido una relación, ya terminada, con la ejecutiva de relaciones públicas Freya St Johnston pero hoy prefiere estar solo. En este momento rueda 'Made in Italy', junto a Michéal (que se ha cambiado el apellido a Richardson en honor a su madre), donde interpreta a un viudo que construye una casa para reconstruir su relación con su hijo. No es la primera vez que Liam Neeson interpreta a un viudo: uno de sus personajes más queridos por el público, el de 'Love Actually', ya trataba de salir adelante como padre soltero. "Pienso muchas veces en esa película, en cómo yo perdí a mi esposa y en cómo mi querido amigo Alan Rickman tampoco está con nosotros. 'Love Actually' cuenta el tapiz de la vida. Lo cuenta tal y como es", reflexiona.

El actor ha dejado de beber (abandonó el tabaco en 2003 y lleva un palillo en la boca desde entonces) para ser el mejor padre posible de sus hijos, que ahora tienen 24 y 22 años. "Están empeñados en que me compre un móvil nuevo cada dos años, pero yo estoy bien con el mío. El problema es que esta generación prefiere reemplazar cosas a tratar de arreglarlas. Si te fijas en los niños de ahora sus pulgares son más flexibles. Y cuando ellos tengan hijos sus pulgares ya serán como el resto de dedos", explica asombrado por el progreso como cualquier hombre de 67 años. "Mucha gente admira lo educados que son mis hijos, cómo miran a los ojos de la gente cuando hablan, y yo me siento muy orgulloso porque las buenas maneras te llevan muy lejos y es algo en lo que Tasha insistía mucho".

En las entrevistas, Neeson menciona a su esposa constantemente. A veces de forma más casual o bromista ("cuando voy al cementerio es como mirar escaparates para mí"), pero otras veces con ánimo espiritual: "En nuestro camerino teníamos una frase de Samuel Beckett que decía 'No pasa nada. Inténtalo de nuevo. Fracasa de nuevo. Fracasa mejor'. Pero mi favorita es la que tiene mi esposa en su lápida, que visito dos o tres veces por semana solo para hablar. La frase es 'Echa tu pan a las aguas y regresará multiplicado por diez'. Ella solía decirla cada vez que yo no estaba convencido de algo. Yo siempre veía el vaso medio vacío y ella me decía que estaba medio lleno. Siempre. Pero estoy cambiando. O eso creo".

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