Medio siglo de 'La Naranja Mecánica': la intrahistoria de por qué los personajes acabaron vistiendo así

  • Calificada de X en su estreno en EE.UU. y cancelada la exhibición en Reino Unido, hoy 'La naranja mecánica' es un film de culto

  • Kubrick contó con la diseñadora de vestuario, Milena Canonero. El director le pidió que tuviera en todo momento presente el concepto de la película

  • Lo más sorprendente es la vestimenta de los cuatro drugos que se pasean a su antojo dispuestos siempre a una sesión de ultraviolencia. ¿Qué representaban las prendas que llevaban? Dale al play

Nada más ver la luz en EE.UU. 1971, 'La naranja mecánica' fue calificada de X. Después de su estreno en Inglaterra, el año siguiente, algunos delincuentes se dedicaron a recrear escenas de la película; lo que causó su cancelación en todo el Reino Unido. Kubrick quería escandalizar con la adaptación de la novela homónima de Anthony Burguess y lo consiguió. Pero el tiempo ha jugado a su favor y ahora es un filme de culto.

La estética de la película y sus personajes mostraban la realidad de la sociedad británica de principios de los 70. Existía cierta desilusión y un vacío existencial entre los jóvenes tras el fracaso de otros modelos distintos al capitalismo. Así que el cineasta contrató a la diseñadora de vestuario, Milena Canonero, y le pidió que tuviera en todo momento presente el concepto de la película. Lo más sorprendente es la vestimenta de los cuatro 'drugos' que se pasean a su antojo dispuestos siempre a una sesión de 'ultraviolencia'. La elección del vestuario podría ser la de cualquier época. Pero ¿qué representaban cada una de las prendas que llevaban? Puedes verlo en el vídeo.

El libro de Burgess se publicó nueve años antes de que se hiciera película. Y ya entonces había sembrado polémica en la editorial, que decidió prescindir del último capítulo de la obra. Kubrick, por su parte, se tomó varias licencias en su versión cinematográfica; lo que no agradó demasiado al escritor, que tuvo que aclarar varias cuestiones después de haber visto la película, especialmente el mensaje moral. "Me he pasado buena parte de mi vida haciendo declaraciones de intención y frustración de intención mientras Kubrick y mi editor de Nueva York gozaban tranquilamente de la recompensa por su mala conducta...", declaró el novelista.