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La Jungla de Cristal es una de las películas de acción más populares, exitosas y aclamadas de la historia del séptimo arte. Estrenada en 1988, la película de John McTiernan fue calurosamente recibida tanto por la crítica, que la reconoció unánimemente como una de las mejores obras de acción de todos los tiempos, como por el público, que no dudó en dejarse los cuartos en el cine.
Hasta 140 millones de dólares llegó a amasar la película, una cifra que superó con creces su presupuesto inicial, cifrado en torno a 28 millones de dólares, y que abrió la veda a la producción de varias secuelas que, si bien no fueron tan bien recibidas por la crítica como la primera, sí mantuvieron el interés de los espectadores. De hecho, se calcula que, a nivel mundial, la saga de la Jungla de Cristal ha recaudado la friolera de 1.435 millones de dólares. Casi nada.
Además de convertirse en un éxito entre la crítica y el público, la primera parte de La Jungla de Cristal también sirvió para lanzar la carrera de su protagonista, Bruce Willis, al estrellato. Antes de ponerse en la piel del icónico John McClane, Willis apenas había aparecido en un par de largometrajes y era conocido, sobre todo, por haber protagonizado Luz de Luna, una serie que mezclaba elementos del drama, la comedia y el romance.
Su conversión en superestrella del cine de acción vino directamente de la saga de la Jungla de Cristal, pero su trayectoria podía haber sido muy distinta si los guionistas de la película hubiesen conseguido al actor que realmente querían que fuese su protagonista.
Imaginar al policía John McClane sin el rostro de Bruce Willis resulta una tarea increíblemente complicada, casi imposible, incluso, pero el actor de El Sexto Sentido nunca fue la primera opción de los guionistas. Al contrario, antes que Willis, sonaron otros muchos nombres para enfundarse en la camiseta de tirantes y protagonizar la exitosa saga como Richard Gere, Don Johnson, Harrison Ford o incluso Arnold Schwarzenegger o el mismísimo Robert DeNiro.
De hecho, FOX, la productora de la película, contactó con prácticamente todos los intérpretes de moda del momento para protagonizar el film, pero de entre todos ellos hubo uno en particular que contaba con el absoluto beneplácito de los guionistas: Clint Eastwood.
El actor de la Trilogía del Dólar y Los Puentes de Madison había servido de inspiración a los guionistas a la hora de crear el libreto de la película. De hecho, los diálogos del protagonista se habían basado en la manera de hablar del propio Harry el Sucio, pero Eastwood nunca llegó a aceptar el papel de John McClane.
Tal y como reveló Jeb Stuart, guionista de la película junto a Steven E. de Souza, en una conversación con el medio digital estadounidense /Film, Eastwood rechazó participar en la película porque “no entendía el humor” del guión, algo que cogió totalmente por sorpresa a los guionistas.
“Los productores contactaron primero con Clint Eastwood. Irónicamente, su respuesta fue: 'No entiendo el humor’. Lo cual, fue un shock para mí, porque, si escuchas muchas de esas palabras… Eastwood es una de las pocas personas que podría haber pronunciado una frase como 'Ven a Los Ángeles, pásalo bien'. Todo ese tipo de cosas. Podías verle haciendo eso. Él fue mi inspiración”, declaró.
Tras ponerse en contacto con Eastwood, los productores intentaron conseguir a alguno de los actores de moda del momento, sin éxito. Al final, y como todos sabemos, el papel acabó recayendo en Bruce Willis, y visto está que no pudieron haber elegido mejor.