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Indiana Jones es uno de los papeles más emblemáticos de Harrison Ford, pero casi no le gustó. Para el momento en que Indiana Jones y los asaltantes del arca perdida entró en producción, Ford ya tenía dos entregas en La Guerra de las Galaxias en su haber. En ellas interpretó al robusto héroe de acción Han Solo, otro de sus papeles más emblemáticos.
Esas franquicias cinematográficas compartían un denominador común: George Lucas. Lucas escribió y dirigió La Guerra de las Galaxias y escribió Indiana Jones. Así, el propio director explicó que, inicialmente, no tenía interés en elegir a Ford como Indy porque ya habían trabajado juntos. En palabras del propio Lucas, no quería que Ford se convirtiera en su 'Bobby De Niro'.
Así que decidió buscar a Tom Selleck para el papel. En el momento en que Indiana Jones estaba entrando en producción, el propio Selleck era una estrella en ascenso en la década de 1970, ya que había ganado papeles con más frecuencia en programas de televisión. Selleck fue el último en pasar en el casting para interpretar a Indiana Jones.
Mucho tiempo después, en 2013, fue el propio actor el que reveló por qué no acabó interpretando al mítico arqueólogo del cine. En una entrevista durante el programa de David Letterman, el protagonista de Tres hombres y un bebé o Un vaquero sin rumbo negó que rechazara la oferta, una versión que le molesta mucho, y explicó cómo ocurrió todo.
Selleck contó que en las audiciones no le solía ir bien por la presión pero, en aquella ocasión, acudió sin presión porque ya tenía trabajo. Este trabajo era con CBS y la cadena rechazó que dejara el proyecto para el que había sido contratado, por lo que el actor tuvo que tomar una decisión.
"Es cierto que conseguí el papel de Indiana Jones, pero lo que de verdad me enfada es que todo el mundo dice que rechacé el papel. No es cierto. Hice la prueba para la pantalla. Para mí era una gran oportunidad. No siempre me salían bien las audiciones, por la presión, pero como acababa de conseguir el papel para Magnumno tenía nada que perder. Si no salía, ya tenía un trabajo. El caso es que funcionó. A la semana de hacer la audición me llamaron George Lucas y Steven Spielberg y me dijeron que había conseguido el papel. La oferta se mantuvo durante un mes. A medida que pasaba el tiempo y ellos hablaban con la CBS, mayor era el rechazo de la CBS para que dejara el proyecto. Al final tuve que tomar una decisión", aseguró en 2018 el actor Tom Selleck.
Según explicó, llegó a viajar a Hawai para grabar el piloto. "Cuando llegué los escritores se pusieron en huelga, con lo que allí estaba yo, en Hawai, en un apartamento que no me podía permitir, esperando a que acabara la huelga. Como no podía pagar el apartamento llegué a un acuerdo con la propietaria para ayudarle con las tareas de mantenimiento del edificio".
De hecho, cuando el actor se presentó al casting para En busca del arca perdida ya lo habían contratado como el detective privado con el bigote más reconocible de la televisión, pero no era más que un piloto del que no había garantías que fuera a convertirse en una serie, y Selleck era un actor casi desconocido y que necesitaba trabajar. Así que respondió a la llamada de Lucas y Spielberg sin la presión que eso podía suponer porque, si no conseguía el papel, tenía un protagonista en un episodio piloto que, al menos, le ayudaría a pagar las facturas durante una temporada.
Selleck es reconocido por su participación en la serie Magnum P.I., una mezcla de comedia, acción y drama que se transmitió en CBS de 1980 a 1988. Si hubiera conseguido el papel de Indiana Jones, la carrera de Selleck podría haber tomado una trayectoria completamente diferente (lo mismo no se hubiera convertido en el Richard de 'Friends'). Se convirtió en una estrella por derecho propio, pero probablemente lo hubieran incluido en más películas de acción. En cambio, eso es lo que le sucedió a Harrison Ford. Después de interpretar a Han Solo e Indiana Jones, Ford se convirtió en una estrella de acción por excelencia.