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Tom Cruise fue el pionero en 2015 y más de un famoso pudiente ha seguido su ejemplo en este último año. Si al actor de 'Misión Imposible' y conocido miembro de la Cienciología se le ocurrió que hacerse un búnker de lujo valorado en 10 millones de dólares bajo su casa de Colorado era la mejor opción posible para estar a resguardo frente a posibles catástrofes venideras, el tiempo le ha dado la razón a modo de prescriptor entre otras fortunas.
Donald Trump, por ejemplo, le copió la idea y no solo tuvo uno durante su estancia en la Casa Blanca; también en su mansión de Mar-a-Lago (Palm Beach, Florida), donde ahora vive, cuenta con uno. La última gran fortuna en mostrar interés por el refugio de un búnker de lujo azuzada por los peligros de la pandemia ha sido Kim Kardashian, que visita uno en un punto desértico y desconocido de Estados Unidos en el rodaje de la última temporada de 'Keeping Up With the Kardashians'. Repasamos otras excentridades solo aptas para nombres propios de la lista Forbes de más de 50.
También en Florida, el actor de 'Grease' que ahora tiene 67 años, le dio a su casa el aspecto de un aeropuerto de los años 50. Un capricho cuya construcción le salió por 2,5 millones de dólares. Eso sin contar los, cinco aviones que el actor tiene en propiedad allí aparcados. La guinda no la ponen la pistas de aterrizaje y despegue que rodean la propiedad, sino un salón transformado en sala de espera.
La celebrérrima presentadora estadounidense cuenta, como Tom Cruise, con una mansión en Colorado. Al comprarla, decidió transformar la mina de carbón que yacía bajo la propiedad en algo más sofisticado: una bodega. En ella, aprovechando las bajas temperaturas, alberga hasta 1.600 botellas de vino que harían las delicias de cualquier sumiller. Como la mina es amplia y la colección de botellas también, Winfrey (67) y sus visitas se desplazan por el lugar con los mismos carros a palanca que usaban los mineros.
"Supongo que todo se debió a mis inseguridades. Quería que algo tan feroz me amara", confesó Tyson en su podcast sobre por qué durante los años 90 decidió encerrar en su casa a tres tigres de bengala a modo de mascota. El boxeador se hizo con el primero de ellos, una cría, mientras estaba preso en la cárcel. Pero la temerosa excentricidad, además de perudicar los derechos de estos animales y de tener un alto coste de mantenimiento (unos 8.000 dólares al mes solo para alimentarlos), le salió cara. Uno de los tigres le arrancó el brazo a una asaltante que entró en su casa y Mike decidió darle 250.000 dólares al momento para ahorrarse problemas.
Si el músico británico de 74 años tiene un accesorio fetiche, estas son sin luega a dudas las gafas. De todas las formas y colores posibles, siempre las lleva en sus actuaciones sentado al piano y a juego con sus brillantísimos traes. Para ellas, en exclusiva, ha construido un vestidor en su casa que alberga hasta 250.000 pares.