Pablo Tébar y el aburrimiento generacional: “Queremos llenar el vacío a base de reels de Instagram y, claro, no nos llena”

  • El guionista de series como 'Mar de plástico y 'Herederos' se vuelca en la literatura con el adictivo thriller 'Club de juego'

  • Tébar retrata a una generación con miedo a envejecer, sobrecargada de estímulos y amenazada por el aburrimiento

  • "Somos adictos al ocio; en general nos alejamos tanto del dolor que somos más espectadores que vividores", asegura el escritor

Una generación con miedo a envejecer, sobrecargada de estímulos, que encara la rutina como el peor de sus fracasos, y que se aburre irremediablemente. Ese es el angst contemporáneo que explora Pablo Tébar (Madrid, 1976) en su segunda novela de ficción, la adictiva ‘Club de juego’ (Planeta, 2022), aunque su nombre todavía lo podemos asociar más fácilmente a su faceta de guionista de series como ‘Mar de plástico’ o ‘Herederos’.

En 2017 se estrenó en la literatura con ‘Nieve en Marte’, ganadora del Premio Minotauro, y ahora va un paso más allá con un thriller negro y de vocación generacional en la que es perceptible la huella de Patricia Highsmith o Alfred Hitchcock, en la mejor tradición perversa y juguetona de ‘Extraños en un tren’.  En sus páginas Tébar aprovecha para volcar “una realidad que fuera muy similar a la mía”, protagonizada por un guionista que se halla en plena crisis de los cuarenta, y en la que también tiene cabida su afición “a los juegos de mesa en particular y a todos los juegos en general”, lo que funcionará como macguffin de la trama. Hablamos con el escritor sobre el dilema de ser adulto hoy, con sus luces y sombras, que retrata en su obra.

El libro describe a una generación que se aburre pese a tenerlo todo para ser feliz. ¿Por qué crees que hemos llegado a ese punto?

Nos hemos criado en una cultura pop, consumista, llena de estímulos rápidos. Queremos llenar el vacío a base de reels de Instagram, y claro, no nos llena.

Un personaje resume su generación en una frase: “Nadie vive ya. Vemos Netflix y nos hacemos pajas”. ¿Crees que la tuya es una generación anestesiada?

Un poco. La opinión no es mía, es de un personaje, pero creo que somos adictos al ocio y que en general nos alejamos tanto del dolor que somos más espectadores que vividores.

La obra también trata sobre la muerte de los padres. “Ellos te parapetan de alguna manera. Van primeros en la lista. Cada vez disparan más cerca”, escribes. ¿Es la vida más frágil desde el momento en que se van?

En mi caso, la muerte de mi madre me afectó mucho. Por un lado tú eres el siguiente, te acercas al precipicio, pero no creo que te haga más frágil, al revés, te va preparando para lo inevitable.

Tu protagonista se aventura a salir de la zona de confort y a desafiar la rutina, y eso le lleva a lugares muy peligrosos. No me queda claro si defiendes que vale la pena atreverse o es más prudente conformarse

Es que yo tampoco lo tengo claro. Fantaseo con el qué pasaría. Creo que una máxima buena en la vida es la del código hipocrático de los médicos, en la medida de lo posible hay que intentar no causar dolor.

¿Por qué elegiste los juegos de mesa como macguffin de la obra?

Siempre me han gustado, y ahora están viviendo un resurgir impresionante con juegos cada vez más logrados y adaptados a cada tipo de público. Es una forma de diversión que te obliga a interactuar, no es pasiva como ver una serie.

“Podría resumir mi vida en las ganas de poseer”. ¿Nuestra obsesión por coleccionar (dvds, discos, juegos de mesa, cómics…) es una manera de “inventarse cosas para pintar el mundo de colores”?

Un poco. Y para encontrar anclas, un propósito, apariencias de sentido en este mundo surreal. Cuando compras se liberan hormonas como cuando das 'like' o recibes notificaciones en el teléfono. Antes compraba películas que ni siquiera llegaba a desprecintar. Ahora colecciono juegos de mesa.

La obra explora los códigos de la masculinidad enfrentando a dos modelos opuestos de la misma ¿Cuánto hay de autobiográfico en tu protagonista, Guillermo?

Hay. Quise hacer el juego de crear una caricatura crítica de mi mismo. Escribe de lo que sabes, dicen.

¿Puedes decirnos tres cosas personales (incluso embarazosas) sobre ti mismo que hayas incluido en la novela?

La tendencia a engordar, mi dificultad para escuchar, mi relación con ciertas sustancias…

¿Qué representa la masculinidad agresiva y ostentosa de K, el antagonista? ¿Es realmente el villano de la historia?

K es todo lo que Guillermo en el fondo siente que le falta. Y respecto a si es el villano… Eso deben juzgarlo los lectores.

¿Tú también has atravesado tu propia crisis de los 40?

Es posible, o puede que aún esté por llegar, no estoy seguro. Cumplir años me gusta, pero no tanto el saber que va quedando menos.

¿Qué puede hacer nuestra generación para esquivar el aburrimiento vital (sin llegar a los extremos de Guillermo)?

Suena un poco a autoayuda barata, pero para mí el primer paso es no culpar a los demás, no responsabilizar a tu pareja, tus padres, etc. Darse cuenta de que eres libre y que, una vez cubierto lo más básico para subsistir, puedes elegir la vida que quieres tener. Pero no es tan fácil ser consciente de qué es lo que a uno le gusta en realidad. Hacer terapia ayuda.