Amor, muerte o juzgar a los demás: diez frases de Javier Marías sobre su modo de estar en el mundo

El sillón de RAE con la letra 'R' se queda vacío: la muerte del escritor Javier Marías ha supuesto una triste pérdida. El madrileño fallecía este domingo 11 de septiembre a los 70 años de edad. Hijo del filósofo, ensayista y senador Julián Marías y de Dolores Franco, profesora, escritora y traductora, siguió la pasión por las palabras que vivió en casa, convirtiéndose en uno de los autores más prolíficos en lengua castellana. Si algo ha caracterizado al autor de 'Mañana en la batalla piensa en mí' es que no dejaba indiferente a nadie y que lo políticamente correcto no iba con él.

Sus sonadas diferencias

En la retina de muchos quedará cuando rechazó el Premio Nacional de Narrativa en 2012 por su novela 'Los enamoramientos'. El escritor se negó a aceptarlo por ser otorgado por una organismo institucional, el Ministerio de Cultura. Sonadas son también sus diferencias con el movimiento feminista y el mundo del star system.

Marías se convirtió poco a poco en un autor de culto, una figura destacada de las letras del siglo XX. 'Corazón tan blanco', 'Mañana en la batalla piensa en mí', 'Berta Isla', 'Negra espalda del tiempo, o la trilogía 'Tu rostro mañana' son algunos de los que le han convertido en un escrito muy laureado. Publicó su último libro hace tan solo un año, 'Tomás Nevinson', una trama en la que reflexiona sobre el bien y el mal, con la base de la trama puesta en ETA y el IRA.

De pluma afilada, fue un eterno aspirando al Premio Nobel de Literatura como escritor y un tipo singular como columnista, con opiniones muchas veces controvertidas. Te mostramos un decálogo, en sus palabras, de su modo de estar en el mundo y cómo algunos escritores han sentido su partida.

Sobre el amor

"Hay la idea casi universalmente aceptada de que amar es lo mejor que le puede pasar a nadie. Esto es muy relativo. Amar no es un ningún mérito. Puede se estupendo y puede ser un horror".

Sobre influenciar

"Todo el mundo obliga a todo el mundo, no tanto a hacer lo que no quiere, sino más bien lo que no sabe si quiere, porque casi nadie sabe lo que no quiere, y menos aún, lo que quiere“.

Sobre casarse

"La gente sólo se casa cuando no tiene más remedio, por pánico o porque anda desesperada o para no perder a alguien a quien no soporta perder. Siempre hay mucha chaladura en lo que parece más convencional“.

Sobre las mujeres

"Las mujeres sienten curiosidad sin mezcla, su mente es indagatoria y chismosa (…) No saben que los actos se cometen solos o que los pone en marcha una sola palabra, necesitan probar, no prevén, quizá ellas sí están dispuestas a saber casi siempre, no se acuerdan que después de saber todo cambia a veces“.

Sobre la vida

"He descubierto que no solamente en la ficción se descansa, sino que empieza a parecerme un poco imprescindible para la vida. Y esto la verdad en mí es nuevo".

Sobre las relaciones interpersonales

"Tengo la sensación de haberme encontrado ya en la infancia con la galería básica de personajes con que uno luego se encuentra a lo largo de la vida".

Sobre la importancia de las cosas y del tiempo

"Cuando mayor se es más se aprecia la gravedad de las cosas que son verdaderamente graves. Se tiene más sensación de cierta falta de remedio posible, de falta de tiempo para enmendarlas, mientras que en la juventud siempre se piensa que puede haber un tiempo mejor".

Sobre juzgar a los demás

"Los juicios morales no tienen nada que ver con la literatura. Yo los hago a menudo en mis artículos de prensa, como ciudadano. Pero cuando escribo novelas no soy un ciudadano".

Sobre la incertidumbre de no saber

“(...) Lo que me hace levantarme por las mañanas sigue siendo la espera de lo que está por llegar y no se anuncia, es la espera de lo inesperado, y no ceso de fantasear con lo que ha de venir”.

Sobre las enfermedades

“Toda enfermedad viene causada por algo que no es una enfermedad”.

Sobre las biografías

"Las biografías solo están justificadas si el escritor ha tenido una vida muy singular. Ahora bien, las vidas de los escritores, salvo excepciones, no son particularmente fascinantes. Yo no tengo una vida especialmente fascinante que contar”.