La historia de Nicholas Winton, el 'Schindler inglés' que salvó a más de 600 niños de la muerte durante el nazismo

  • El novelista italiano Fabiano Massimi reconstruye en 'Los niños de Winton' la odisea del empresario británico que evitó que 669 niños se convirtieran en otras víctimas del Holocausto

  • Winton pasó cincuenta años sin hablar a nadie de su hazaña, ni siquiera a su esposa. Consideraba que no había hecho nada extraordinario y que no tenía ningún mérito

  • "Seguro que en Gaza, en Siria o en Ucrania hay muchos Nicholas Winton. Cualquiera de nosotros puede ser un poco como él", dice el autor de 'El ángel de Múnich'

Hubo más de un Oskar Schindler durante la época del nazismo. Puede que no fueran tan famosos ni recordados, pero fueron muchos los individuos que en aquellos tiempos aciagos intentaron salvar a cuantos judíos pudieron de un destino sin esperanza. Arriesgaron mucho por meros desconocidos, simplemente porque sentían que era lo correcto. El empresario londinense Nicholas Winton fue uno de ellos. Montó una organización de ayuda con el objetivo de facilitar la salida de Checoslovaquia de todos los niños que pudiera para llevarlos a otros países y evitar que se convirtieran en otras víctimas del Holocausto. Entre 1938 y 1939 consiguió salvar a 669 de ellos, una hazaña conocida como la Czech Kindertransport, o el transporte de niños checos.

Lo más curioso de la hazaña de Winton es que jamás habló de ella. Ni siguiera a su esposa. No consideraba que hubiera hecho algo extraordinario. Hubo que esperar hasta la década de los años ochenta, en concreto, a 1988, para que el mundo la descubriera. Varios de los niños que salvó, ya adultos, lo sorprendieron en un programa de televisión de la BBC al que habían invitado. Ahora el novelista italiano Fabiano Massimi reconstruye esta gesta en 'Los niños de Winton' (Alfaguara). El autor recorrió los principales lugares donde ocurrieron aquellos sucesos y se documentó minuciosamente para narrar en formato de thriller la odisea de aquel joven corredor de bolsa que decidió arriesgar más allá de los parqués. Hablamos con él sobre aquel héroe anónimo de la Segunda Guerra Mundial, fallecido en 2015, el 'Schindler inglés'.

¿Cuándo y cómo surge la idea de escribir sobre la figura de Nicholas Winton?

Ocurrió durante la pandemia, un periodo muy oscuro para todo el mundo. Me llegó por Whatsapp un mensaje de un amigo en el que había un enlace a un vídeo que yo no había visto nunca, pero que suele hacerse viral cada año a finales de enero. Es un video de 1988 en donde se relata la historia de Nicholas Winton y los 669 niños y cómo durante 50 años nunca había hablado de ella. Al verlo sentí una esperanza, una fuerza, una luz que en aquel momento tan oscuro me salvó. Se lo mandé a todo el mundo que conocía. Investigué, y comprobé que no había ningún ensayo, novela o libro sobre su hazaña y me dije que yo mismo iba a contar esa historia, porque en este mundo hace falta esperanza. 

¿Cómo un empresario exitoso decide implicarse y salvar las vidas de centenares de niños judíos de las garras del nazismo?

En esta historia hay dos misterios. El primero es por qué toma la decisión de llevar a cabo una acción tan peligrosa y heroica una persona que no tenía nada que ganar y sí mucho que perder. Nunca había estado en Checoslovaquia, no conocía a ninguno de estos niños, y aunque él era judío, no era practicante. Pero este hombre se da cuenta de que hay una tragedia humanitaria y decide pasar a la acción. Es como si un transeúnte es testigo de una pelea violenta en un callejón oscuro de noche y se involucra. Se desvía de su vida segura y se arriesga por lo que considera que es lo justo. El segundo misterio es por qué razón nunca dijo nada a nadie de todo esto.

¿Cómo se las arregló para evacuar a esos niños y burlar a las SS?

Una operación de esta envergadura es muy compleja. Hacía falta un listado de los niños, luego se necesitaban los visados para llevarlos a Inglaterra, y allí tenía que haber unas familias que los acogieran. Por tanto, se necesitaba dinero, pero el Gobierno inglés no quería ayudarle. También había que organizar los trenes en Praga que trasladarían a los niños, y había que preparar a cada uno de forma individual. Pequeños detalles como qué merendarían durante el viaje. Todo esto lo orquestaron tres personas, tres civiles ingleses. El propio Nicholas, Trevor Chadwick y Doreen Warrine, los ángeles de Praga. En un periodo de nueve meses estas personas tuvieron que superar muchas dificultades y lo consiguieron sin ninguna ayuda oficial

¿Qué fue lo más duro que tuvo que afrontar Winton durante toda su odisea?

En un un cierto momento, antes de utilizar los trenes, se le brindó la posibilidad de llevar unos niños a Suecia. Consiguieron colocar a 30 niños en un avión y lo enviaron a Gotemburgo. Todo fue bien, los niños se salvaron, pero para Winton no fue fácil descubrir en mitad de la operación que la mujer que le estaba ayudando era una espía alemana. Él confió igual en ella porque lo que le importaba era salvar a los niños, pero a partir de ese momento empezó a utilizar los trenes en vez del avión.

Uno de los mayores problemas que se encontró Winton fue la reticencia de muchos países a acoger esos niños ¿No hemos cambiado nada en todo este tiempo?

En aquel momento histórico Europa estaba totalmente cerrada y tan solo Reino Unido aceptaba asilados o refugiados, aunque los visados se daban con cuentagotas. Era un periodo de preguerra, con una situación económica gravísima, por lo que ningún Gobierno habría aceptado un número importante de personas que luego habría que alojar o alimentar. Todo esto sigue pasando hoy en día, efectivamente, pero han cambiado los números. Los países europeos están más dispuestos a aceptar a los migrantes porque los vemos como personas. Aun así tenemos un problema gravísimo en Italia con miles de personas llegando a diario desde África. El problema hoy es distinto. No son momentos históricos comprables.. Hoy se trata más de cómo vamos a tratar a estos migrantes.

¿Por qué crees que Winton permaneció en silencio durante tanto tiempo sobre su proeza?

Es algo totalmente incomprensible en esta época de la visibilidad. No entendemos que pudiera haber tres héroes invisibles. Es una pregunta que ya le plantearon en 1988. Él dio dos respuestas. Ena primera era que él no había sido el único, que no tenía mucho mérito y que solo había hecho su parte. En la segunda decía que había razones para hablar de ello porque no había hecho nada extraordinario, solo lo que cualquiera haría en su lugar. Conociéndole un poco, yo creo que el suyo era una silencio apenado. Él salvó a 669 niños, pero en su lista había más de 3.000. En su fuero interno, consideraba que había fracasado.

¿Faltan Nicholas Winton en el mundo actual?

Hay muchos Nicholas Winton hoy día. Por ejemplo, Gino Strada, fundador de la ONG Emergency. Y hay muchos más que no conocemos. Seguro que en Gaza, en Siria o Ucrania hay muchos Nicholas Winton. Lo bueno de nuestro tiempo es que tenemos herramientas para hacer pequeñas acciones igual de heroicas y útiles. Pienso en las ONG, en los voluntarios, en la recogida de alimentos, en las donaciones. Cualquiera de nosotros podemos ayudar a quienes trabajan por la paz. Porque la paz no es algo abstracto, sino algo muy concreto. Todos podemos ser un poco Nicholas Winton.

De alguna forma ‘Los niños de Winton’ entronca con el aquí el ahora. ¿Cómo estás viviendo el actual conflicto en Oriente Medio?

Con lágrimas en los ojos. Lo que vemos es espeluznante. Pero si este libro se hubiera publicado tres o cuatro años atrás habría habido otras situaciones similares. Una historia así siempre es actual, porque los niños siempre están en peligro y algunas partes del mundo siempre están en guerra. El mal, aparte de ser banal, siempre es universal, puede estar en cualquier parte. Es cierto que la historia siempre se repite desde el punto de vista del mal, pero la odisea de Nicholas Winton demuestra que también se repite el bien. No sé si hay una solución en Israel. Me gustaría ver dos estados, pero no sé si es posible. Pero tanto en un lado como en otro hay gente que sufre y a la que podemos ayudar.

La vida de Winton ha sido llevada en la película 'One life', con Anthony Hopkins, aún pendiente de estreno. ¿Qué esperas encontrar?

Tengo curiosidad por ver qué han hecho. Hopkins es un actor extraordinario, así que la veré tan pronto como llegue a los cines. Sé que se han basado en algunas fuentes que yo también he utilizado, como la biografía de Winton que escribió su hija, y sé que relatarán toda su vida, una vida larga porque falleció a los 106 años. Estoy feliz porque durante 35 años no se había hablado nunca de Winton y ahora gracias a un libro y una película sí se habla. Y arrojar luz sobre la historia es lo que nos interesa.