Gastro thriller, ha nacido un género: "Nos da chute la sangre por el morbo"

  • Un género en boga se abre paso en las estanterías: el que aúna los crímenes más truculentos con la alta cocina

  • A aquello del 'asesinato como una de las bellas artes' se le suma ahora el 'crimen cocinado a fuego lento'

  • 'Muerte en tres texturas' es una novela en la que un chef y su ayudante colaboran con la policía para resolver unos terroríficos crímenes

El crimen y la 'haute cuisine' no son extraños. Desde los regodeos de sibarita de Hannibal Lecter ("me comí su hígado con habas y un buen Chianti") hasta los truculenta trastienda culinaria retratada en series como 'The bear', el crimen está servido. Tan es así que de un tiempo a esta parte se viene hablando de todo un género dedicado al asesinato entre fogones: el gastro thriller.

¿No nos creen? Piénsenlo: los crímenes se cocinan 'a fuego lento', los asesinatos ocurren 'al filo' de la noche, la venganza es 'un plato que se sirve frío', las calles son un 'hervidero' de delincuentes, etc.

Para conocer más de este suculento maridaje, hablamos con Cristian Schleu, autor de 'Muerte en tres texturas' (N de Novela), una novela trepidante y salvaje que tiene el mérito de inaugurar el género en España y también el de pergeñar algunas de las 'escenas del crimen' más perversas y sofisticadas que se hayan leído en mucho tiempo. Aquí, el asesino 'presenta' a sus víctimas evisceradas y con el bolo alimenticio emplatado coquetamente en la sangrante cavidad estomacal.

¿Cómo definirías el género gastro thriller?

 Para mí, un gastro thriller es una intriga trepidante que tiene mucho de gastronomía, con interrogantes que se abren y que, gracias a la cocina, se terminan de cerrar. Una novela que apela de manera muy directa a los cinco sentidos.

¿Cómo surgió mezclar el crimen con la cocina en esta novela?

 Un día iba en moto y pasé por delante de un restaurante donde cocinan unos garbanzos muy ricos. Unos metros más allá, vi un accidente de moto en el que una ambulancia socorría a una persona tendida en el suelo. En ese momento, mi cabeza empezó a imaginarse lo peor, y pensé en fracturas, heridas, el estómago abierto en canal… Ahí surgió la inspiración: si esa persona había salido del restaurante y poco después había pasado esto, podrían encontrar aquellos garbanzos. Pensé que podría ser interesante situar esta imagen en un marco de homicidios. Como ya se había escrito mucho y muy bien sobre sargentos, tenientes y comisarios, la gastronomía me lo puso en bandeja: ¿quién mejor que un cocinero para convertirse en el eje de una investigación? Pensé que eso le daría un valor añadido también.

 ¿Por qué decidiste ambientarla en Londres?

Me decanté por Londres porque, además de contener esa aura misteriosa de Jack el Destripador y de estar en Reino Unido, segundo país del mundo con el mayor índice de asesinatos en serie, es una ciudad con una oferta gastronómica muy amplia: restaurantes indios, paquistanís, libaneses, italianos…

De fácil digestión

Este protagonista ronda una especie de crisis de los 50, rodeado de duelos y adolescentes rebeldes, ¿cómo es la crisis de esa edad? ¿De qué está hecha?

 Me quedan dos años y pico para conocerla, pero supongo que será como la de los cuarenta pero más acrecentada. Cuando los hijos crecen, crecen los problemas: con la perspectiva que te da el paso del tiempo, echas la vista atrás y te das cuenta de que al principio casi todo son minucias, pero después se transforma todo en problemas más serios, más psicológicos.

Si tuviese que cocinar a un chef así, en ese momento vital. ¿qué plato le harías?

Algo que sea de fácil digestión, que no sea muy pesado, porque cada uno carga ya bastante con lo suyo en esta etapa de la vida. Por ejemplo, berenjena al horno con tomate confitado, romero, tomillo y, coronando en la cima, un filete de sardina ahumada.

¿Por qué nos enganchan las novelas de asesinatos? 

Las novelas de asesinatos nos enganchan porque queremos saber quién hace lo que hace y por qué, pero, sobre todo, más que eso, porque nos gusta el toque de suspense que nos plantea un interrogante aún mayor: ¿qué le pasará al personaje?

¿Por qué nos da chute la sangre?

Por el morbo. Creo que muy poca gente ha vivido un episodio de violencia de este tipo. Lo vemos como algo lejano que no nos puede pasar a nosotros, y esa distancia es la que nos da permiso para que nos genere tanto interés.

¿Qué plato definiría este género de gastro thriller?

Algún plato que incorpore casquería: eso sí, decorado con mucho esmero, con un toque floral y el frescor de las hierbas aromáticas para compensar el potente sabor de la grasa animal.