Pablo Simón o entender sencillo lo complejo: “Los de 50 son la generación que más habla de política"

  • El politólogo riojano, profesor universitario, publica ‘Entender la política (Una guía para novatos)'

  • Un libro hecho para veinteañeros, pero que está resultando muy útil también a ciudadanos mayores de 50 años

  • Hablamos con él sobre el funcionamiento de la democracia, partidos políticos, clase media o traspaso intergeneracional de ideas

Pablo Simón tiene el superpoder de explicar sencillo ideas complejas. Ideas como la democracia, la clase media o cómo siente (y vota) un adolescente que no sabe lo que siente en una sociedad cambiante. Tiene en su cabeza decenas de autores, cifras y conclusiones de estudios que combina con maestría entre sí para ir profundizando en capas y capas de sentido. Nadie como él por tanto para lanzarse a dibujar los contornos de uno de los mayores elefantes en la habitación del momento y escribir ‘Entender la política (Una guía para novatos)’, un libro para veinteañeros que está conquistando también a los jóvenes de más de 50.

“Me encuentro con lectores que son padres e hijos. Este libro no es solo un buen repaso general, sino también una historia de las ideas y una revisión de nuestro funcionamiento político. No pocos adultos ignoran que no votamos directamente al presidente del gobierno o la diferencia entre el voto blanco y nulo”, explica este politólogo riojano.

‘Entender la política’ está dedicado a Cloe, su sobrina de dos años. En el prólogo le explica de dónde viene lo que verá y la importancia de que, como ciudadana, sepa entender críticamente el mundo que le rodea: “La política es importante para todos, pero, muy especialmente para los más pequeños, porque ahora tomamos decisiones que afectarán al futuro de quienes más queremos”.

¿Por qué esta guía para novatos de la democracia?

Básicamente por mi experiencia como profesor en la universidad. Con 18 años tienen niveles muy dispares de conocimiento político (desde quien no tiene ni idea hasta quien está a la última de la actualidad). Eso evidentemente tiene que ver con lo que se habla de política en casa y, por tanto, subraya que tenemos un déficit importante de formación básica.

¿Crees que la democracia está “en peligro” en los últimos años?

La última década sin duda, el retroceso autoritario está ocurriendo en todo el mundo, dentro y fuera de Europa. No es sólo que en el mundo tengamos sistemas autoritarios cada vez más poderosos e influyentes, como puede ser el caso de China, es que cada vez hay más partidos y segmentos de la población que consideran que la democracia es instrumental, que solo sirve si ganan los propios.

¿Qué ha cambiado en España desde la Transición?

¿En qué no? Hemos cuadruplicado nuestra renta, tenemos un estado de bienestar asentado, hemos entrado en la Unión Europea… Tenemos nuestros problemas específicos, sin duda, como puede ser el mercado de trabajo o la cuestión territorial, pero lo cierto es que ninguno de nuestros problemas o desafíos es muy diferente a los de las democracias Occidentales. Podría decirse que somos una democracia madura con sus luces y sus sombras.

¿Quiénes son hoy la clase media?

Es un concepto un poco esquivo. En términos de renta, en la distribución española, se ubica quien cobra entre 1.300 y 3.200 euros mensuales. En términos de riqueza, quien tiene además una vivienda en propiedad. Sin embargo, la clase media es algo “aspiracional”, todo el mundo quiere serla y permanecer en ella, por lo tanto, es un concepto político lo suficientemente elástico.

¿Qué fue de aquella clase media de la Transición que la hizo posible? ¿Quiénes son ahora esos ex agricultores o hijos de ex agricultores?

La Transición es una historia más compleja que eso, pero lo que sí sabemos seguro es que durante los últimos 40 años España se ha transformado muchísimo. La universalización de la educación y el profundo cambio en nuestra estructura productiva generó que lo jóvenes de la Transición hayan vivido un proceso de movilidad social sin precedentes en la historia. Era muy ‘fácil’ mejorar la posición de partida de tus padres o abuelos cuando partían de tan abajo, hoy eso es más complicado.

¿Lo neoliberal le está comiendo espacio al Estado del Bienestar en España?

Diría que hay políticas concretas con esa inspiración que pueden ser problemáticas. Pienso en la sanidad universal, cada vez más frágil, los problemas que tenemos con el mercado de la vivienda, que cercena oportunidades a los jóvenes o los problemas que tenemos de segregación escolar. Hay razones para pensar que muchas de estas políticas cercenan la igualdad de oportunidades y hacen que tengamos una sociedad menos productiva e inclusiva.

¿Por qué estamos tan descreídos con la política en el 2024?

Ha caído el interés por la política tras la pandemia. Probablemente tenemos un cierto cansancio que, acompañado de una polarización creciente, ha hecho que nos retraigamos. Se puede comprender.

Tres mitos que no son ciertos sobre la política en España

‘No existen pactos entre los partidos’: es falso, el PP y el PSOE votan juntos el 70% de las veces en el Congreso. ‘España es el único país donde nacionalistas e independentistas condicionan gobiernos’: véase que en Bélgica o en Canadá no ha sido tan diferente. ‘Nuestros políticos son los peores del mundo’: basta con echar un vistazo a las páginas de internacional.

Cosas buenas y otras mejorables de la política en España comparada con otros países europeos

Las buenas es que somos un país abierto al cambio, relativamente seguro y con unos trabajadores públicos formados. Quizá en lo negativo es que perdemos demasiadas energías en debates de corto plazo, lo que nos hace difícil buscar soluciones ponderadas a los problemas.

¿Cómo ve la democracia un hombre de 50-60 años ahora mismo?

Como el producto del esfuerzo de toda una generación que luchó por conseguirla. Son la generación que más habla de política y más se interesa por ella.

¿Cómo la ve su hijo adolescente-veinteañero?

Como el oxígeno, se da por descontado, y solo se lo echa de menos cuando no se tiene. Aún siguen algo despegados del sistema.

¿Cómo la ve su padre de 80?

Un logro histórico de país, aunque con desconfianza hacia los operadores políticos. Ellos tienen recuerdos más matizados.

¿Y si cambiamos todas esas edades a mujeres cambia?

No hay diferencia respecto a la democracia, sí lo hay respecto al papel que ellas juegan en la sociedad. Sus problemáticas han sido muy diferentes y la progresiva emancipación de la mujer, su inserción en el mercado de trabajo… son algunas de las grandes transformaciones que ha tenido nuestro país.

¿Qué consecuencias tiene que seamos un país con mayoría de más de 50 años?

En todos los órdenes. Desde que se reafirma que este segmento es el electoralmente más suculento hasta que nuestro sistema de bienestar deberá destinar más dinero a pensiones y sanidad de manera automática. Nuestro país ha alargado mucho la esperanza de vida y eso es una noticia estupenda. Lo que ocurre es que nuestro sistema debe adaptarse y hay que fomentar también las políticas juveniles e infantiles porque son los segmentos con mayor tasa de pobreza.

¿Cómo explicarías sencillo el lío de ahora con el Consejo General del Poder Judicial?

El CGPJ es un órgano que se encarga de la gestión de la justicia (ascensos, sanciones, retribuciones…) y que no existe en todos los países. Nosotros nos inspiramos en el modelo italiano y por eso lo tenemos. Tradicionalmente los grandes partidos lo que han hecho es repartírselo según las mayorías políticas en el Congreso, sin embargo esta vez no ha sido así porque el PP no ha querido hacerlo con el PSOE si antes no se cambia el sistema para que los jueces puedan elegir una parte. Algunos piensan que es bueno una elección mixta, otros parlamentaria, pero lo seguro es que el bloqueo hace que la situación de la justicia empeore. Por eso la comisión europea intenta mediar ahora con los partidos a ver si hay una solución.

¿Cómo explicar qué es la izquierda y la derecha sin caer en simplismos?

Hay muchas izquierdas y muchas derechas, pero bueno. Podría resumirse en que la izquierda considera que el papel del estado en la economía como regulador y provisor de servicios es más positivo que la derecha, que opina que la iniciativa privada y los mercados aseguran más bienestar. Diría que ese es el elemento central, el económico, porque luego hay derecha más conservadora o más liberal (individualista), izquierda más comunitaria o izquierda más postmoderna. 

Un mito que no sea cierto y otro que sí de la derecha española

Un mito es que la derecha es insensible a la pobreza. Esto es falso, pues hay corrientes democristianas y conservadoras que consideran que es un deber moral ayudar a los sectores con menos recursos de la sociedad. Es verdad que la derecha más moderna tiende a ser más individualista.

Un mito que no sea cierto y otro que sí de la izquierda española

Es un mito que a la izquierda no le preocupe la libertad, lo que pasa es que la conceptualiza de manera distinta. Para la izquierda sólo se puede ser libre si se dispone de los recursos para serlo. Es verdad que la izquierda ha tendido a volverse más exigente con la moral de los demás.

¿El mito de la Guerra Civil sigue por aquí o no es tan cierto que eso sea así?

Es inevitable que así sea porque si pasa hasta en los EEUU, que la tuvieron hace 150 años, es comprensible que nosotros lo tengamos a flor de piel. Otra cosa diferente es que se nos caracterice como propensos al enfrentamiento o que eso explica toda nuestra política, no es verdad. Nos hemos vuelto un país más complejo y moderno y, aunque haya ecos del pasado, somos muy diferentes.

¿Qué crees que habrá cambiado cuando los Z tengan 40? ¿Cómo seremos en 2040?

Me resulta muy difícil saber dónde estaremos. Ya hay transformaciones en curso de enorme profundidad (desde la IA hasta el auge de China), pero quizá lo que está pendiente es ser capaz de imaginar mundos mejores para entonces. Es bastante sintomático de nuestra época que todo lo que nos imaginemos sean distopías y no horizontes más prósperos y plenos. Ese es el desafío, pensar en la idea de “buena vida” y cómo llegar hasta ella.