Beatriz y Luiso, madre e hijo coautores de un thriller: "Hemos discutido, pero esta aventura juntos es un regalo"

  • Beatriz Roger: "Para escribir 'Marismas' hemos tenido que trabajar más la paciencia, ¿pero qué madre y qué hijo no lo hacen?"

  • Luiso Soldevila: "La novela es un proyecto de los dos, los dos escribimos y los dos nos corregimos, y me encanta que así sea"

  • Aunque también tienen proyectos literarios en solitario, ambos autores ya están preparando una nueva trama del detective Nico Ros, protagonista de 'Marismas'

La misteriosa desaparición de una niña en las marismas del río Ter, un detective marcado por su pasado y una mente perturbada son los principales argumentos de 'Marismas' (Planeta), un thriller escrito por Beatriz Roger y Luiso Soldevila, tándem creativo y madre e hijo. Su primera novela conjunta es adictiva, directa y cruda, pero también una historia emotiva y diferente. Roger y Soldevila arrojan luz a la oscuridad de la trama y también a las relaciones materno-filiales en la entrevista que han mantenido con Uppers. Con ellos hemos hablado sobre cómo es eso de escribir a cuatro manos y dos cabezas cuando, además, el trabajo y la vida familiar aguardan.

¿Cómo surgió la creación de 'Marismas'?

Beatriz: Pues la verdad es que surgió de forma natural y sencilla. La idea y los pilares de la historia surgieron de Luiso, fue él quien tuvo la idea de escribir una novela de misterio ambientada en la Costa Brava y protagonizada por un detective joven y diferente a los que nos tiene acostumbrados la novela negra.

Luiso: Un día le presenté la historia a mi madre y ella le propuso unos pequeños cambios, y fue entonces cuando le planteé la idea de escribirla juntos. Al principio nosotros mismos nos sorprendimos con la espontánea y atrevida idea, pero después no lo dudamos. ¿Por qué no? A partir de entonces, empezamos a darle forma a la historia, a los personajes.

¿La pandemia tuvo algo que ver o era un proyecto que ya teníais pensado?

Beatriz: De hecho, empezamos con 'Marismas' y la acabamos antes de la pandemia. Tristemente, la pandemia ha tenido demasiado protagonismo estos últimos años, y tenido que ver con muchas cosas, pero por suerte no con nuestra novela. Ojalá pronto podamos decir que esta pesadilla ha terminado.

Hay algunos casos de escritores a dúo, por ejemplo, la francesa Frederic Vargas, pero normalmente uno escribe y otro corrige. En vuestro caso, los dos escribís. ¿Cómo es de complejo?

Beatriz: Decidimos desde el primer momento ser ambos partícipes del todo. Es decir, queríamos colaborar por igual y no nos apetecía que uno se dedicase a una cosa y el otro a otra, al contrario. Nos gustaba la idea de que 'Marismas' tuviera un poco de cada uno de nosotros. Así que primero pensamos sobre qué queríamos escribir, y sobre quién. Estaba claro que nuestro protagonista sería un joven investigador y que el cuartel general de nuestra novela sería Llafranc y alguna otra zona del Ampurdán. Queríamos un misterio diferente, esperamos haberlo conseguido.

¿Cuál era vuestro objetivo?

Luiso: La idea era plasmar una investigación diferente, pero a la vez creíble. Nada que no pudiera ocurrir en la realidad. Pero al mismo tiempo, nos importaba mucho el ambiente, los personajes, el clima, sembrar nuestro sello especial. Y poco a poco fuimos dando con la historia y con quienes la protagonizarían. Preparamos una escaleta como guía (aunque no siempre nos ceñimos a ella porque las ideas surgían de forma espontánea y a veces cambiábamos el rumbo) y mantuvimos la base. Pensamos en quienes queríamos que acompañasen a Nico en esta aventura y finalmente, nos repartimos los capítulos. De ese modo, cada uno escribía parte de la historia y el otro igual. Después nos pasábamos lo escrito y cada uno opinaba e incluso corregía lo del otro, hasta que dábamos el material por bueno. Por eso decimos que es del todo de los dos, pues cada personaje, cada párrafo, es de ambos.

¿Qué os ha resultado más complejo?

Beatriz: Lo más difícil llegaba cuando nos poníamos a escribir, la imaginación vuela y se te ocurren grandes ideas (o no tanto) que no estaban en el plan previo, pero que podían encajar, por lo que teníamos que llamarnos y comentarlo, encajar lo nuevo y retocar la hoja de ruta si era necesario. Sin duda alguna, nuestro mejor aliado ha sido el 'Control de Cambios' del Word. Llegó un momento en el que nos gustó el resultado, nos parecía muy interesante que la historia estuviera escrita por personas de dos generaciones y géneros distintos, porque nutre y enriquece a 'Marismas'. En ocasiones teníamos discrepancias creativas, si un personaje era demasiado duro, o demasiado blando, si algo resultaba inverosímil o sobraba o faltaba, si alguien debía morir… En fin, por suerte siempre las llevábamos a buen puerto para llegar a un punto intermedio entre ambas visiones.

¿Qué rol tiene cada uno en el proceso creativo?

Luiso: Si tenemos que definirnos con un rol, probablemente yo sea más imaginativo y mi madre consigue 'redondear' la novela.

Beatriz: Estoy de acuerdo. Luiso es imparable y cuando se pone a pensar no para… Se va. Yo le devuelvo a tierra. Lo cierto es que somos lectores apasionados de la novela negra. Nos encanta. Y, respecto a escribir, ambos hemos hecho nuestros pinitos. Yo más, claro, porque soy mayor que él. Luiso tiene además una muy buena concepción visual porque se dedica al mundo del cine y le encantan también las series y ve ese algo que otros no ven. Y a mí, creo, se me da bien plasmar en palabras lo que pienso. Y sobre todo, lo que siento o creo que sienten otros. A ambos nos gustan esos personajes e historias que tocan la fibra.

¿Cómo os habéis planteado el perfil de los personajes?

Luiso: Gente creíble. Humanos de arriba abajo. Con sus virtudes y defectos. Nada de súper héroes ni gente fabulosa. Pero entrañables y particulares, especiales, eso sí.

La novela está ambientada en una zona que parece que conocéis muy bien, ¿los personajes también tienen su referente?

Beatriz: Sí, la zona la conocemos muy bien. Para nosotros Llafranc y sus alrededores son nuestro hogar, un lugar muy especial donde ambos hemos vivido muchas cosas y donde pasamos tanto tiempo como podemos. Inevitablemente, los personajes también tienen sus referentes, empezando por nosotros dos, que siempre le ponemos algo personal a cada uno de ellos, porque somos así, sentimentales y de fibra tierna. Además, algunos rasgos de los personajes (sólo los buenos, ¿eh?) más que los personajes en sí mismos, están inspirados en personas que en algún momento u otro han estado en nuestras vidas o que están. Al fin y al cabo, se escribe sobre aquello que se conoce.

¿Ha cambiado vuestra relación madre-hijo?

Beatriz: Para nada, solo en que ahora tenemos además, esta enorme ilusión compartida. Por suerte nos llevamos muy bien, siempre lo hemos hecho. En algunas cosas nos parecemos un montón y en otras no, pero eso nos ha enriquecido. Seguimos con la misma motivación que el principio y, si bien durante la escritura hemos discutido de buen rollo, eso siempre. No nos ha resultado difícil ponernos de acuerdo y ambos hemos visto claro cuando ceder porque el otro tenía razón. Eso es básico. Sin egos. Hemos tenido que trabajar un poco más la paciencia respecto al otro, pero ¿qué madre y qué hijo no? Es probable que este proceso intenso lo haya sufrido más la familia, que durante meses y meses nos han oído presencialmente o al teléfono con nuestro rollo. Son unos santos. Y que hemos sacado tiempo de debajo de las piedras porque claro, cada uno tiene su trabajo y el día da de sí lo que da y no queríamos descuidar nada.

Beatriz, ¿estás cumpliendo un sueño a los 50 y tantos?

¡No cabe duda! Estoy feliz. Aún no me lo creo del todo. Que esta novela vea la luz… es algo mágico, la verdad. Algo con lo que sueñas, pero crees que se trata de eso… un sueño. Y ya es realidad. Me doy, solo por esto, por muy pero que muy satisfecha. Siempre me ha gustado escribir. Y leer. Desde niña. Pero es que además he podido compartir esta aventura con mi hijo, eso sí que es increíble. Llevo esta experiencia en mi corazón. Es precioso. Un regalo.

¿Ha cambiado tu percepción sobre él?

Estoy muy orgullosa de él. Siempre lo he estado, claro. Además de querer muchísimo a Luiso, me cae bien. Me encanta cómo es y disfruto a su lado. Gracias a 'Marismas' he podido trabajar con él codo con codo. He descubierto su constancia, su tesón, en fin… a un hombre adulto que es capaz de llevar un proyecto adelante sin desfallecer. Porque las madres solemos ver a nuestros hijos como nuestros niños tengan la edad que tengan y esta aventura me ha permitido descubrir o vivir facetas suyas que me encantan. ¡Eso sí! Es un cabezota y no me ha dado un respiro.

Luiso, ¿has redescubierto a tu madre gracias al libro?

Redescubierto, no. Sinceramente, a mi madre la conocía muy bien antes de empezar esta aventura, siempre nos hemos llevado muy bien y sólo puedo decir cosas buenas de ella… ¿Qué voy a decir? Es mi madre, la quiero. Pero mira, me ha sorprendido y estoy muy agradecido porque se animase a escribir esta novela conmigo. Sin ella no hubiera sido posible. Es un proyecto de los dos y me encanta que así sea. Ella también tiene carácter, es cierto, lo tenemos ambos. Pero también muy buen humor y ambos somos, aunque todo esto deberían decirlo terceras personas porque hablar de uno mismo es extraño, cariñosos. Eso lo ha hecho todo más fácil.

¿Pensáis continuar con este proyecto literario?

Beatriz: Por supuesto, ideas y casos para el detective Nico Ros no nos faltan. Ahora esperemos que 'Marismas' tenga una buena acogida del público y crítica, y que las personas que la lean la disfruten tanto como nosotros escribiéndola. Ojalá este sea el principio de un largo proyecto. Pero os podemos adelantar que ya estamos trabajando en la continuación. Otra novela. Crucemos los dedos y ¡ojalá!

¿Os veis escribiendo en solitario?

Beatriz: Sí, yo ya lo he hecho. Escribí una novela que me gusta mucho sobre un tema tan delicado como la adicción, al que me dedico profesionalmente. De momento está en Amazon. Veremos. A mí me encanta porque trata un tema que por desgracia sigue siendo tabú y que, en cualquier caso y según mi humilde opinión, cuando se trata suele hacerse desde el desconocimiento.

Luiso: Yo estoy en ello, trabajando en una novela de fantasía, género que me encanta, al igual que me gusta la novela negra o de misterio. Pero ambos coincidimos en que ahora nuestra prioridad es seguir con las aventuras de Nico Ros.

Beatriz: ¡Desde luego! Nico acaba de 'nacer'.