Siete frases curiosas del libro de Mariano Rajoy: "Los líderes carismáticos siempre me han producido cierta prevención"

  • Mariano Rajoy publica su libro 'Política para adultos'

  • Una reivindicación de la madurez en política ante los riesgos del populismo

  • Es un análisis de una década vertiginosa que ha dado lugar a grandes cambios en la sociedad

Que la tensión reina entre los directivos populares es un secreto a voces. Los tira y afloja entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso se han intensificado y ambos han intentado rehuirse últimamente. Ha tenido que llegar el expresidente, Mariano Rajoy, para juntarlos y, además, en público. Ha sido a raíz de la presentación de su último libro, 'Política para adultos', las reflexiones de un ciudadano que ha dedicado más de la mitad de su vida a la política y que ahora observa, desde la barrera, el lío político nacional e internacional. Una reivindicación de la madurez en la política ante los riesgos del populismo y parece que, hasta un tirón de orejas a las cabezas visibles del que ha sido el partido de su vida. Desgranamos algunas de sus frases más relevantes.

Sobre la irrupción del populismo en la política española

"La política debiera aportar certidumbre, sobre todo en momentos de zozobra. ’Política para adultos’ no significa política para viejos. Significa política hecha por personas responsables para ciudadanos responsables (…) El populismo, con sus falsedades y su polarización, nos aleja de esa condición de ciudadanos adultos que nos promete un mundo sin límites y sin responsabilidad".

Sobre las trampas del populismo

"Esto de los líderes carismáticos siempre me ha producido cierta prevención; nunca he sentido ese tipo de fascinación por ningún político y tampoco he pretendido ejercerla sobre nadie (…) Esa capacidad de seducción que ciertas personas – sobre todo los periodistas- reclaman a los políticos como si fueran estrellas de rock siempre me ha resultado algo muy poco recomendable".

Sobre la política de los sentimientos

"Si los populistas y los demagogos han podido hacer carrera con facilidad en nuestras sociedades modernas es porque han sabido manejar mejor que los demás determinados tipos de lenguaje y códigos de comunicación. Ellos son beneficiarios de una nueva cultura predominante: la hiperemotividad. Ya no es la racionalidad lo que dicta buena parte de las decisiones, sino la pura sentimentalidad".

Sobre el virus del populismo

"Una de las características más destacadas de este fenómeno es su capacidad de infectar al conjunto de la sociedad (…) Todos somos vulnerables ante el virus político. En España tampoco estamos vacunados contra esta plaga, y mucho menos inmunizados (…) Lo que sucede hoy es que todos los que mandan en los partidos mandan más que los anteriores, se someten a menos controles, deciden sobre todas las organizaciones y algunos incluso nombran sucesores después de fallecidos".

Sobre los ataques a la justicia y la presunción de culpabilidad

"Los desmentidos de los afectados no parece importarle a nadie, como tampoco parecen interesar las absoluciones o los archivos cuando se producen. Un sector de la opinión pública, por puro interés partidista o ideológico, en la mayoría de los casos, prefiere dar más credibilidad a las versiones contradictorias y falsas de un procesado que puede mentir para defenderse, que a los desmentidos de los acusados, sobre todo si estos se dedican a la política. Ya se sabe que los políticos, solo por serlo, gozan de la presunción de culpabilidad".

Sobre la ruptura de los consensos

"Siento hacia las primarias la misma prevención que hacia los referéndums. No me gustan como método de gobernanza, por muy democráticos que sean, porque acaban con la dinámica del acuerdo, del pacto y de la integración. Frente a esta se impone la dinámica de vencedores y vencidos. (…) Hay cada vez menos ese espíritu de tolerancia y más uniformidad y afán disciplinario. Un partido basado en el acuerdo es menos doctrinario y es más abierto a la incorporación de nuevo talento en la sociedad".

Sobre recuperar los valores de la buena política

"Aunque la política presenta con frecuencia un punto de exceso y teatralización, me atrevería a decir que en los últimos años hemos superado las dosis aconsejables. Ha faltado mesura, moderación y equilibrio. Y lo que es aún peor, ha faltado la atención a las cosas realmente importantes".