De los noventa, a hoy: la autora de suspense más vendida en el confinamiento vuelve con un libro sobre malos tratos

  • Mónica Rouanet, la autora del best-seller del confinamiento 'Despiértame cuando acabe septiembre', vuelve con nueva novela

  • 'Nada importante' pone el punto de mira sobre la violencia de género en un nuevo thriller social

  • "Hemos hecho más por educar a las nuevas generaciones que por reeducar a las anteriores", asegura la alicantina

'Despiértame cuando acabe septiembre' fue uno de los grandes éxitos literarios cuando el primer confinamiento por la pandemia de covid nos obligó a permanecer encerrados durante meses. Pasó 22 semanas consecutivas en el número uno de ventas de Amazon, sección suspense, convirtiendo a su autora, Mónica Rouanet, en una de las escritoras más leídas en España en aquel 2020. Amparo, la heroína de esa 'women's fiction', acompañó a muchos lectores durante aquel encierro obligatorio, encierro que la novelista aprovechó para seguir escribiendo, una manera como cualquier otra de "evadirse de la realidad" en aquellos día aciagos.

Así llegó en 2021 'No oigo a los niños jugar', su cuarta novela, con la que Rouanet se consolidaba como una autora imprescindible en el género negro contemporáneo, afinando uno de sus rasgos más característicos: el saber combinar con precisión las reglas del thriller de intriga más absorbente con el retrato de una realidad social incómoda, ya fuese la pornografía infantil o la exclusión social. No en vano, su trabajo al margen de la literatura es tratar con jóvenes en situación de riesgo.

Y en esas sigue con 'Nada importante' (Roca Editorial, 2022), su flamante nueva novela. Apuntando ahora a otro de los grandes caballos de batalla de nuestro tiempo, la violencia de género, reflexionando sobre lo que la sociedad ha consentido y consiente de manera no explícita, y sobre la lucha de la mujer para encontrar su lugar sin miedo a ser juzgada ni vejada. "Hemos hecho más por educar a las nuevas generaciones que por reeducar a las anteriores", explica.

La autora viaja desde los años noventa hacia el presente para hacer balance de cuánto se ha avanzado, y lo hace de la mano de otro impecable ejercicio de suspense armado como un gran puzzle coral. Con ella hablamos sobre este mal contemporáneo y cómo se ha filtrado en su obra.

¿Qué cuenta 'Nada importante'?

'Nada importante' nos presenta la historia de un asesino en serie que se erige a sí mismo como salvador de la sociedad y decide acabar con parejas compuestas por mujeres y hombres que, según sus criterios, no cumplen con los baremos cívicos que él mismo ha estipulado. Esos baremos determinan que las mujeres son inferiores a los hombres, a quienes deben servir y cuidar, anteponiendo los deseos de estos por encima de sus propias necesidades. De este modo, castiga a mujeres que, según él, faltan el respeto a sus maridos, y a hombres incapaces de controlar a esas mujeres.

¿En qué momento decides escribir sobre la violencia de género?

Todo empezó durante el confinamiento. En esos días de encierro, mi marido y yo decidimos ver series míticas que no hubiéramos seguido en su momento, y comenzamos por Expediente X. Por supuesto que conocíamos a los personajes principales y sabíamos de qué iba la trama, pero jamás habíamos visto ninguno de los dos un capítulo completo.

Para los años 90, década en la que copó los mejores horarios televisivos y se embolsó un montón de premios, la serie fue toda una revolución por diversos aspectos, pero, sobre todo porque, por primera vez, un personaje femenino, el de Dana Scully (Gillian Anderson), ofrecía la parte serena, intelectual y científica frente a la impulsividad y exaltación representada por un personaje masculino, Fox Mulder (David Duchovny).

Pues bien, en uno de los capítulos de la primera temporada, la agente Scully persigue a un sospechoso hasta otro estado y allí solicita información sobre él a la policía. El detective a cargo, tras comprobar en el archivo, responde con esta frase: "Henry, 28 años. Cumplió condena en Iowa, Lousiana, por agresión sexual y drogas. Nada importante".

No me lo podía creer. ¿"Agresión sexual" y "nada importante" en la misma frase y nadie decía nada al respecto? Recordé entonces que, en los años 90, era así. Aunque las agresiones a mujeres estaban tipificadas en el código penal y se cumplían condenas por ellas, muchas víctimas prefirieron callárselas para no ser juzgadas y sentenciadas por la sociedad. Ahí comenzó la idea de escribir sobre este tema.

La acción de la novela se inicia en 1991 y llega hasta el reciente confinamiento, ¿por qué eliges arrancar en esa época?

La década de los 90 es la de mis veinte años, un momento en el que ya eres completamente consciente del papel que, por tu género, te ha asignado la sociedad. Ahora es mi hija mayor quien tiene esa edad y, tras escuchar esa frase de Expediente X, comencé a preguntarme si de verdad la opinión social sobre estos temas ha cambiado tanto como creen las jóvenes de ahora. Decidí, entonces, realizar un recorrido por estos últimos treinta años y comprobarlo a través de mis personajes (todos ellos ficticios, por supuesto).

¿Por qué la has ambientado en Madrid?

Está ambientada en dos espacios, uno de ellos es Madrid y el otro, un pueblecito costero del levante español. Escogí Madrid porque vivo aquí y me es fácil moverme por sus calles, aunque podría haber sido cualquier otra ciudad grande. El pueblo costero es ficticio, aunque en sus calles y sus colores se refleja el mío: Altea.

La novela cuenta con muchos personajes y puntos de vista ¿Por qué era importante introducir distintas voces?

El tema de la violencia de género es universal y cada persona lo percibe desde su propia perspectiva. Para mí era importante reflejar todas estas visiones en la novela porque todas ellas coexisten y marcan la concepción de los diferentes grupos sociales. Creo que para acabar con una lacra social como esta es necesario escuchar todas las posturas e intentar comprenderlas. Eso no significa que debamos justificarlas, ni mucho menos, pero si queremos cambiar el pensamiento de fondo de determinados colectivos es necesario conocer qué lo genera.

¿Has investigado mucho? ¿Te has puesto en contacto con víctimas?

A lo largo de toda mi vida profesional he trabajado con personas en alto riesgo social, en concreto con muchas mujeres víctimas de este tipo de violencia, así que es un tema que he tratado en demasiadas ocasiones. También he trabajado con hombres maltratadores. Esto me ha facilitado la posibilidad de observar el problema desde diferentes perspectivas.

En los 30 años que abarca la novela ¿cuánto hemos avanzado en este tema como sociedad?

Hemos avanzado, por supuesto que lo hemos hecho, pero mucho menos de lo que, como sociedad, creemos. Las nuevas generaciones han nacido y crecido con una concepción social de la mujer mucho más liberal, con más derechos y oportunidades, pero, en ocasiones, no entienden el gran paso que esto ha supuesto para muchas personas.

El modelo sistémico en el que se han desarrollado las generaciones anteriores es algo intrínseco y muy difícil de cambiar. A veces observo cómo estas nuevas generaciones se enfrentan a las anteriores sin detenerse a empatizar con ellas. Les dicen cómo debe de ser el mundo sin ayudarles en el cambio que para ellas supone.

¿Crees que se ha hecho todo lo que se ha podido?

La verdad es que no. Creo que se han hecho muchas cosas que están facilitando el camino, pero todavía nos queda mucho por recorrer.

¿Tres retos pendientes que aún nos queden por resolver?

La RAE define el feminismo como "el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre". Perfecto, estoy totalmente de acuerdo, pero echo en falta la palabra "oportunidades".

Hemos comenzado por educar en igualdad a las generaciones más jóvenes y hemos dejado de lado a las veteranas cuando deberíamos haberlo hecho de manera conjunta. Es mucho más difícil reeducar que educar, y no debemos olvidar que esta nueva generación forma parte de sistemas sistémicos establecidos por las generaciones anteriores. Si no las equiparamos no conseguiremos más que enfrentamientos inútiles.

Tenemos que dejar de pensar que la lucha por la igualdad es una lucha entre los distintos sexos.

¿Cómo crees que estaremos dentro de diez años en materia de violencia de género?

Confío en que la sociedad actúe con tanta fuerza en este sentido que desaparezca en un alto porcentaje (ojalá fuera del todo) el número de personas que llevan a cabo este tipo de actos justificándose en el machismo.

¿Cómo viviste el éxito durante la pandemia de 'Despiértame cuando acabe septiembre'?

La verdad es que fue muy emocionante ver cómo semana tras semana, hasta un total de 22, se mantuvo en el número 1 de ventas en un momento en el que no podíamos salir a la calle a relacionarnos con otras personas. Mucha gente me escribió para contarme que Amparo, la protagonista, le había hecho compañía y le había ayudado, en cierto modo, a sobrellevar el encierro. Fue emocionante.

¿Te hace sentir bien que te lea mucha gente?

Por supuesto. ¿A quién no? Me encanta que las personas que me leen me hablen de mis personajes, de la opinión que han creado sobre ellos, y de cómo han interpretado mis historias.

En 2021 publicaste ‘No oigo a los niños jugar’ y apenas un año después tienes nueva obra en las librerías ¿Cuál es el secreto para ser tan prolífica?

El secreto fue una pandemia en la que tuve muchas más horas del día para mí. Yo creo que, durante esos días, escribir (y leer) fue una manera de evadirme de la realidad.

En tu obra tocas temáticas sociales desde el género del thriller. ¿Qué valoras más, la parte de entretenimiento o la parte social?

Creo que todas las novelas tienen una parte social. Todas tratan de personajes que viven cambios en sus rutinas, y esos personajes pertenecen a grupos sociales. Algunas novelas ahondan más en lo que suponen esos cambios para el personaje, mientras que otras profundizan en el impacto que esto provoca en el grupo social al que pertenece. ¿Lo ideal? Situar a los lectores y lectoras frente a algún problema de carácter social de una manera entretenida.

¿Tienes ya en mente cuál será tu próximo paso?

Sí, ahora mismo estoy escribiendo una nueva novela en la que, de fondo, también se tratan temas sociales muy interesantes. Y hasta ahí te puedo contar.