Grammy Latinos 2022: la increíble historia de Ángela Álvarez, nominada como 'Mejor Nueva Artista' a los 95 años

Ángela Álvarez tiene 95 años y está cumpliendo con el sueño de su vida. Ese que comenzó en su Cuba natal, donde siendo muy pequeña aprendió a cantar y a tocar el piano y, donde finalmente terminó guitarra en mano y componiendo sus propias canciones. Lo que empezó como la misión individual de un nieto de preservar el legado musical inédito de su abuela, ha acabado de la forma más inesperada: un disco, un documental, un papel en una película de Hollywood y, como guinda del pastel, una nominación a los Premios Grammy Latinos como 'Mejor nueva artista'.

Angela Álvarez vive en Baton Rouge, Lousiana, en los Estados Unidos, a donde la llevó hace décadas el trabajo de su esposo, un ingeniero mecánico de la industria azucarera. “Me encantaba mucho la música -declaró a Billboard Español-. Cuando era una niña, tenía dos tías que tocaban el piano y me enseñaron a cantar. Siempre que había una reunión familiar, yo era la artista; me hicieron vestidos y siempre me gustó actuar”.

Mayo de 1962 fue un momento clave en la vida de Ángela Álvarez. Entonces tuvo que resignarse a ver a sus cuatro hijos menores partir solos de Cuba hacia Miami. La familia quería huir de la isla ante la deriva comunista que estaba tomando la revolución pero, en principio, solamente pudieron hacerlo los niños, quienes fueron acogidos en el marco de la llamada "Operación Peter Pan", que permitió la entrada en Estados Unidos de miles de menores no acompañados procedentes de la isla.

Álvarez logró viajar a Estados Unidos unos tres meses más tarde, pero tardaría años en lograr que sus hijos volvieran a vivir bajo su mismo techo, pues para ello requería contar con un empleo con un ingreso que le permitiera mantenerlos a todos y eso no era fácil. Sin saber hablar inglés, tuvo que aceptar los trabajos que podía conseguir: recogiendo tomates en el campo o limpiando oficinas por las noches.

Un sueño hecho realidad

Desde niña siempre le gustó la música. Como hemos comentado, de sus tías aprendió a tocar el piano y con ellas cantaba en las reuniones familiares. En el colegio donde estaba interna siendo adolescente aprendió a tocar la guitarra y cuando tenía como 15 años empezó a componer. Pocos años más tarde, Ángela comenzó a soñar con dedicarse a la música, pero tropezó con la oposición frontal de su padre.

“Le dije a mi papá una vez que yo quería ser cantante, entonces él me dijo ‘tú cantas muy bonito, mi hija, y me encanta oírte, pero yo no quisiera que tú cantaras para el mundo". Aunque quedó circunscrita al ámbito familiar, Álvarez siguió cantando y componiendo canciones que inicialmente guardaba en su memoria, pero que luego empezó a transcribir en unos cuadernos.

“Cuando sentía algo que me emocionaba, empezaba a componer. Sobre todo, cuando me fui de Cuba. Yo viví en Puerto Rico, que tiene el mismo clima de Cuba, y cuando iba por las carreteras y veía las cosas que me recordaban a Cuba, ahí componía. En México también compuse. Dondequiera que yo iba y me gustaba, sentía el deseo de decir lo que yo estaba sintiendo”, recuerda.

Con esos cuadernos, algunos ya gastados por el tiempo, sorprendió a su nieto Carlos José cuando este le pidió que le mostrara las canciones que había hecho. De allí salieron las 15 canciones que conforman su primer disco y allí también hay -según asegura Álvarez- unas 30 canciones aún sin publicar.

La labor del nieto de Ángela

Para su nieto Carlos José Alvarez, un compositor y productor profesional con sede en Los Ángeles, que atribuye su amor por la música en gran parte a su Nana, como la llaman sus nietos, escuchar muchas de estas canciones mientras crecía fue especialmente impactante. Mientras Angela llevaba años sin grabar nunca nada de su trabajo, él tuvo una “epifanía” que lo hizo volar rápidamente a Luisiana para documentar todas y cada una de sus canciones, para crear un legado familiar. Más tarde de la mano del productor Misha'al Al-Omar empezó a grabar con su abuela. 

En los últimos cuatro años, Ángela Álvarez ofreció, en el histórico teatro Ávalon de Los Ángeles, su primer concierto. El recital fue presentado por el actor Andy García, quien además tocó el bongó y fue el productor de Miss Ángela, un documental dirigido por los cineastas Paul Toogood y Lloyd Stanton sobre la vida de esta nonagenaria. Al mismo tiempo, Ángela Álvarez tuvo la oportunidad de hacer un pequeño papel en la nueva versión de la película The Father of the Bride -protagonizada por Andy García y Gloria Estefan-, en la que aparece cantando el bolero clásico "Quiéreme mucho".

Y ahora, para culminar, está la nominación al Grammy Latino por su primer disco, que incluye 15 composiciones suyas y que fue grabado por músicos de primera línea que, a su vez, han sido en el pasado ganadores o candidatos a los Grammy. Este momento de estrella en ascenso que vive Ángela Álvarez a sus 95 años llega tras una larga vida en la que hubo momentos dulces, pero también grandes dolores.

 

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