Jeanette o por qué el mundo la hizo así: "Soy más rebelde ahora con 71 años que con 20"

  • Un documental, dirigido por Paloma Concejero, analiza su carrera y el poder de la canción 'Soy Rebelde' en La Transición

  • La londinense ve cómo se recupera su figura 50 años después, en un momento personal complicado tras la muerte del amor de su vida

  • "Me veo en los vídeos de joven y me emociona, me siento orgullosa de ser el himno de todo un país"

Fue rebelde cuando más se necesitaba. Cuando todo un país lo necesitaba. De modo que se obró la tormenta perfecta: había una chica londinense de nombre exótico, una canción evocadora y pegadiza, un sentir general. Jeanette entonó ‘Porque el mundo me ha hecho así’ y la España de la Transición se envalentonó respondiendo a los coros el estribillo entero. De todo este hambre habla ahora, cincuenta años después, el documental 'Soy rebelde', dirigido por Paloma Concejero (Rodando Voy), en el que deja claro que detrás de la historia siempre suenan grandes canciones. Y al revés: detrás de las grandes canciones siempre hay una historia.

“Yo en realidad soy más rebelde ahora con 71 años que con 20”, dice Jeanette nada más empezar la entrevista con Uppers en lo alto de uno de los edificios de la Gran Vía madrileña. Y lo achaca a una cosa: “Ahora sé decir no”. Hemos quedado con ella para que nos cuente cómo está viviendo este renacer público, que es a la vez una reivindicación de su figura y un recordatorio de lo que un día unió a todo un país, y cómo han sido estas últimas décadas aún en los escenarios, acompañada de Laszlo, el gran amor de su vida.

De madre tinerfeña y padre belga, aunque criado en el Congo dentro de una familia de diplomáticos, Jeanette Anne Dimech (1951) nunca pensó que se convertiría en un símbolo. De hecho, le costó entender su dimensión sociológica cuando Paloma Concejero le llamó para proponerle el proyecto. “Pensé que no era nadie para hacer un documental, que mi vida era aburrida. No tengo historias complicadas personales, ni divorcios ni escándalos, solo soy una mujer que canta. Que ha viajado, que tiene anécdotas, pero nada del otro mundo”, explica.

No piensan igual que ella los artistas y políticos entrevistados para el documental, gente tan variopinta como Manuela Carmena, Carlos Saura, Manuel Alejandro, José Luis Perales, Manu Chao, Coque Malla, Soleá Morente, Cristina Almeida o Lidia Falcón, que dicen cosas como: “Soy Rebelde' ha sido mi sino, yo me tendría que haber casado con Jeanette” (Jose María García), “sentí por primera vez el erotismo, unas mariposas en el estómago que no conseguías ordenar” (Albert Pla) o “había algo que nos unía, que estabas hasta las pelotas del Régimen” (Carlos Tena).

Jeanette nunca se ha bajado de los escenario, aunque en los últimos años ha cantado sobre todo fuera, en Estados Unidos y Europa, donde es una estrella. Sin embargo, España siempre ha sido su cuartel general, su hogar. A Barcelona se mudó con su familia muy pronto y allí conoció a Laszlo Kristof con 17 años, cuando su madre organizó una fiesta en casa con sus amigas y el chico guapo del bar de abajo subió unas bebidas. Se casaron seis meses después. Él ha sido su mayor fan y apoyo en sus más de 50 años de amor, siempre en segundo plano y dejándole hacer, algo poco común en esa España oscura de los 70. Tienen una hija, que les dio tres nietos. “Buf, están muy crecidos, el mayor ya vive con su novia y todo”, comenta.

Los últimos años de su historia de amor (“Solo conozco así parejas largas a Víctor Manuel y Ana Belén, el resto de amigos se han divorciado”, dice) han estado empañados sin embargo por la enfermedad de corazón de Kristof, que falleció el año pasado. Así que este documental llega además para aportar un poco de luz a un complejo duelo.

¿Hacía falta un ‘renacer’ en España de Jeanette?

Por las reacciones, parece que sí.

¿Qué es ser rebelde?

No tengo ni idea. Cuando empecé era una niña inocente, soy más rebelde ahora. Dicen que la rebeldía viene de la juventud, pero yo no lo creo. Cuando tienes tus ideas claras y has vivido un poco de tiempo, ya puedes decir bien sí o no. Sobre todo no.

¿Cómo fue eso de que Rosendo te hacía los coros de ‘Soy Rebelde’?

Él estaba en un grupo que se llamaba ‘Fresa’, allí en Carabanchel tenía un local cutre donde ensayábamos. Es muy tímido, y en aquella época más. Tenía esta pinta de heavy metal, pero en el fondo era un bombón de chocolate.

¿Y eso de que no querías cantar ‘Por qué te vas’, que te compuso Perales?

Eso no es verdad, a ver qué le han dicho a Perales. Lo han confundido quizá con que no quería cantar ‘Soy Rebelde’ al principio, que es verdad, porque estaba haciendo un tipo de música con 'Pic-nic' totalmente diferente. Pero en cuanto escuché la de ‘Por qué te vas’ dije, ‘esta para mí’. Aunque no tenía ni idea de quién era Perales, solo me dijeron que el compositor era un chico joven.

Qué sientes ahora al ver a esa niña que eras

Me emociono mucho, tengo que reconocerlo. Y me hace sentir orgullosa ser el himno de una generación. En ese vídeo de ‘Hola, soy Jeanette (pronunciado con ‘e’, que es como se dice, no como lo dice toda España) me veo muy mona. Y en aquella época no me daba cuenta nunca. Ahora muchos amigos de entonces me dicen: 'cuando era joven, estaba enamorado de ti'. Muchos. ¡Coño, pues yo no me enteré de nada!. ¡Era el amor de todos y no lo sabía!

El amor… y el mito erótico

No, eso no. ¿Tú crees? Bueno, a ver, los labios y el culito igual sí. Tenía todo eso antes, pero ahora no (risas). Sobre todo me decían lo de los ojos, eso es verdad. Cuando actuaba en la tele me decían que no me moviese, que me iban a enfocar solo a los ojos, solo la mirada.

¿Ahora te das cuenta de ese erotismo?

Yo era así tal cual, sin más.

¿Cómo fue esa anécdota del bofetón a Micky?

Le gustaba mucho el whisky a Micky (risas). Era en la plaza de Toros de Valencia, tocábamos los Pic Nic con Micky y los Tonies. Estaba sentado en el backstage, aún era la época en que no estaba casado, eh, y se había tomado su whiskito y me dijo, 'ven niña, dame un beso'. Y yo le di un bofetón.

¿Cómo llevaba tu marido esta parte en una época tan machista?

Nunca decía nada. Él apreciaba mucho que cantase y mi fama, siempre me apoyaba. Era sin duda el que más creía en mí. Hubiese dejado la música si no hubiese sido por él.

¿Era lo normal en tu generación?

No. Era muy difícil entonces. El único amor que conozco así de cantantes es quizá Víctor Manuel con Ana Belén, pero él es artista, es un poco diferente. Laszlo siempre estaba de mi lado. Estuvimos juntos 52 años, murió en agosto. Nos casamos en el 70 tras seis meses de noviazgo y fíjate que al principio no hablábamos ni el mismo idioma. Él hablaba húngaro y alemán, yo inglés y español. Le llevé a ver a Lola Flores en una de nuestras primeras citas en el Parque de Atracciones de Barcelona y ¡le encantó! Le dije: ‘Esto es Spain’. Y le flipó.

De húngaro tenía poco, ¿no?

Muy poco. Odiaba el frío y le encantaban los toros. Yo los odio, de taurina no tengo nada, pero él me avisaba si había cogidas desde su tele del salón. 'La morbosa Jeanette', decía. Era más español que yo.

¿Cómo os conocisteis?

Trabajaba en el bar de Zoltán Czibor, un jugador famoso del Barça de entonces, que estaba debajo de nuestra casa en Barcelona. Mi madre ya me decía que había un húngaro guapísimo abajo, y yo pasaba, pero hizo una fiesta con sus amigas para conocerlo, para que subiese las bebidas y refrescos. Todas para ver a Laszlo. Justo me había comprado un vestidito monísimo morado hippie y salí a saludar, pero me fui.

Tu madre era de Tenerife y tu padre belga.

Eso es, ella canaria y él nació en el Congo Belga, porque mi abuelo era diplomático italiano. Parte de sus hijos nacieron en Italia y parte en África. Por eso mi padre hablaba francés perfecto, yo lo aprendí después, de mis conciertos en París. También alemán.

¿Con tu hija en que hablabais?

En español siempre.

¿Le gusta la música?

Sí, pero no tanto como a mí. Tampoco canta. Ella trabaja cuidando a mayores. Tampoco cantan mis tres nietos. El mayor, Nain, tiene 25; después otro de 21 y la pequeña, con 17.

¿Le echas de menos?

Mucho. Después de 52 años juntos tuvo una enfermedad y no pudo seguir. Hace 10 años empezó a tener problemas de corazón, la válvula principal iba a peor y no se quería operar. Después fue atropellado por un coche hace tres años y de ahí ya para abajo. Ya no pudo viajar conmigo y tuvo que estar en una residencia para volver a andar. Fue muy duro. Y ahora, aunque le echo de menos, me he quitado un peso de encima, porque estaba sufriendo. Él y yo, los dos sufríamos. Se caía cada dos por tres en casa y yo tenía que viajar a cantar al extranjero. A veces pensaba, a ver si llego y sigue vivo...

¿El documental te ha llegado en un momento complicado?

Él no llegó a ver el documental acabado. Hay partes que me hacen cerrar los ojos… Ver a mi marido ahora me hace llorar. No quería participar, pero al final hizo una entrevista preciosa para el documental, se compró una camisa nueva y todo. Explicó nuestro amor, tan grande.

¿A quién le cantarías hoy ‘Frente a Frente’?

No lo sé, quizá a alguna amiga divorciada mil veces, que son muchas (risas).

¿A quién ‘Cállate niña’?

A mi hija (risas).

¿A quién ‘Muchacho de ojos tristes’?

A él, a Laszlo.