"Mi hijo quiere cantar": cinco consejos de vocal coach para sacar el máximo partido a una voz

  • Si un niño o niña tiene claro que quiere dedicarse a cantar de manera profesional es necesaria la ayuda de un vocal coach

  • Los coaches Carlos Campaña y Esther Justel, de Vokalo, nos dan las claves para que desarrollen sus capacidades vocales

  • "Si el niño es aplicado y disfruta cantando, puede avanzar muchísimo en muy poco tiempo"

¿Has detectado en tu hijo una habilidad especial para cantar? ¿Le sorprendes a menudo tarareando canciones? ¿Tienes la sensación viéndole jugar de que no se le da nada mal lo de afinar? Reconocer el talento musical en los vástagos a una edad temprana es importante para ayudarles a fomentarlo. Los coaches vocales Carlos Campaña y Esther Justel, profesores de la academia Vokalo y responsables del podcast El Sensei del Cantante, nos enseñan a sacarle el máximo partido a su voz.

En principio, no es necesario que los niños tengan un vocal coach si no se van a presentar a un concurso de televisión, pero sí hay que estar un poco atentos a cómo suena la voz del niño. "Si suena áspera, rota, vale la pena llevarlo al otorrinolaringólogo para hacer un chequeo", nos aseguran.

Pero si tiene claro (o lo padres) que quieren dedicarse a cantar de manera profesional, entonces sí es más que recomendable el coach. En primer lugar, para que no se haga daño al cantar. En segundo, para hacer que la transición a la voz adulta, que normalmente se produce de la noche a la mañana, sea lo menos traumática posible. Y, por último, porque mejorar la técnica vocal supondrá que podrá cantar un abanico más grande de notas y hacer que su voz suene más bonita. Vamos con cinco consejos vocales para que un niño o niña desarrolle sus capacidades.

No cantar durante horas y horas

Las voces de los niños son más débiles que las de los adultos. Sus músculos son más pequeños, igual que sus laringes, y pueden aguantar menos tiempo la tensión requerida para cantar.

No imitar el sonido de una voz adulta

Es algo que puede pasar a cualquier edad, pero los niños pueden verse obligados a hacerlo para copiar a cantantes que les gustan. Pero como hemos explicado justo en el consejo anterior, el aparato vocal de un niño es diferente al de un adulto, por lo que el sonido natural que creará también será diferente.

Alterar de forma artificial el sonido de la voz afecta a su funcionamiento, y eso crea malos hábitos de uso de voz. Por ejemplo, algo muy común es que los niños pongan una voz más grave para imitar a la de un cantante adulto, y lo hacen de dos formas: aumentando la cantidad de superficie que entra en contacto en sus cuerdas vocales y descendiendo la laringe. Ambas acciones harán que se requiera más esfuerzo para hacer funcionar el aparato fonador, y hará que las notas agudas sean cada vez más inaccesibles.

No buscar demasiado volumen

Desafortunadamente, existe la cultura de que a más volumen, mejor cantante se es. Para empezar, hay muchísimas canciones preciosas, verdaderos hits, que lo fueron sin utilizar potencia vocal. 'Tears in Heaven', de Eric Clapton, 'Moonlight Shadow' de Mike Oldfield, o 'Perfect' de Ed Sheeran.

Por otro lado, un mayor volumen requiere una actividad muscular más intensa, que es justo lo que hay que evitar en una voz tan joven por lo anteriormente expuesto. Un uso continuado de un volumen alto puede llegar a dañar la voz del niño.

Y, finalmente, cuando el niño crezca, su aparato vocal crecerá también y tendrá más cantidad de músculo que mover. Si se acostumbra a cantar fuerte, buscará hacer esa fuerza con un instrumento más maduro cuando crezca, y será muy difícil que puedan cantar notas agudas o cantar a bajo volumen.

Cantar en notas de su rango vocal actual

Uno de los pilares de nuestra técnica trata de ampliar el rango vocal de los cantantes, y con los niños no es una excepción, pero con una pequeña diferencia: las notas graves.

Los niños que quieren cantar, rara vez cantarán canciones pensadas específicamente para ellos, excepto en algunos casos, como en coros para niños. Pero los niños que cantan por diversión o porque se quieren presentar a concursos de canto, suelen cantar canciones pensadas para ser cantadas por una voz adulta. Y, generalmente hablando, una voz adulta es más grave que la de un niño.

Obligar a una voz a que cante notas más graves de lo que es capaz, la hará funcionar incorrectamente, porque para conseguirlo tendrá que alterar su funcionamiento natural. A los adultos nos puede pasar lo mismo, pero no tenemos el hándicap que tienen los niños porque las canciones suelen estar en un rango más natural para nosotros.

Por eso es importante buscar canciones que se adapten al rango del niño, o cambiar el tono de las canciones que el niño quiera cantar para adaptarlo a su voz.

Cantar con músicos o pistas de karaoke

Lo más natural en alguien que empieza a cantar, sea niño o adulto, es cantar las canciones que le gustan a la vez que las escucha. Eso quiere decir que está cantando a la vez que escucha la voz del cantante, lo cual puede crear una falsa sensación de seguridad y puede distorsionar su percepción. Puede sentir que está cantando mejor de lo que lo está haciendo en realidad, porque la voz del cantante original confunde al oído.

Esto crea una dependencia de la cuál puede costar trabajo deshacerse, y para un niño es especialmente aterrador. Es mejor evitar el obstáculo desde el principio, haciendo que el niño cante sin ninguna referencia vocal a la que agarrarse. Además, de esta manera, aprenderá a escuchar las demás referencias en la música.

¿Qué problemas pueden tener los cantantes a edades más jóvenes?

Generalmente, el principal problema de los niños es que tienen una capacidad de atención más corta que la de un adulto. Es muy fácil que se aburran muy rápido y pierdan el foco.

Las sesiones con un vocal coach no solo son para cantar (que es lo que más les gusta). Son para entrenar la voz, y eso suele aburrirles. Por otro lado, no suelen ser conscientes de que la voz se puede dañar si la maltratan.

¿Se pueden evitar?

Para evitar que se aburran, como va a ser difícil que el niño se ponga a practicar los ejercicios en casa, lo mejor es aumentar el número de sesiones con el vocal coach a tres o cuatro por semana, pero disminuir la duración. De esa manera nos aseguramos de que practique regularmente, creando así la memoria muscular necesaria para cantar, y la práctica se hace más amena si el vocal coach sabe llevar bien la sesión y la hace divertida.

Asimismo, la responsabilidad también recae en los padres, ya que aprendemos de ellos nuestra forma de hablar (fuerte, flojo, rápido, lento, etc.). Si los padres o la familia tienden a gritar o hablan muy fuerte, el niño hará lo mismo, haciendo un esfuerzo excesivo de su voz para su edad.

¿Y cuáles son las virtudes?

Como dicen, los niños son esponjas que absorben todo lo que ven. El tema de la voz no es diferente, por lo que pueden aprender mucho más rápido que un adulto. Si el niño es aplicado y disfruta cantando, puede avanzar muchísimo en muy poco tiempo.

Si el niño, repentinamente y sin tener antecedentes, dice que quiere cantar, ¿cuál es el mejor consejo para los padres?

Lo más importante: no reírse de él o ella y apoyarle en todo momento. Hemos visto demasiadas veces cómo los padres son el principal bloqueo para estos niños, solo porque aún no cantan bien, volviendo a las viejas creencias de que para cantar hay que nacer con una voz privilegiada. El deseo del niño no aparece de la nada, y lo más seguro es que no se vaya sin más, que le acompañe durante toda su vida. ¿Para qué amargarle? Si es algo pasajero, lo dejará y seguirá con su vida.

Si los padres le apoyan, hay algunas cosas que pueden hacer para ayudar al niño, especialmente con el tema de la vergüenza. Cantar nos expone mucho, a cualquier edad. Es algo muy personal, y sentir vergüenza es algo muy normal, pero que no ayuda. Hace muchos años trabajamos con una niña que cuando empezó con nosotros tenía 13 años. Era muy vergonzosa, pero sus padres la apoyaban tanto que, para que pudiera practicar en casa, se iban a dar un paseo durante una hora y así darle el espacio que necesitaba.

También es importante no usar al niño como un entretenimiento para amigos y familiares. Es muy típico obligar al niño a cantar en reuniones familiares, y eso es algo muy incómodo si no quiere hacerlo. De hecho, es igual de incómodo para los adultos. Eso puede causar un efecto rebote y hacer que el niño se cierre. Incluso puede llegar a perder el interés por completo. No hay ninguna prisa para que el niño vaya perdiendo la vergüenza. De forma natural querrá cantar delante de otros, a medida que gane seguridad.

Por último, es bueno animarle a que aprenda a tocar un instrumento como la guitarra o el piano. Aunque puede ayudarle con el tema de la afinación, el motivo principal es para que el día de mañana sea más independiente como músico. Por un lado, tendrá mucha libertad a la hora de componer canciones, si es lo que quiere hacer. Por otro lado, puede llegar a actuar sin necesidad de trabajar con otros músicos.

En nuestra opinión, a los niños hay que darles libertad para experimentar con lo que les gusta y les motiva, sin asfixiarles. Si no quieren hacerlo, en cuanto empiecen a sentir su independencia e individualidad, no lo harán.

Tenemos experiencia trabajando con niños motivados y con niños obligados, y la diferencia es abismal. Los obligados se aburren, no paran de mirar el reloj para ver si ha llegado la hora de salir, no practican, se enfadan con sus padres durante las sesiones… Los niños motivados es justo lo contrario.