U2 anuncian residencia en Las Vegas: ¿sigue siendo la ciudad del pecado el preludio a una buena jubilación?

El mediático intermedio de la Superbowl fue el momento elegido por U2 para confirmar una serie de conciertos en Las Vegas (Nevada, EEUU), donde celebrarán el 30 aniversario de su emblemático 'Achtung Baby'. La residencia de la banda irlandesa tendrá lugar en el MSG Sphere, un recinto con capacidad para 17.500 personas que se inaugurará en otoño de este año.

Tradicionalmente, instalarse en la ciudad del pecado durante una larga temporada era la lucrativa solución que encontraban artistas en declive con la vista puesta en la jubilación, pero en los últimos años este tipo de espectáculos permanentes ha atraído la atención de figuras más jóvenes y en auge como Lady Gaga o Adele. Por eso, en Uppers nos preguntamos: ¿sigue siendo Sin City el cementerio al que acuden las viejas glorias antes de 'morir' o es una nueva tendencia de negocio en el show business?

En realidad, a eso se agarran Bono y compañía para justificar las protestas de sus viejos fans ante lo que siempre se ha visto como un retiro dorado para quienes atesoran más pasado que futuro. "Si sucede, puedo prometerles que será como nada que hayan visto en Las Vegas o en cualquier otro lugar, nunca", decía el carismático líder de la banda hace unos meses cuando surgieron los primeros rumores. Alta tecnología y el recuerdo a una de las giras más innovadoras de la historia, su Zoo TV Tour de los primeros 90, pretenden ser el antídoto contra el olor a naftalina y decadencia hortera que procede de Nevada.

Espectáculo, lujo y neones

Una residencia en Las Vegas es un espectáculo permanente en el mismo recinto, normalmente ubicado en los casi siete kilómetros de resorts adornados con neón de la franja sur de la ciudad que acogen, además de juego y lujo, espectáculo. Elvis Presley, Frank Sinatra o Cher son los pioneros residentes más ilustres. Pero la lista es larga e incluye a gente como Elton John, Rod Stewart, Lionel Richie, Bette Midler, Mariah Carey o Billy Idol. Todos ellos tenían en común cuando aceptaron estos shows una larga trayectoria de éxitos y un presente irrelevante, lejos de sus tiempos de superventas. Claro que, viendo las cifras de recaudación, se entiende la decisión de todos ellos, a pesar de que quien pasa por Las Vegas raramente consigue relanzar su carrera después.

Cuando Elvis se hizo residente el hotel Internacional llegó a ofrecer 837 recitales en los que actuó para un acumulado de dos millones y medio de espectadores. S estima que una de cada dos personas que visitaron la ciudad en esos años fue a ver su espectáculo. Generó un beneficio de 44 millones de dólares de la época, que equivaldrían a unos 250 millones de euros de hoy.

El poder del dinero

Entre 2011 y 2018, Rod Stewart realizó una larga serie de conciertos en la ciudad del pecado en los cuales entretuvo a millones de sus seguidores y logró recaudar 57 millones de dólares. Bette Midler amasó 72 millones entre 2008 y 2010, Cher se hizo con 97 millones en su estadía entre 2008 y 2011 y Elton John logró recaudar 131 millones entre septiembre de 2018 y mayo de 2020. Aunque la reina indiscutible de las residencias en Las Vegas es Celine Dion. Con su show “A New Day” facturó 385 millones entre 2003 y 2007. Y su sucesor, 'Celine', hizo 245 millones de dólares entre 2011 y 2019.

Con estas cifras no es raro que una residencia en la ciudad del pecado pueda entenderse como una alternativa muy tentadora para cualquier artista, no necesariamente uno en declive o sin futuro. En 2013, y con solo 31 años, Britney Spears anunció su show 'Piece of Me', que se mantendría en el Casino Planet Hollywood hasta 2017, periodo en el que recaudó 138 millones de dólares. Britney se embolsaba unos 350.000 euros por noche.

Un nuevo y lucrativo modelo de negocio

Su presencia en Las Vegas marcaría un punto de inflexión en cómo se entiende este negocio y la oportunidad que ofrece para artistas jóvenes en periodos de transición. A partir de ella, artistas que están lejos de ser consideradas viejas glorias como Jennifer Lopez o Lady Gaga se han animado a hacer residencias y facturar. Es cierto que se recauda menos que con una gira internacional, pero también tiene menos gastos y definitivamente es más cómodo. Adele bien puede ser la artista pop más rentable de la actualidad, y ahí está inmersa los viernes y sábados en su 'Weekends with Adele' en el Colosseum del Caesars Palace, un show espectacular que nada tiene que envidiar en puesta en escena a las grandes giras mundiales de los artistas más top.

Los detractores de las residencias argumentan que estas actuaciones están hechas para un público que acude a verlos como el que va a jugar a la ruleta o a las tragaperras, que no hay una conexión real y que el descarado componente mercantil de la empresa le quita todo el encanto que debería tener una actuación para fans. Pero lo cierto es que cada vez más artistas como U2, que en sus buenos tiempos hasta ironizaban sobre el Elvis gordo de Las Vegas como icono kitsch, se están dejando seducir por el color del dinero. 'For love or money', que cantaban ellos en 'Desire'.