Patricia Kraus: "Empecé muy rockera y mi padre temió que echase a perder mi voz en los locales de la Movida"

  • Repasamos cómo fue su infancia, cómo le marcó ser hija de uno de los grandes tenores o su poco exitoso paso por Eurovisión, en 1987

  • La cantante y compositora estrena su nuevo trabajo, 'Alquimia', el 25 de febrero en el café Berlín de Madrid

  • Es un disco intimista y muy emocional, con fusión de géneros y dominio del jazz. A sus 59 años, dice que es su mejor momento musical

Por muchos años que pasen, por muchos éxitos profesionales que sume, es inevitable presentar a Patricia como hija del tenor Alfredo Kraus, una de las grandes voces de la lírica del siglo XX, tanto en ópera como en zarzuela, y ahijada, además de discípula, de la soprano Lina Huarte. Lo inesperado fue que, habiendo nacido con idéntico timbre metálico que el padre, ella tomase partido por géneros musicales alejados de la lírica, como el jazz, el soul o el blues.

Nació en Milán, en 1964, aunque enseguida la familia se trasladó a España. Con nueve años ya inició sus estudios musicales y no tardó en expresar sus propios gustos. Cuando llega la Movida se alista a la música pop, rock, punk o new age. A mediados de los noventa inicia una etapa más experimental junto al batería Daniel Assante. En 1998 forma el grupo Wax Beat con el que emprende giras y participa en festivales, como Benicassim, en 2000. Es la época en la que prueba la música electrónica británica del trip-hop y jungle, con influencia de bandas como Portishead o Morcheeba. Y de ahí, al jazz, el soul o el blues, siempre inspirada en la música clásica negra de Ray Charles, Eta James, Aretha Franklin o Billie Holiday.

Participó como profesora en el programa de Telecinco 'Operación Triunfo' en 2006 y aprovechó la popularidad de la televisión para grabar un nuevo disco en solitario, 'Alma', en el que alterna jazz, blues, soul.

Una vida de curiosidad y búsqueda de nuevos registros

Cantante, compositora y productora de su propia música, Patricia culmina con 'Alquimia' una trayectoria de búsqueda continua de nuevos registros y experimentación. Es un disco en el que vierte sus emociones y los sonidos que han formado parte de su vida. Lo presenta el próximo 25 de febrero en el café Berlín de Madrid. La crítica anticipa que es un disco elegante, original y con mucha personalidad en el que destaca su voz tan personal con distintas sonoridades.

¿Has conseguido hacer alquimia en el disco? ¿Qué elementos has mezclado?

Todo músico tiene un poquito de alquimista al mezclar estilos, ritmos, notas. El resultado es muy emocional. Tiene neo soul y jazz, pero también la base de toda una vida de aprendizaje. Es un disco íntimo, casi de club de jazz.

Estoy en mi mejor momento musical. Canto mejor que nunca

¿En qué momento llega este trabajo?

En un momento de madurez vocal, musical y personal. Canto mejor que nunca y me ha permitido grabarlo casi en directo, en el estudio. Es algo que sucede cuando has aprendido a quedarte con lo esencial y cuando trabajas con gente a la que admiras, como es el caso de Tony Zenet, en la canción 'Vida', o Carmen Paris, en 'Luz'. Nos une hablar un mismo idioma, que es el jazz, pero desde diferentes sonoridades y sin dejar de ser inclasificables.

¿Qué te hace sentir más emoción de 'Alquimia'?

Tiene una canción, 'Horizonte', basada en un poema de Antonio Machado. La canción la compuse con 14 años y me apeteció recuperarla y aplicar todo mi bagaje. El resultado es una composición muy de jazz que me sirve para apreciar mi evolución.

Siendo hija de Alfredo Kraus, el gusto por la música llegaría innato.

Mi abuela canaria, Josefina Trujillo, tenía uno de los primeros gramófonos y cantábamos en familia

Realmente, ese amor por la música no nace con mi padre, sino con mis abuelos, Otto, que era austríaco, y mi abuela Josefina Trujillo, canaria, que tenía uno de los primeros gramófonos. Además de mi padre, tenor, tuve a mis tíos Carmen, mezzosoprano, y Francisco, barítono. Nos reuníamos en Canarias y cantábamos en familia. La música marcó nuestra infancia, la de los cuatro hermanos, en todos los sentidos.

¿Qué recuerdas de aquellas giras tan largas de tu padre?

Asumimos desde pequeños que mi padre era una persona ausente del hogar la mayor parte del año. Mi madre, Rosa Blanca, le acompañaba siempre que podía. También nosotros hemos viajado mucho. Yo he llegado a despertarme en camerinos y he pasado muchos días en tren, avión o barco. Mi entorno era la música, los teatros y los amigos de mis padres. No es una vida al uso, pero sí fascinante que te lleva a amar la música y el arte en general.

¿Tu padre entendió que prefirieses el pop o el rock en lugar de la lírica?

Es verdad que mi voz es de tenor como la suya, pero en femenino. Tengo el mismo timbre metálico. Sin embargo, España vivía la eclosión de la música pop y en Madrid empezaba la Movida. En esos años yo era muy rockera, muy punk. El miedo de mi padre era que echase a perder la voz en aquellos locales de la Movida en los que tocaba. Afortunadamente, tenía a la soprano Lina Huarte como madrina y como profesora vocal. Años más tarde supe que había sido mi padre el que instigó para que ella me rescatase. Velaba por mi voz, pero no me escuchó en directo hasta después de la muerte de mi madre, que falleció en 1997. Fue emocionante. Respetó que hiciese siempre aquello en lo que creía.

¿Qué te quedó de él?

Muchas cosas en lo personal y en lo profesional. Me hizo ver que tenía un instrumento natural extraordinario: mi voz. Me enseñó a valorarla y a cuidarla como un tesoro único para cantar cada vez mejor. Sigo sus consejos para cuidar mi voz y mantener las cuerdas vocales en perfectas condiciones. Él vocalizaba casi todos los días y tenía una técnica de respiración poderosísima que ahora yo enseño a mis alumnos.

En 1987 representaste a España en Eurovisión, en Bruselas, con 'No estás solo', que te dejó en el puesto 19º. ¿Te marcó?

El fracaso en Eurovisión me sirvió para evolucionar hacia otras formas musicales menos comerciales, siguiendo mi deseo

Tenía 22 años. Me llamaron para grabar un disco y uno de los temas se escogió para llevar a Eurovisión. Era una canción propia que apenas se promocionó. Fue una experiencia dura, pero finalmente positiva. Si hubiese obtenido una posición buena, quizás me habría estancado en el pop. Ese fracaso me permitió evolucionar hacia otras formas musicales, más alejadas de los circuitos comerciales y las modas, pero siguiendo mi deseo.

¿Has pensado ya qué vendrá después de 'Alquimia'?

Habrá 'Alqumia 2', seguro, lleno de canciones ya grabadas que no tenían cabida en este disco. Seguiré dedicándome a la docencia en mi aula de voz. Llevo muchos años y es algo que me llena. Imparto clases de respiración y educación de la voz a cantantes, actores y todo tipo de alumnos. Y, por supuesto, continuaré cantando y haciendo mi música, personal, ecléctica y enfocada en mi propio camino, como siempre.

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