Los 40 años de DRO, la discográfica rebelde que cambió la música en España: "Se enfrentaron al sistema y triunfaron"

  • 'Aquellos años accidentales. DRO, la discográfica independiente que lo cambió todo' aborda el relato de una generación que plantó cara al sistema establecido

  • Empezaron publicando discos desde su casa y llegaron a incorporar a grupos como Siniestro Total, Gabinete Caligari, Hombres G o Duncan Dhu

  • "Hay sexo, drogas, rock and roll, sueños, éxitos, fracasos y la gestión de un sueño que fue mutando", cuenta Laura Piñero, autora del libro

Hace más de cuatro décadas Servando Carballar, líder de aquella rara avis del pop español que eran Aviador Dro, escribió sin ser consciente de ello la primera página de una odisea que haría historia en nuestra industria musical. En 1982 fundó Discos Radiactivos Organizados desde un modesto piso de Madrid junto a Marta Cervera y otros compañeros de instituto. En principio la idea era autoeditar sus discos y los de bandas amigas, pero poco a poco absorbieron a otros sellos independientes como Grabaciones Accidentales, Twins o Tres Cipreses, plantando cara al sistema imperante y consiguiendo llegar al gran público. Sin perder nunca su espíritu libre, fueron incorporando a los artistas más importantes de las últimas décadas, como Siniestro Total, Gabinete Caligari, Duncan Dhu, Loquillo, Los Secretos, Extremoduro y Fito y los Fitipaldis, hasta convertirse en el sello independiente más importante de la música en España.

La periodista Laura Piñero ha querido contar la historia coral de esos pioneros que, sin apenas recursos o experiencia pero sobrados de creatividad e imaginación, pusieron todo su empeño en "publicar la música de sus grupos y de los artistas que les gustaban, rechazados por la grandes compañías". 'Aquellos años accidentales. DRO, la discográfica independiente que lo cambió todo', (Libros Cúpula) abarca desde los inicios del sello, a principios de los años 80 del siglo pasado, hasta los primeros 2000, pasando por la marcha de su fundador y su controvertida venta a la multinacional Warner en los años 90.

El resultado no es solo un apasionante retrato del espíritu emprendedor de una generación irrepetible en el que "hay sexo, drogas, rock and roll, sueños, éxitos, fracasos y la gestión de un sueño que fue mutando", sino que se convierte en un minucioso quién es quién de la industria de la música nacional. Y de fondo puede seguirse la evolución de la propia sociedad española, que pasó del Franquismo a la liberación sexual, la experimentación, las tribus urbanas y el drama de la heroína que tanta importancia tuvo en el destino de algunos de los protagonistas de este relato. Charlamos con la autora de esta exhaustiva crónica del gran milagro de la independencia en nuestro país, una historia de "gran valor musical, social e histórico, pero también literario".

¿Cómo afrontaste la tarea de documentación y preparación para afrontar una obra tan ambiciosa?

Decidí partir de cero entrevistando a más de 70 personas que me fueron relatando sus vivencias. Esa base la completé con información extraída de libros como el de Aviador Dro, noticias, biografías de artistas, documentales y canciones.

¿En algún momento te sentiste abrumada por la cantidad de información que tenías que manejar?

Muchas veces, porque hablamos de 40 años de historia, muchos personajes, sellos, bandas, voces secundarias... y, además, algunos recuerdos eran contradictorios –la memoria es muy frágil y es difícil recordar tanto tiempo después, estos personajes vivieron mucho y muy rápido- y había que ordenar todo, darle un aire de relato que fue otra de mis obsesiones con este libro para que el lector tenga la sensación de viajar en el tiempo. Tuve que acotar la historia y el número de personajes abarcados. Fue un reto en este sentido.  

¿En qué consistía el denominado 'gen DRO'?

Es un juego de palabras ('yo tengo el gen DRO'), una manera que tienen algunos de los históricos de DRO para definirse, una especie de ADN compartido entre ellos, vinculado a la creatividad, la valentía, persistencia, independencia, libertad... Es una actitud rebelde con la que se rompen barreras, como les sucedió a los protagonistas de esta historia que se enfrentaron al sistema y triunfaron. El universo del grupo Aviador Dro era muy futurista y a sus miembros les encantaba la ciencia ficción. Por eso era habitual que este lenguaje “mutante” estuviera y esté presente en su discurso.

¿Cómo lograron asaltar el mercado sin apenas recursos ni experiencia?

Con imaginación, ingenio y persistencia. Con ganas e ilusión para llegar a los grandes medios, al público y entrar en la industria musical –como cuando lograron que sus grupos sonaran en la radio comercial, que supuso su gran impulso, gracias a una provocativa carta que llamó la atención de los directivos-. Trabajando persona a persona, el boca a boca, construyendo las mejores historias y operando en equipo. Por supuesto, todo fue posible porque contaban con un material musical increíble: las canciones y discos de sus grupos que crecieron en paralelo a sus discográficas.

¿El milagro de DRO habría sido posible en una escena distinta a la de los 80?  

Complicado porque entraron en juego muchas variables, el fin de la dictadura permitió que brotara la libertad y rebeldía de estos jóvenes, hasta entonces limitada. Llegábamos más tarde a un fenómeno, el independiente, que ya tenía fuerza en Europa. Ahora mismo no podría repetirse del mismo modo porque ya no se venden discos y el consumo musical es otra historia.  

¿Qué fue lo mejor de DRO?

La cantidad de grupos de diferentes géneros que arroparon y que constituyen uno de los mejores catálogos musicales de nuestro país. La creatividad, libertad e independencia de sus trabajadores y artistas. La amistad que compartían, el trabajo en equipo, y que hacían todo desde el amor a la música sin importar las modas y los números.

¿Y lo peor?

Como en todo en esta vida, lo peor es que el amor se rompe y que los sueños no pueden permanecer intactos ni son eternos. Entran en juego intereses, conflictos personales, cambios sociológicos y generacionales.  

Tres nombres fundamentales en la historia de DRO

Alfonso Pérez, creador de GASA y líder de Esclarecidos, que lleva toda la vida fichando a artistas –luego en DRO y Warner- y ama la música. Servando Carballar y Marta Cervera, fundadores de DRO y de Aviador Dro, porque sin ellos no habría existido este fenómeno como tal.   

Tres artistas o bandas clave en el éxito del sello

Siniestro Total porque fue el primer grupo de DRO que empezó a vender de manera considerable, marcando el cambio de paradigma; Gabinete Caligari, el primer Disco de Oro de una independiente en España con “Cuatro Rosas”; Duncan Dhu o Hombres G que vendieron miles de discos, consiguieron cruzar el charco y permanecen.  

Tres artistas o bandas olvidadas que merecen ser reivindicadas

Los Nikis, Parálisis Permanente y Esclarecidos, por sus historias, personalidad y porque siempre me pregunto cómo habrían evolucionado si hubieran seguido en activo.

Algunos artistas importantes para DRO como Loquillo o Gabinete Caligari en cierto momento eligieron dar el salto a las multinacionales ¿cómo llevó el sello su marcha?

Fatal. Habían apostado y luchado por ellos y les dejaban para publicar con grandes compañías. Lo sintieron como una traición y las negociaciones fueron de película. Estos sellos y artistas estaban tan verdes que hasta un poco más tarde no fueron conscientes de que tener buenos contratos podían evitarles situaciones desagradables como estas.

Un punto de inflexión en esta historia es la marcha de Servando Carballar y Marta Cervera, los dos fundadores de DRO, en 1988 ¿por qué se fueron?

La decisión la tomó Servando Carballar porque se sintió cuestionado, creía que DRO estaba cambiando y que ya no encajaba dentro. Marta decidió irse con él para montar otra independiente. Fue muy duro para todos porque se marchaban dos de los “padres” del sello que tuvo que reponerse del golpe.

¿Traicionó DRO su esencia con la venta a Warner en los 90?  

Algunos personajes te dirán que sí, que es imposible tomar decisiones libres entrando dentro del organigrama de una gran empresa y otros que no. Es una pregunta que planteo en varios puntos del libro y hay respuestas diversas para que el lector responda a esta pregunta. DRO tuvo que venderse para no desaparecer y el equipo se mantuvo en la multinacional luchando para ser independientes dentro de su nueva realidad. Siguieron fichando artistas que no encajaban con lo establecido como Los Rodríguez. Además, algunos de estos creadores independientes acabaron en puestos directivos de la multinacional. ¿Fue DRO tal vez la primera independiente que absorbió a una multinacional?, ¿cuánto tiempo duró eso?, ¿es posible ahora mismo? Habría terminado el libro con la compra de Warner, pero lo prolongué un poco más para sumergirme en su segunda vida.

Tú personalmente, ¿qué época musical de DRO prefieres? ¿los 80 de la Movida o los 90 con Extremoduro, Fito y Los Rodríguez?

Soy bastante ecléctica y creo que en ambas décadas hay propuestas muy interesantes que abarcan estilos muy diversos, pero justo has citado a Extremoduro, Fito y Los Rodríguez que a nivel compositivo me fascinan. El rock fue la gran apuesta de DRO en los 90 e hizo escuela. Estos artistas han marcado al público y a nuevas generaciones de artistas.

Tres mujeres que hay que destacar en esta historia

Maribel Schumacher que trabajó en GASA, fue de las primeras directivas mujeres de la industria y se encargó de las negociaciones con sellos internacionales, lo que permitió licenciar a grandes grupos extranjeros en España. Chusa de la Cruz porque encarna a todas esas mujeres que fueron pasando por puestos supuestamente secundarios pero que fueron fundamentales en estas discográficas ya que ayudaban a detectar y desarrollar talento. También Malés Castaño, una de las primeras road mánagers de España. Acompañaba a las bandas de gira, lidiando con situaciones rocambolescas. Tuvieron que hacer un camino reservado hasta entonces para los hombres.

¿En qué punto está ahora DRO? El sello está desde 1992 dentro de Warner donde se siguen publicando discos de históricos de la discográfica y también de nuevos artistas. Creo que está tratando de perdurar en un panorama musical muy complicado donde reina el consumo musical más rápido y la música se disfruta de otro modo. Pero todo es cíclico y confío en que el gen DRO siga vivo durante mucho tiempo. Celebro que se lleven a cabo acciones para celebrarlo y ojalá este libro sirva, en parte, para recordar que es la historia de todos porque es la banda sonora de nuestras vidas.