Aute, hitos de una generación: varios uppers cuentan por qué una canción de Luis Eduardo marcó su vida
Los temas de Aute forman parte del imaginario de varias generaciones, ansiosas de rebeldía y sensualidad
Iñaki (63) nos habla de 'De paso', María (63) de 'Al Alba' y Eva (58) de 'Una de dos': ¿cuál es la tuya?
'Que no/que no/que el pensamiento no puede tomar asiento', 'Vendrá la noche mas larga/Quiero que no me abandones/Amor mío, al alba", 'Una de dos/o me llevo a esta mujer'... Si has cantado, incluso sin querer, estas letras mientras las leías es porque hay personas que no solo forman parte del imaginario colectivo, sino que ayudan a crearlo. Una de ellas fue Aute, Luis Eduardo para muchos, que ha fallecido este sábado en Madrid. Durante décadas, sus cassettes fueron protagonistas de los viajes en Renaults 5 y Dyanes 6, y sus vinilos se ponían en las fiestas de universitarios barbudos, ansiosos de rebeldía y sensualidad.
Todo ese modo de estar en el mundo pasó a su vez, a través del tocadiscos de casa, a la siguiente generación, hoy veinte o treintañeros, que recuerdan cómo sus padres se enamoraron, viajaron por primera vez a Europa y, sobre todo, imaginaron otro mundo a base de melodías disparo y letras con alma. Tres personas nos cuentan cuál es su canción favorita del maestro y por qué supone un hito esencial en sus vidas.
Iñaki López (63), maestro:
Cien, mil, cien mil veces escuché la canción 'De paso' en aquel cassette del Dyane 6. La ponía a todo volumen camino de mi primer trabajo como maestro. Cambié de coche, pero no de cassette. Cuando pusimos en marcha el Proyecto de Educación Compensatoria, recorrimos las escuelas rurales de toda Cantabria con la misma música y, sobre todo, con aquella letra: "Que no, que no, que el pensamiento no puede tomar asiento".
Teníamos veintipocos años. Y mucha ilusión. Creíamos en la educación como único modo de salir definitivamente de aquel agujero negro que fue la Dictadura. Íbamos a las escuelas a apoyar la tarea de maestras y maestros que luchaban con tanta entrega y compromiso en aulas donde mayores y pequeños estudiaban juntos el presente, analizaban el pasado y soñaban con un futuro mejor.
Se la he puesto a mis alumnas y alumnos durante mis cuarenta años como maestro. Añoro escucharla con ellos en estos días difíciles
Se daban clases con ellos, se colocaban estufas de leña y, en demasiadas ocasiones, se ponía la luz. Literalmente. Hacíamos que llegase la electricidad a las aulas. En esa situación estábamos. La luz nos permitía ver las cosas más claras... Eran tiempos de tránsito personal y social. Lo recuerdo con emoción.
Luego he puesto esa canción muchas veces a mis alumnas y alumnos durante los casi cuarenta años que he trabajado como maestro. Añoro escucharla con ellos en estos días difíciles, la verdad. Para pensar, para actuar, para no repetir. Profeta Aute. Lamento haber perdido el cassette. La letra no, la letra sigue conmigo.
María Sendagorta (63), Presidenta de la Ech y cofundadora de Rezinkers, empresa para el impacto social:
"No te destroza amor mio
Esta silenciosa danza,
Maldito baile de muertos
Polvora de la mañana
Presiento que tras la noche
Vendrá la noche mas larga…
Quiero que no me abandones
Amor mio, al alba…
Mi canción favorita de Aute es 'Al Alba'. El 27 de septiembre de 1975 yo tenia 19 años, estudiaba económicas en la Universidad de Sarriko. Ese día era sábado y al alba se cumplió la condena a cinco jóvenes a ser fusilados en Hoyo de Manzanares. Franco no les indultó. Se organizaron manifestaciones en Bilbao y hubo mucha movilización. Ese sábado me uní como hice en otras ocasiones a aquellas manifestaciones, fue muy violenta, estábamos tristes y furiosos. Había facciones de ultras que aplaudían los fusilamientos y eso incendio mas el dolor y la rabia. A muchos los detuvieron, yo me conseguí refugiar en un portal pero un gris me vio y me arranco la camisa por detrás y me dio con su porra. Vi odio en sus ojos.
Hubo un silencio y por fin mi padre me dijo: "lávate las manos, es un día muy triste para todos y yo no estoy de acuerdo"
Después cogí el tren para volver a mi casa. Fueron 20 minutos pensando en que si mi padre que se suponía era falangista se declaraba a favor de los fusilamientos, me iría de mi casa, no me volverían a ver y no sé cuántas cosas más. Cuando llegué a casa estaban sentados a la mesa comiendo. Me quedé mirando a mi padre desde la puerta, no dije nada y tampoco me moví. Hubo un silencio y por fin me dijo, "lávate las manos y siéntate aquí conmigo. Es un día muy triste para todos y yo no estoy de acuerdo". Y lloré y quise tanto a mi padre, y me quiso tanto él.
Mi padre envió una carta a Franco solicitando el indulto. Aunque no me lo dijo nunca. 'Al Alba' selló ese momento y también selló un compromiso contra la pena de muerte y un sentimiento común: "¿no te destroza, amor mío?". Y un anhelo infinito que está escrito en mi alma: "Quiero que no me abandones, amor mío al alba".
Eva Serrano (58), editora de Círculo de Tiza:
"Mi canción es 'Una de dos', por lo que significó en mi educación sentimental en aquel momento. Fui una adolescente un poco precoz en casi todo, que fue a un colegio de monjas, como casi todas. Los únicos hombres que conocía eran casi los de mi familia. Y el pecado estaba por todas partes. Me leí el Amante de Lady Chatterly con 13 años y a partir de ahí todo fue muy rápido. Vivía en una urbanización de clase alta a las afueras de Madrid pero me fascinaban los estudiantes de provincias que compartían piso con cuatro habitaciones a un patio interior, un solo baño y una cocina con suelo de sintasol.
Aute representa para mí y las mujeres de mi generación el inicio de la sensación física del 'pecado'
Escapaba de mi piscina y de mi jardín de rosas, estáticas y silenciosas y me refugiaba en estas guaridas donde siempre olía a tabaco negro y a lentejas. Ahí estaba la vida, pensaba yo. Los chicos tenían pósters del Che Guevara y poemas de Neruda con chinchetas en la pared.
Luis Eduardo representa para mí y las mujeres de mi generación el inicio de la libertad y a la vez el inicio de la sensación física del 'pecado'. España se quitaba las telarañas y las chicas nos quitábamos la ropa interior por primera vez. Torpemente, con chicos también torpes que tenían mucha hambre de todo, sobre todo de piel. No éramos expertos en nada y todo era un revolcón de sábanas usadas, ceniceros abarrotados y coches traqueteantes en los parques.
Muy incómodo y muy deslumbrante a la vez. La voz de Aute susurraba en 'Una de dos' aquello de 'O me llevo a esa mujer/ O te la cambio por dos de quince, si puede ser'. Y muchas soñábamos con ser algún día esas mujeres 'mayores' de 30 por las que ellos lo cambiarían todo. Incluso a sí mismos. No veíamos el matiz machista de esa letra, que ahora sí vemos. Los tiempos han cambiado para mejor ahí. Su muerte es a la vez el fin de todo eso y el inicio de su rescate para la memoria colectiva".